SELECTIVIDAD 2024

Enfrentarse a la Ebau con dislexia: "No era justo que tuviera menos puntos en el examen"

Las personas con dislexia son ciegas ante las faltas de ortografía, da igual lo que se esfuercen

Educación no penalizará las faltas de ortografía en la próxima Ebau en áreas no lingüísticas

Samuel, estudiante que tiene dislexia.

Samuel, estudiante que tiene dislexia. / MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

Las personas con dislexia son ciegas ante las faltas de ortografía. No las ven. Da igual lo mucho que se esfuercen porque en la mayoría de los casos no lo pueden evitar. Es la realidad con la que convive Samuel Velasco, de 17 años, desde que se la diagnosticaron en primero de Primaria. Ahora se está preparando para las pruebas de selectividad de 2024.

Samuel, como todas las personas con dislexia, es más inteligente que la media aunque le cueste más leer y escribir. Y pese a serlo, nunca lo ha tenido nada fácil. La dislexia es el trastorno de aprendizaje más común, y se calcula que alrededor de un 10 % de estudiantes la podrían padecer, según la asociación Trenca-Dis. Hay muchísimos, por tanto, que no están diagnosticados. La mayoría acaba de fracasados escolares y una ínfima parte llega lejos en sus estudios.

Es el caso de Samuel, que ya tiene muchísimo mérito por haber llegado a prepararse la selectividad. Un ejemplo: en 2019 se presentaron 21.000 estudiantes en la Ebau y se estima que deberían haber entorno a 1.000 (un 7,5 %) con dislexia. Al fial, solo hicieron el examen 89 personas, un 0,2 %. Samuel es uno de esos pocos y ha tenido que superar muchísimos obstáculos para conseguirlo.

Conscientes de esta realidad, la Conselleria de Educación anunció recientemente que no penalizará las faltas de ortografía del alumnado con dislexia en la Ebau, eso sí, sólo en áreas no lingüísticas, que son todas las asignaturas menos castellano y valenciano. En estas dos sólo les penalizarán un tipo de error y les podrán descontar como mucho 3 puntos. Lo mismo en Bachillerato (que cuenta el 60 % de la nota de acceso a la universidad).

Enfrentarse a la selectividad con dislexia. Samuel, estudiante que tiene este trastorno.

Enfrentarse a la selectividad con dislexia. Samuel, estudiante que tiene este trastorno. / MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

Logro histórico

Samuel está pletórico de que Educación, tras años de presión de la asociación Trenca-Dis, haya aprobado esta medida. "Es increíble lo que han conseguido, estamos muy contentos porque se acaba esta injusticia", explica desde su habitación.

La realidad para Samuel durante años era que su nota máxima en el examen fuera un 8. "Yo ya tenía dos puntos menos en el examen (que es lo máximo que restan por faltas) solo por ser disléxico, y eso no es justo", critica. Ahora tendrá las oportunidades que merece.

El principal problema de la dislexia es que cuesta más leer y escribir, y a la hora de plasmar ideas en el papel es muy complicado no equivocarse, pero las posibilidades se multiplican si se está en un entorno estresante como la Ebau. "Es imposible que yo escriba una carta y no haya ni una sola falta, sería complicadísimo. Pues si me pides hacerlo en un tiempo determinado y bajo presión es todavía peor. Hay muchísimas posibilidades de cometer faltas", cuenta Velasco.

Los estudiantes con dislexia también tendrán un 25 % más de tiempo en los exámenes ya que para ellos es necesario dedicar más rato a repasar faltas. "Cuando tengo que leer en clase estoy tan concentrado en ello que no me entero de lo que leo y al acabar tengo que releer en silencio. Pues pasa igual escribiendo, si estoy atento en hacerlo bien descuido la ortografía y hay que repasar", cuenta.

Concha Barceló, de la asociación Trenca-Dis, junto al conseller de Educación José Antonio Rovira y la directora general de Inclusión Educativa Charo Escrig, en rueda de prensa.

Concha Barceló, de la asociación Trenca-Dis, junto al conseller de Educación José Antonio Rovira y la directora general de Inclusión Educativa Charo Escrig, en rueda de prensa. / G.SÁNCHEZ

Niños inteligentes camino al fracaso escolar

"Nosotros engrosamos las listas de fracaso escolar", dice Samuel, al que más de una vez le han invitado a meterse a una FP. Pero él decidió continuar el Bachillerato. La dislexia no diagnosticada (igual que las altas capacidades) es probablemente una de las causas más comunes del fracaso escolar, es decir, que muchos de los que no acaban los estudios en el fondo son chavales muy inteligentes que no han sido tratados.

Al alumnado con dislexia frecuentemente se le castiga por "no esforzarse" o "no implicarse", cuando lo que late en el fondo es un trastorno de aprendizaje no diagnosticado. "A mi me lo detectaron muy pronto, pero imagínate lo frustrante que tiene que ser esforzarte muchísimo y estudiar sin descanso y sacar malas notas. Al final muchos acaban completamente desmotivados y piensan que no valen para estudiar, cuando la realidad es que son inteligentes", cuenta Velasco.

Imagen de archivo de un profesor repartiendo exámenes en la EBAU 2023.

Imagen de archivo de un profesor repartiendo exámenes en la EBAU 2023. / FRANCISCO CALABUIG

Profesores poco formados

Samuel ha llevado una segunda mochila toda su vida académica, porque partía con desventaja, sobre todo con docentes que no conocían su trastorno. "He tenido profesores que le han dicho a mis padres que aunque tuviera dislexia hacía muchas faltas de ortografía y tenía que esforzarme más. No entendían que por mucho que me esforzara iba a dar lo mismo", explica.

Aún así Samuel se ha esforzado mucho por mejorar y aprender tácticas para llevar lo mejor posible su dislexia, y sobre todo para llegar a donde tan pocos disléxicos llegan. Quiere estudiar Psicología y la medida de conselleria le ilusiona para conseguir entrar a la carrera que siempre ha querido.

Por otro lado, también hay profesores con sensibilidad, a pesar de la ausencia de formación de organismos como Conselleria pese a ser el trastorno de aprendizaje más común. "En Matemáticas a veces confundo el más con el menos y mi profesora siempre se ha estado muy pendiente de eso y me lo ha tenido en cuenta para decírmelo si no me salía un ejercicio. Eso ayuda mucho", explica.

Samuel y los que vengan detrás de él tendrán por fin igualdad con sus compañeros en las pruebas de selectividad. Ahora, la asociación Trenca-Dis reclama que el resto de autonomías recojan el guante de la valenciana y apliquen también estas ayudas para su alumnado con este trastorno, para que todos, en todos los territorios, tengan las mismas oportunidades.