ENTREVISTA AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Pedro Sánchez: "Lo que estamos viendo es un tráiler de una película tenebrosa, una mayoría de PP y Vox"

"A mí se me pueden criticar muchas cosas, pero no que no doy la cara y que no asumo los resultados"

Sánchez: "Necesitamos que cualquier negociación diplomática que se haga parta de la propuesta de paz que hizo Zelenski"

Pedro Sánchez: "Lo que estamos viendo es un tráiler de una película tenebrosa, una mayoría de PP y Vox"

Pedro Sánchez, en un momento de la entrevista con Albert Sáez. Foto: DAVID CASTRO Vídeo: PI STUDIO / PI Studio

Albert Sáez

Albert Sáez

Desde el pasado 29 de mayo, Pedro Sánchez mide con más cautela que nunca cada uno de sus pasos. Cada palabra, cada fotografía, cada gesto, cada indumentaria está avalada por sus asesores y pasada por el filtro de su instinto. Vuelve a la casilla de salida y juega de nuevo a la contra, en este caso de las encuestas y de la opinión publicada. Atribuye esta fatalidad a lo que llama el antisanchismo. Sus anteriores resurrecciones le dan una seguridad que algunos podrían confundir con una actitud algo altiva. Pero lo cierto es que se arremanga y defiende a capa y espada su obra de gobierno. Quiere que se hable de ello, de manera que pasa de puntillas sobre otros temas, menos cuando se trata de marcar las líneas rojas con su principal adversario, Alberto Núñez Feijóo, al que considera nada o poco diferente a Vox. 

Usted nos ha tenido a todos un poco despistados, convencidos de que no habría elecciones durante la presidencia europea por la importancia que ustedes le daban. Presidente, ¿por qué estamos usted y yo hoy aquí, haciendo una entrevista preelectoral a las puertas de la presidencia europea y de las vacaciones?

A mí se me pueden criticar muchas cosas, pero no que no doy la cara y que no asumo los resultados. El 28 de mayo se vio claramente que había una híper movilización de la derecha y la ultraderecha del Partido Popular y Vox; en el Partido Socialista se vio un ligero retroceso que no se corresponde con la pérdida de poder institucional que ha tenido y que ha sido consecuencia de la disgregación que hubo en los partidos políticos a su izquierda. Con lo que tenemos por delante, es muy importante que España clarifique qué dirección debe tomar. A mi juicio, claramente estamos hablando de si queremos continuar durante los próximos cuatro años con el avance que hemos registrado durante los cinco años que llevo al frente del Gobierno de España, o retrocedemos. En estos últimos veinte días, estamos viendo un retroceso en la conversación pública de veinte años. En 2004, se aprobó la primera Ley de Violencia de Género con una administración socialista, de José Luis Rodríguez Zapatero. Hoy estamos viendo al frente de instituciones muy importantes, tanto de gobiernos autonómicos como de parlamentos autonómicos y municipios, un retroceso de viente años atrás negando la violencia de género, negando la violencia machista e incluso prohibiendo las concentraciones tras asesinatos de mujeres, como se ha pactado por parte del Partido Popular y VOX en determinados ayuntamientos de nuestro país. Tenemos que afrontar esa disyuntiva, votar el próximo 23 de julio y clarificar qué orientación tiene que tomar España.

Estos días usted se está exponiendo mucho en los medios y ha desgranado algunas autocríticas respecto a los pactos con Bildu, ciertas expresiones del feminismo de sus socios, ¿estas críticas son compatibles con repetir la coalición si los números dan? 

