LA VIDA CONTIGO

Si te dura el bote de crema solar todo el verano, algo estás haciendo mal

Los especialistas recomiendan aplicarse un fotoprotector tópico cada dos horas si se está bajo una exposición solar directa continuada

Protección solar

Protección solar / Pexels - Mikhail Nilov

La crema solar es un gran arma de prevención. "Si nos dijeran que con una crema evitaríamos la posible aparición del cáncer de pecho, apuesto que todas usaríamos esa crema", reflexiona Elvira Mateos, vocal de dermofarmacia en el colegio de farmacéuticos de Cáceres en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Lo mismo sucede con la protección solar en nuestra dermis ante el cáncer de piel. De hecho, la preocupación por la prevención no es caprichosa. Los pequeños de la casa deben protegerse aún más porque un par de quemaduras graves antes de los dieciocho años multiplica el riesgo de cáncer de piel en la edad adulta. La piel tiene memoria y puede pasarnos factura si no nos protegemos del sol a tiempo.

Especialmente en verano, ya que los rayos solares llegan de forma más perpendicular al suelo y estamos más expuestos. Pero el sol nos afecta no solo cuando vamos a la playa o a la piscina, sino cuando realizamos cualquier actividad al aire libre, por eso es importante proteger siempre nuestra piel. "Nunca se evita el sol al cien por cien", indica Mateos.

Aun así ¿cuántas veces cumplimos eso de que debemos echarnos crema solar cada dos horas? ¿Con qué frecuencia lo hacemos? Con caracter general, sin una exposición solar directa continuada se recomienda aplicar la crema solar ya por la mañana. En cambio, si se tienen manchas o se va a estar al sol es aconsejable reaplicar varias veces el protector, recomienda Cristina Eguren, dermatóloga, especialista en estética facial.

Protección solar.

Protección solar. / Foto de Karolina Grabowska. Pexels

Ambas especialistas coinciden en que si se está bajo una exposición solar directa continuada es recomendable aplicarse fotoprotector tópico, el clásico en crema, cada dos horas adaptando la textura al tipo de paciente y al tipo de piel. No es lo mismo una piel sana que una patológica. También hay que tener cuidado, porque el mismo bote de crema no es apto para todos los miembros de la familia. Por ejemplo, un adulto puede utilizar el fotoprotector solar de un niño, pero no a la inversa no, porque el sistema inmune no se desarrolla completamente hasta los seis años.

La directora médica de Clínica Eguren aconseja tener presente que cuanto más bajo sea el factor de protección, mayor será el número de veces que hay que echarse crema. "Tras los baños y cada dos horas", subraya. Por lo que es imposible que una crema solar, dure todo un verano. La cantidad de crema recomendable es de 2 miligramos de producto por cada centímetro cuadrado de piel, es decir, dos dedos, al menos para el rostro. Aunque, dependerá de la textura del protector solar.

Pautas para comprar un fotoprotector

¿Cómo saber cuál es mi protector ideal? Hay fotoprotectores específicos para pieles con manchas (que se deberán aplicar por toda la cara no sólo en la mancha), para pieles con acné, para niños y un largo etcétera, por lo que "se deberá elegir en función de las necesidades", añade Eguren.

Además, la fotoprotección oral es un complemento añadido, nunca se puede dar sola. Siempre será un añadido. E incluso, en los casos de pieles claras con tendencia a quemarse el uso de ese fotoprotector oral puede retrasar o disminuir esa alergia provocada por la exposición al sol.

Cuidado con la luz azul

La luz azul que emiten los dispositivos electrónicos puede empeorar las manchas y acelerar el fotoenvejecimiento que es el deterioro del colágeno, la elastina y otras fibras que dan estructura a la piel y la mantienen lisa, pero no será el principal causante de aparición de manchas o de cáncer, según los estudios anunciados hasta el momento, explica Mateos.

Cómo identificar que me estoy quemando

Para no quemarse se recomienda prevenir. Pero, si aparece la rojez significa que la piel ya se ha quemado, por lo que se aconseja aplicar productos calmantes para bajar la inflamación, acto seguido se producirá la descamación y el pelado y por eso es bueno aplicar crema hidratante. En caso de tener una quemadura o aparición de ampollas habrá que acudir al dermatólogo.

En definitiva, si no se está protegido se puede desarrollar una fotodermatosis, es decir, una inflamación de la piel por haber recibido radiación solar, se puede acelerar el proceso de envejecimiento y, en el peor de los casos, desarrollar un cáncer cutáneo. Hay diferentes tipos, pero el más frecuente es la queratosis actínica, especialmente en las personas mayores. Una mancha áspera y escamosa en la piel que se presenta después de años de exposición al sol y que se va acumulando porque, recordemos, que la piel tiene memoria.