TENSIÓN EN EL ESTE DE EUROPA

El gas argelino: ¿una alternativa ante la crisis con Rusia?

El país magrebí suministra combustible a España e Italia a través de varios gasoductos

La capacidad de envío se ha visto afectada por la crisis diplomática que mantienen Argel y Rabat

Unos operarios trabajan en el gasoducto argelino.

Unos operarios trabajan en el gasoducto argelino.

Marc Ferrà

La crisis actual con Rusia por la amenaza de invasión de Ucrania ha provocado una preocupación a nivel europeo por el suministro de gas. Últimamente se ha hablado de países del Golfo o Estados Unidos como alternativa a Rusia, pero sin salir del Mediterráneo, Argelia es una de las principales potencias gasísticas del mundo. ¿Hasta qué punto el gas argelino puede ser una alternativa para el mercado energético del continente?

España es uno de los países europeos que menos depende de los yacimientos rusos, ya que Argelia es su principal proveedor. El país magrebí, considerado por los expertos como un suministrador fiable, también exporta gas a Italia a través de diferentes gasoductos que cruzan el Mediterráneo. Según cifras del Eurostat, el gas argelino supuso en 2019 cerca del 7% de las importaciones de este hidrocarburo a Europa. 

Quinto país productor

La principal ventaja de Argelia es a la vez su mayor inconveniente. El país norteafricano es "muy competitivo en gas por gasoducto hacía España e Italia porque es el gas más barato y más fácil de transportar", explica Aurèlia Mañé, experta en economía política de la energía y Argelia de la Universidad de Barcelona. El problema es que el país tiene una menor capacidad de exportar gas más allá de los territorios donde llegan estas canalizaciones.

Argelia es el quinto país del mundo en producción de gas, aunque -según los analistas- no tiene infraestructura para distribuir a gran escala el gas licuado, que permite transportar este hidrocarburo con grandes embarcaciones y no depender de gasoductos. "En Argelia hay instalaciones de gas licuado, pero están un poco obsoletas y requieren ser modernizadas y ampliadas", explica Mañé. 

En el escenario más catastrófico, que Rusia cortara o redujera el suministro de gas, España sería de los países menos afectados, explica desde París Thierry Bross, especialista en energía y profesor en el Sciences Po de la capital francesa. En el norte la situación sería más difícil. Explica que los gasoductos que llegan a territorio español e italiano desde Argelia prácticamente no tienen capacidad para llegar a Francia ni al norte de Europa.

Mapa de los gasoductos entre Rusia y Europa y entre Argelia y Europa

Un cambio de tendencia global

Este experto también descarta que el país magrebí pueda suministrar gas licuado suficiente para compensar un desabastecimiento en el norte de Europa. "Argelia consume mucho de su gas y limita sus exportaciones al exterior, hay muy poco gas licuado argelino suplementario que pueda ayudarnos ante un posible desabastecimiento", finaliza. 

Mañé también pone el foco en el contexto internacional del sector energético: "Pienso que se está produciendo una reestructuración del mercado del gas, se está pasando de un mercado que era regional a través de gasoductos a un mercado internacional, más parecido al del petróleo, a través de gas licuado", reflexiona la experta. "Esta situación global se le escapa a Argelia y va más allá de lo que el país magrebí quiera", concluye. Actualmente, Estados Unidos y Qatar se están erigiendo como alternativas al gas ruso y disponen de infraestructuras más modernas para enviar gas al continente europeo. 

Los efectos del conflicto magrebí

Si hablamos de gas, a España le afecta más el conflicto diplomático entre Argelia y Marruecos que lo que sucede al este del continente. Las autoridades argelinas cortaron durante el pasado verano las relaciones con su vecino marroquí y no renovaron el contrato para que su gas continuara circulando por el gaseoducto Magreb-Europa, que conecta los yacimientos argelinos con España a través de Marruecos.  

Como alternativa, Argelia se ha comprometido a aumentar la capacidad del otro conducto que transporta gas a España directamente de un país a otro, también a compensar los efectos del corte con gas licuado. Según Enagás, está previsto que este invierno, entre los meses de noviembre y marzo, lleguen a las costas españolas 136 buques, casi un 60% más que en el mismo periodo del año pasado.