Después del 28 de mayo, los españoles y españolas han visto dos cosas que se han clarificado. Una es que el Partido Popular y Vox, que Feijóo y Abascal ahí donde puedan, gobernarán conjuntamente, esto es una incógnita que queda despejada. Y dos, que claramente a la izquierda del Partido Socialista ha habido un proceso de vertebración en torno a la persona de Yolanda Díaz y a este partido que se llama Sumar. Empezamos la actual legislatura con Pablo Iglesias como vicepresidente y la hemos acabado con Yolanda Díaz como vicepresidenta. Con un Partido Popular que pactaba con Ciudadanos y hoy con un Partido Popular que pacta con la ultraderecha. ¿Y cómo empezamos esta legislatura? Lo importante, lo relevante, no es tanto la ultraderecha, sino la ultraderechización del Partido Popular. Durante estas últimas semanas lo que estamos viendo es un tráiler de una película tenebrosa donde mi pregunta y creo que la pregunta, las preguntas que se hace la mayoría social de este país, es ¿de dónde sale esta gente? En un país en el que hemos sido ejemplo de vacunación en Europa y en el mundo se ponen al frente de instituciones tan importantes como los parlamentos autonómicos a antivacunas. En un país que es referencia en los avances de igualdad de género o de ansición ecológica y de compromiso contra el cambio climático estamos viendo a personajes declaradamente negacionistas. En un país que durante estos años lo que ha habido es un proceso de reconstrucción del diálogo social, lo que estamos viendo son gobiernos abiertamente contrarios al diálogo social y partidarios del debilitamiento de organizaciones tan importantes como los sindicatos. Esto es lo que está sucediendo en España. 

Lo importante, lo relevante, no es tanto la ultraderecha, sino la ultraderechización del Partido Popular

Repetirá con Sumar, por supuesto, ¿pero también con Bildu y con Esquerra?

En estos años tan difíciles que hemos atravesado, hemos aprobado doscientas leyes que han representado doscientas conquistas sociales para distintos colectivos. En esta semana que estamos celebrando la semana del Orgullo, España no se merece emprender una agenda de regresión y de retroceso de viente años atrás, cuando lo que tenemos por delante es la culminación y la consolidación de estas doscientas reformas que hemos emprendido y que nos ha costado mucho tiempo el poder articular y consensuar con agentes sociales o también con la comunidad o la sociedad civil afectada directamente por cada reforma. Usted me pregunta si estoy dispuesto a formar un gobierno de coalición con Sumar. Creo que el entendimiento con Yolanda Díaz va a ser mucho más fácil y que por tanto el gobierno de coalición va a funcionar mejor y va a ser incluso mucho más funcional. Porque en algunas de las leyes que hemos trabajado conjuntamente, las cosas han funcionado de manera mucho más eficiente. A partir de ahí, mire, siempre cuento la misma anécdota. Hemos aprobado estas doscientas leyes y cada una ha sido una batalla parlamentaria. Hemos aprobado una reforma laboral donde Esquerra Republicana y Bildu, por citar dos de estas formaciones políticas, votaron en contra y busqué votos hasta debajo de las piedras. Y tuve que contar hasta incluso con ese golpe de suerte de un diputado del Partido Popular que se equivoca en la votación y vota a favor. Más de uno casi se muere de un infarto. Para sacar adelante derechos sociales, busco votos hasta debajo de las piedras y si tengo que contar con el voto equivocado de un diputado del Partido Popular como fue el señor Casero, bienvenido sea. El debate no es tanto el quién, sino el para qué.

Pedro Sánchez, candidato por el PSOE a las elecciones generales del 23J. FOTO: DAVID CASTRO.

Pedro Sánchez, candidato por el PSOE a las elecciones generales del 23J. FOTO: DAVID CASTRO. / EPE

¿Será posible debatir esto en la campaña?

El debate y la campaña que estamos teniendo es un tanto extraña, es un tanto rara porque aquí no se está hablando del balance de la acción del gobierno, ni tampoco de las propuestas de los próximos cuatro años que ponen encima de la mesa los partidos políticos. Entiendo que, para la derecha, para la ultraderecha, pues esta es una pregunta que les incomoda y por eso tratan de cambiar la conversación y se inventan el sanchismo y hablan de que Sánchez o España, que por cierto es un argumento bastante peligroso, porque eso significa, según sus promotores, que aquellos que no votemos al Partido Popular y a Vox, a Feijóo o Abascal, somos la anti-España. Aquí todos somos España. No voy a decir que el Partido Popular o que Vox no representan a España, la representan, tienen su particular forma de entender a la sociedad española. Yo tengo otra bien distinta que tiene que ver con la agenda de derechos sociales que hemos impulsado durante estos últimos cinco años. Pero todos somos España. El debate es si queremos avanzar o queremos retroceder. Y yo claramente apelo a esa movilización de esa España progresista que quiere seguir avanzando.

