Bruselas confía en hacer el primer pago de los 50.000 millones a Ucrania en marzo

El cambio de rumbo in extremis del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, permitió a los líderes de la UE aprobar este jueves, con inesperada rapidez, un paquete de ayudas de 50.000 millones de euros para Ucrania (17.000 millones en forma de ayudas y 33.000 en forma de préstamos). Una decisión que llega en un momento crucial, con el Congreso estadounidense sin validar todavía su ayuda y con dudas sobre su apoyo a largo plazo, y cuando la urgencia empieza a apretar en Kiev. Bruselas confía en que los colegisladores --Consejo y Parlamento Europeo-- concluyan las negociaciones técnicas para finales de febrero y que los primeros pagos lleguen al Gobierno de Volodímir Zelenski en marzo.

"Lo acordado ayer son conclusiones políticas que obviamente tienen que traducirse ahora en legislación. Tendremos reuniones de largas negociaciones desde la próxima semana en Estrasburgo, pero esperamos que Consejo y Parlamento Europeo aprueben todo el paquete para finales de mes", explican fuentes europeas sobre la tramitación. "Queremos un acuerdo rápido" que permita empezar a hacer los primeros pagos "en marzo", explican otras fuentes.

Kiev, por medio de su ministra de economía, Yulia Sviridenko, ya ha anunciado que espera recibir en un mes "un primer pago de 4.500 millones". La cuantía, según Bruselas, dependerá de cuándo entre en vigor el reglamento y del proceso de gobernanza, aunque en su propuesta, la Comisión incluye un instrumento de financiación puente excepcional con la posibilidad de avanzar pagos de hasta 1.500 millones mensuales durante tres meses.

Arcas vacías

Las crisis imprevistas de los últimos años, desde la pandemia hasta la guerra de Rusia, habían dejado las arcas comunitarias vacías y sin posibilidad de hacer frente a nuevos sustos. De ahí la propuesta de Bruselas de revisar el presupuesto en un ejercicio poco habitual. "Las discusiones suelen ser complicadas y requieren unanimidad. Por eso solo suelen producirse cada siete años, pero tenemos un presupuesto que no refleja los desafíos a los que nos enfrentamos", explica un alto funcionario europeo. De ahí una propuesta de revisión, que fracasó en diciembre por el veto de Orbán, pero que finalmente ha sido acordada esta semana.

El aumento presupuestario será inferior al que pedía Bruselas, de casi 65.000 millones más frente a los 80.000 millones reclamados por el Ejecutivo comunitario. Pero aún así, "hemos logrado alrededor del 80% de la financiación que solicitamos", ha celebrado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en un comunicado. De la nueva partida solo 21.000 millones de euros serán "dinero fresco" que se financiará con las contribuciones de los Estados miembros. Otros 10.000 millones llegarán de la redistribución de prioridades ya asignadas previamente --se recortarán fondos de los programas de investigación Horizon y de Europa de la salud-- mientras que los restantes 33.000 millones procederán de préstamos.

El acuerdo confirma que el grueso del dinero, 50.000 millones, será para Ucrania. En cuanto al resto de partidas, 9.600 millones irán a financiar la inmigración y gestión de las fronteras (Bruselas pidió 12.500 millones): 1,6 millones para refugiados sirios en Líbano, Jordania y Siria, otros 2 millones a los desplazados en Turquía, 2 millones a los países de los Balcanes occidentales y los restantes a los de la Vecindad sur. "Es una reducción, pero pensamos que todavía es considerable el incremento", celebran las fuentes consultadas. No ocurre lo mismo con el capítulo dedicado a las tecnologías estratégicas, que desaparece de la financiación. Lo único que recibirá un pellizco de 1.500 millones es el Fondo Europeo de Defensa. También recibirá más dinero el fondo de emergencia, 1.500 millones frente a los 2.500 que quería la Comisión, y 2 millones el instrumento de flexibilidad frente a los 3 solicitados.