GALICIA

África González: "Debe acabar el voluntarismo a costa del personal sanitario"

África González.

África González. / FARO DE VIGO

Elena Ocampo

África González es doctora en Medicina y Cirugía, especialista en Inmunología, catedrática de la Universidad de Vigo y académica de la RAFG. Acaba de publicar ‘Inmuno Power. Conoce y fortalece tus defensas’.

¿Qué nota le pone a la ciencia española por su gestión durante la crisis del Covid?  

En general, la Ciencia se ha comportado muy bien; los científicos han intentado poner todo de su parte para ayudar a conocer más sobre el virus, diseñar métodos de diagnóstico o desarrollar nuevas vacunas. El esfuerzo que han hecho es muy grande, pero de forma muy voluntarista, como siempre en la ciencia española: con grupos pequeños, inestables, sin apoyos, y quitando tiempo de otras cosas.

¿Qué hemos aprendido de esta pandemia?  

Que somos vulnerables, que lo que ocurre lejos de aquí nos puede afectar. Que no hay nadie experto en esta pandemia, ni en futuras. Hay que ir conociendo y adaptándose a lo que se va sabiendo. Que somos un país fuerte, con un sistema sanitario y sanitarios que lo han dado todo; con una sociedad madura y responsable. Que es muy fácil politizar y que sigue habiendo una brecha de países ricos y pobres que se agudiza siempre en momentos de crisis. Que las redes sociales pueden difundir bulos y mentiras y distribuirse con mucha facilidad. Que las vacunas son el mejor método preventivo de enfermedad y muerte frente al SARS-CoV2, así como de otras enfermedades.

¿Qué debemos mejorar para no repetir los mismos errores?  

Deberíamos escuchar más a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es capaz de tener una visión global de este problema. Organizar grupos multidisciplinares, invertir en investigación básica para estar mejor preparados. También, tener un centro nacional de Inmunología que ayude a coordinar los estudios en prevención, diagnóstico y terapia.

“Es muy grave que hayan caducado vacunas; debían haberse ofrecido a los necesitados” 

¿Se tendrá más en cuenta la Sanidad y la investigación a partir de ahora? 

Eso espero; pero para eso necesitamos varias cosas, no sólo incrementar la dotación económica, sino que ésta sea estable en el tiempo, que permita captar y retener talento. Hay muy buenos investigadores españoles que quieren volver a nuestro país, pero que no encuentran un trabajo estable con las condiciones que les ofrecen fuera. Incrementar las plantillas, financiación estable del grupo de investigación y sueldos atractivos. Por otra parte, debe acabarse el voluntarismo de nuestra excepcional sanidad, que recae sobre todo en los hombros del personal. Estos se han dejado, en muchas ocasiones, literalmente la vida.

¿Es optimista ante el futuro?

Soy una persona optimista y creo en el ser humano, en su capacidad de mejorar, de adaptarse. Hemos aprendido mucho y en tan solo un año hemos conseguido vacunas muy eficaces frente a un nuevo virus. La Ciencia ha dado la talla y es la que nos sacará de esta y futuras pandemias. Espero que lo aprendido se pueda emplear en el futuro. Estamos en un mundo globalizado y es más fácil que las pandemias se extiendan rápidamente, pero también debemos intentar estar mejor preparados para actuar de forma más rápida.

¿Cree que tenemos motivos para estar orgullosos de España?

Sí, por supuesto. Somos uno de los países con más gente vacunada. Con un sistema sanitario robusto, y que no tiene nada que envidiar a otros. La sociedad española ha mostrado que es responsable y ha aceptado, en general, todas las normas que se han ido adoptando durante la pandemia. Y grandes investigadores, sanitarios, y empresas que hay que apoyar. Pero también hay motivos de enfado, como que hayan caducado vacunas en algunas comunidades autónomas. Esto me parece muy grave, ya que deberían haberse podido ofrecer a aquellos que más lo necesitaban.

En España se han jubilado investigadores y han desaparecido sus líneas de investigación, como quien quema una biblioteca. ¿Cómo podría revertirse?  

Estableciendo un sistema de transferencia de conocimiento mientras el investigador está activo. Los centros de investigación y universidades no lo tienen en cuenta y, cuando una persona se jubila, sus líneas de investigación desaparecen. La política a practicar sería que hubiera grupos donde se incorpore gente joven que pueda continuar la labor y que esa persona se estabilice antes de que la otra deje su trabajo. El conocimiento es oro y hay que valorarlo.

En los últimos meses se ha abierto el debate de las patentes y la financiación.

Somos un país con pocas patentes transferidas, con poca mentalidad de inventar, y las empresas deben incorporar más doctores para que vean que en la innovación estará su éxito. En otros países la inversión en investigación por parte de las empresas es muy superior. Con respecto a liberalizar patentes, es un tema complejo, sobre todo en el campo biomédico. Llevar un producto al mercado es costoso en tiempo y dinero para las empresas, y tienen que buscar una rentabilidad durante un periodo de tiempo, que es lo que les puede asegurar una patente. Creo que una situación mixta podría ser lo más apropiado, con una colaboración público-privada como se hace con las vacunas, pero que se mantuviera de forma conjunta la titularidad de la propiedad intelectual y potenciales beneficios, siendo compartidos por ambos.