Creo que el entendimiento con Yolanda Díaz va a ser mucho más fácil

Se que es anatema para su equipo de campaña, pero si Vox da el miedo que usted dice, ¿por qué en España es imposible lo que es posible en Alemania? Para la gente menos politizada e ideologizada, parecería lógico, por ejemplo, que el PSOE votase al candidato del PP en Valencia y que los populares votasen al socialista en Extremadura, ¿eso es absolutamente imposible en cualquier circunstancia?

Pero es que el Partido Popular nos ofrece un pacto bien curioso. Y es que siempre gobierne el PP. Entonces, si es primera fuerza política, nosotros tenemos que abstenernos para que no gobierne con la ultraderecha, como ha ocurrido en la Comunidad Valenciana. Y si el Partido Popular es segunda fuerza política, como ha ocurrido en Extremadura, entonces la primera fuerza política que es el Partido Socialista se tiene que abstener para que el Partido Popular no gobierne con Vox. Esto no es algo nuevo, es algo que lleva ocurriendo durante estos últimos cinco años. Usted antes ha hecho referencia a las elecciones de 2019, que yo efectivamente repetí. Pero lo que ha ocurrido en el Consejo General del Poder Judicial es lo mismo. Es un incumplimiento flagrante por parte del Partido Popular de llegar a un acuerdo para renovar una institución tan importante como es el gobierno de los jueces y tan necesaria para el correcto funcionamiento de nuestra democracia. Por lo tanto, insisto, el problema es que es de partida. El problema es que el Partido Popular no ha reconocido la legitimidad del Partido Socialista para gobernar el país y ha buscado todo tipo de excusas. En Extremadura ha ocurrido lo que todos sabiamos que iba a ocurrir, aunque Feijóo lo negaba y lo negaba: Cuando PP y Vox suman, gobiernan. Y cuando gobiernan, España retrocede. Tomemos buena nota.

En Barcelona y en Vitoria sí que ha sido posible…

Y en Pamplona y en Pamplona. Pero bueno, es que insisto, no deja de ser paradójico que el Partido Popular con esas votaciones entra en la contradicción de fondo a la que nos lleva este posicionamiento político que ha manifestado y ha ejercido durante estos últimos cinco años. Y es que no es importante el con quién. Lo importante es el para qué y el para qué se llama salario mínimo, el para qué se llama revalorización de las pensiones, el para qué se llama una apuesta por la energía verde, el para qué es una apuesta rotunda por la igualdad de género entre hombres y mujeres. El para qué es una reforma laboral que ha hecho que hoy tengamos casi 21 millones de afiliados y afiliadas a la Seguridad Social y que uno de cada dos contratos sea fijos. El para qué son las políticas que hemos emprendido y que tenemos que consolidar y culminar en esta próxima legislatura. ¿Por qué quiero ser reelegido como presidente del Gobierno? Porque creo que la reelección es muy necesaria si queremos garantizar ese progreso de la ciudadanía española por dos razones muy poderosas. En primer lugar, porque tenemos que consolidar todos estos avances ahora que están echando raíces: la reforma laboral, la revalorización de las pensiones, la reforma educativa, la reforma de nuestro sistema universitario, de nuestro sistema científico, por mencionar algunos. Y en segundo lugar, para evitar un retroceso que estamos viendo ya en algunas ciudades y comunidades autónomas de nuestro país. Y ese retroceso es una amenaza real que ya estamos viendo. Cuando escucho al portavoz del Partido Popular decir que no quiere que Vox entre en el Gobierno en España, que sería una desgracia que estuviera Vox en el Gobierno. Pero, en cambio, sí permiten que entre Vox en distintos ayuntamientos y en distintas comunidades autónomas, lo que pasa es que lo que no es bueno para España sí es bueno para determinados territorios. En fin, a mí me parece que todo esto es un enorme ejercicio de cinismo que desde luego también tiene que llevarnos la mayor movilización posible el próximo 23 de julio, para poder consolidar esos avances y evitar el retroceso que pudiera representar un gobierno de Feijóo con Abascal.

No es importante el con quién, lo importante es el para qué

En las cifras económicas, que todo mundo reconoce que son positivas, hay una piedra en el zapato que es la inflación. Esta misma semana han vuelto a reducir el IVA de los alimentos para poder contenerla. 

Efectivamente, en primer lugar estamos cuadruplicando el crecimiento económico de Europa, estamos teniendo unas cifras de empleo históricas. Además, también entre mujeres, entre jóvenes, aunque aún hay mucho que hacer en el ámbito de la creación de empleo en nuestro país. Pero para que se haga una idea, en estos últimos cinco años ha habido dos millones más de afiliados y afiliados a la Seguridad Social. Dos. Reindustrialización. Modernizando nuestro tejido productivo. Y tres, redistribución de ese crecimiento entre la mayoría social de nuestro país, con políticas públicas vinculadas con el Estado del Bienestar como la subida del salario mínimo interprofesional o la revalorización de las pensiones. Esa es nuestra política económica, crecimiento y creación de empleo de calidad, modernización de nuestra economía y reindustrialización. Le digo que, en economía, como en el fútbol, lo que funciona no se toca. Y anunciar la derogación de lo que funciona haría que la economía española se frenara en seco. Porque en buena medida, las reformas que hemos puesto en marcha son reformas acordadas con Bruselas y, por tanto, si se derogan, como dice Abascal, pues estaríamos poniendo en riesgo también la recepción de fondos europeos que están haciendo que se industrialice nuestra economía y que se modernice nuestro tejido productivo.

¿Se pueden seguir estos desequilibrios con dinero público con el horizonte del regreso de las reglas fiscales en la Unión Europea?

Sobre la inflación, el Gobierno de España ha desplegado una política económica y de ayudas de entorno a 45.000 millones de euros desde que empezó la guerra. Recordemos que empezó en febrero del año pasado. Ahora mismo, si uno compara cuáles son los niveles de inflación que tenemos los distintos países europeos, España está entre las naciones con inflación más baja junto con Bélgica y Luxemburgo. Desde luego, es la principal economía europea en dimensión, con la inflación más baja. Esto nos está permitiendo tener ganancias de competitividad. No estamos perdiendo, sino que estamos ganando competitividad con la política energética. Y, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es continuar con esta política de ayudas y de amortiguar los efectos directos e indirectos que está teniendo el alza de los precios. Pero también los españoles saben que la política monetaria no está en manos de los gobiernos, está en manos del Banco Central Europeo y por tanto, tenemos que ver cuál es la evolución y las decisiones que toma.

 ¿Cree que la inflación disparada tiene que ver con el crecimiento de Vox? 

Sobre Vox, la inflación y las razones o no que pueda tener el auge y el apoyo social de Vox en nuestro país, Vox, cómo se dice, está intentando pescar en río revuelto, pero lo que tenemos que hacer ver a esos ciudadanos que son sensibles a los discursos de Vox, es que las respuestas a esos problemas son las respuestas que está dando este Gobierno. Negar el que las energías renovables, por poner un ejemplo, son más baratas que las de combustibles fósiles o que las nucleares, es algo que tenemos que seguir trasladando a la ciudadanía como un elemento también, no solamente de competitividad empresarial, sino también de bienestar social, porque nos puede permitir reducir la factura de la luz. Y así con otras tantas políticas, pero que, en efecto, Vox pesca en río revuelto. 

Para los socialdemócratas clásicos -eso que algunos ahora llaman el PSOE caoba- hay algunas medidas de este Gobierno ciertamente heterodoxas, como, por ejemplo, el impuesto sobre el incremento de ingresos de las empresas y no sobre los beneficios, o la intervención de los precios del mercado de alquiler o el incremento de las pensiones sin consolidar el sistema. ¿Son medidas que el PSOE hubiera tomado aún gobernando en solitario?

Si uno analiza con datos objetivos, cuál ha sido la política de este gobierno con las empresas, desde las más pequeñas, las microempresas, los trabajadores autónomos a las más grandes, han percibido y han sentido los beneficios de nuestra política económica con la pandemia a través de los ertes, de los créditos ICO o de las ayudas directas a los trabajadores autónomos. O ahora también las ayudas que estamos dando a determinados sectores claramente afectados por el alza de los precios y la guerra de Putin en Ucrania. Siempre digo lo siguiente, al PP nunca le ha gustado el PSOE, al PP de hoy no le gusta el PSOE de hoy, como al PP de ayer no le gustaba el PSOE de Zapatero, ni tampoco el PSOE de Felipe González. Lo que estoy haciendo es lo mismo que hicieron Felipe y José Luis cuando estuvieron al frente de los gobiernos de España: impulsar una agenda de transformación y de conquistas sociales. Es lo que he hecho y creo que ahí están los resultados. Hoy tenemos la desigualdad más baja desde la crisis financiera, cuando hemos sufrido dos shocks de una capacidad disruptiva enorme, superior a la crisis financiera, como es una pandemia y una guerra a las puertas de Europa. Tenemos casi 21 millones de afiliados y afiliados a la Seguridad Social, tenemos un salario mínimo que representa el 60% del salario medio en nuestro país, hemos reconstruido el Pacto de Toledo revalorizando las pensiones conforme al IPC. En definitiva, estamos haciendo una política de modernización de nuestra economía y de reindustrialización, de impulso al crecimiento económico con calidad en el empleo y de redistribución de esa riqueza entre la gente de a pie. Y además, esa justicia social la vinculamos con un elemento fundamental, clásico de la socialdemocracia, que es la justicia fiscal. Este gobierno ha impulsado un impuesto a las grandes energéticas, un impuesto a las grandes fortunas y un impuesto a las grandes entidades financieras. 

Pedro Sánchez, en el Museo Reina Sofía. FOTO. DAVID CASTRO

Pedro Sánchez, en el Museo Reina Sofía. FOTO. DAVID CASTRO / EPE

¿Estas medidas no chocan con las directrices de la UE?

Lo hemos hecho porque queremos caminar en esa vía de la justicia fiscal y el impulso que queremos dar en la presidencia española en este segundo semestre del año es que acabemos con ese dumping fiscal. Y las empresas españolas, las grandes como el resto de las empresas, pues que no se vean incentivadas a deslocalizarse en otras partes de Europa como consecuencia de que tienen un impuesto de sociedades más bajo. Según los datos que ahora mismo estamos manejando, en Europa como consecuencia de la elusión fiscal, se pierde un punto y medio del Producto Interior Bruto europeo y eso representa toda la política pública que hace Europa, por ejemplo, en un elemento tan trascendental como es la vivienda, como es la política de vivienda protegida, que es para mí la gran causa nacional que tenemos que impulsar durante los próximos cuatro años.

¿Y el tema del señalamiento? Hay miembros de un Gobierno presidido por el PSOE que han atacado a algunos empresarios con nombres y apellidos.

 Yo no lo voy a hacer nunca, ni con los medios de comunicación ni con las empresas. Si, por supuesto, he puesto sobre la mesa una descompensación que existe en el panorama mediático de nuestro país, claramente hacia la orientación conservadora, que no obedece a la realidad sociológica de nuestro país. Y, evidentemente, creo que lo que hay detrás de esa orientación conservadora son una serie de intereses económicos claros que no digo que no sean legítimos, pero que no obedecen al interés general, que es lo que yo trato de defender. El que se haya visto en tertulias, defender, sin ningún tipo de rubor, el que una gran empresa se marche de España porque quiere pagar menos impuestos, me parece que es una prueba evidente de lo que estoy diciendo y que no conecta además con el sentir mayoritario de nuestra sociedad. Fíjense, dos de cada tres ciudadanos están de acuerdo, por ejemplo, con los impuestos que hemos creado a grandes fortunas, a las grandes energéticas y a las entidades financieras. Pero la derecha no habla de eso. La derecha de lo que habla es del malvado Sánchez, de un monstruo de siete cabezas, de una burbuja que han creado de maldad, de mentiras y de manipulaciones y que han ido inflando durante estos últimos años. Es mi deber, no solamente el proponer lo que tengo que proponer para los próximos cuatro años, que es lo que estoy haciendo y hacer balance sobre mi gestión en estos últimos cinco años, sino también denunciar esta burbuja de mentiras, de manipulación y de maldad que se ha planteado por parte de la derecha. Porque si uno analiza cuál es el balance de este gobierno y lo sintetizamos en tres aspectos: uno el empleo, que era la principal preocupación de los ciudadanos, casi 21 millones de afiliados. Dos, la corrupción. Donde eso nos derivó en una moción de censura para quitar toda esta costra de corrupción que no solamente era la financiación irregular del partido que gobernaba entonces, sino la construcción de un aparato parapolicial para perseguir a sus adversarios políticos y para encubrir y obstaculizar la acción de la justicia, este Gobierno tiene un comportamiento absolutamente intachable en lo que tiene que ver con la corrupción. Y tres, Cataluña, en 2017 tuvimos una declaración unilateral de independencia y hoy en Cataluña, no digo que el problema se haya resuelto, que la crisis no continúe, pero está encauzada. Sin duda alguna hay Cataluña respira mucho más tranquila de lo que lo hizo en 2017.

Dos de cada tres ciudadanos están de acuerdo,con los impuestos que hemos creado a grandes fortunas, a las grandes energéticas y a las entidades financieras

¿Cuáles deberían ser los siguientes pasos en Cataluña si como usted pide se reedita la mayoría actual, con Bildu y Esquerra? 

Las distintas partes tenemos que reafirmar nuestro compromiso con esa agenda del reencuentro y con el diálogo, ser conscientes de que esto va a tardar mucho tiempo, de que las posturas están muy alejadas, pero que es necesario que las administraciones y las fuerzas políticas entendamos que nuestro deber fundamental es construir convivencia y no discordia como hemos vivido durante estos últimos años. Para mí, ver ciertos planteamientos que se hacen por parte del independentismo sobre el derecho a decidir me obliga a recodarle tres cosas. Primero, no hay ninguna constitución del mundo que reconozca el derecho a la segregación de una parte de su territorio y por lo tanto, España, como el resto de democracias, no tiene eso reconocido en la Constitución. Dos, es contrario a todo lo que estamos construyendo de convivencia y de superación del drama, del desgarro territorial y social que vivimos y que vio particularmente Cataluña en 2017. Y finalmente, creo que desde el punto de vista de las fuerzas que apostamos, sobre todo el Partido Socialista, por superar lo que sucedió en 2017, a mí me gustaría que fuéramos las fuerzas políticas del sí y no del no, y cuando me refiero al sí, me refiero a las virtudes y las fortalezas de caminar juntos, unidos y no separados y débiles, como plantean las fuerzas independentistas. Los datos y los resultados están ahí. La sociedad catalana está reconociendo los esfuerzos que hemos hecho desde el Partido Socialista por la convivencia. Y ahí está los resultados. Los resultados es que el Partido Socialista es la primera fuerza política en Cataluña, que gobernamos tres de las principales de las cuatro principales ciudades de Cataluña, y que, en la cuarta, Girona, somos la primera fuerza política, pero no hemos podido articular una mayoría que nos permita gobernar. Ese es el camino. Creo que la gran lección de estos últimos cinco años, no solamente por la fractura que supuso el 2017, sino también por la pandemia.

La próxima semana ya estarán en marcha los primeros gobiernos autonómicos con Vox, ¿qué hará el Gobierno si ejecutan algunas de las medidas anunciadas?

Estamos en un estado compuesto, que estamos en un Estado donde, efectivamente, las comunidades autónomas y los ayuntamientos tienen sus competencias, que constitucionalmente están reconocidas y por tanto, lo que vamos a hacer es siempre garantizar el cumplimiento de nuestra Constitución y de las leyes estatales. Se ha hablado mucho, por ejemplo, de la Ley de Vivienda o los riesgos que se puedan producir respecto al desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género. Pues, evidentemente vamos a tener en este segundo tema dificultades, porque si tenemos gobiernos claramente contrarios al reconocimiento de la violencia machista, tendremos un retroceso que trataremos de suplir de otras maneras. Pero las competencias de las comunidades autónomas son las que son. Es importante denunciar esta realidad, este retroceso que se está produciendo, que parece menor, pero no lo es, porque, insisto, hemos visto el tráiler de una película tenebrosa que podemos tener a partir del 23 de julio.