Nuevo plan estratégico

Cepsa acelera su transición verde: White Summit e Ignis se disputan sus centrales térmicas por 300 millones

La compañía, participada por Carlyle y Mubadala, avanza en su nueva estrategia para convertirse en un actor de referencia en la transición energética

Torre Cepsa de Madrid

Torre Cepsa de Madrid / EPI

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Cepsa acelera en su transformación para convertirse en una compañía verde. Según han confirmado diferentes fuentes financieras a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, la petrolera ha seleccionado a los finalistas en la venta de sus centrales térmicas, entre los que destacan el fondo White Summit e Ignis Energía, en una operación valorada en unos 300 millones de euros. La transacción, que está siendo coordinada por el banco de inversión Rothschild, contempla el traspaso de ocho centrales de cogeneración (que suman más de 300 MW) y una planta de ciclo combinado (que cuenta con una potencia de 400 MW). Si la operación llega a buen puerto, se convertirá en la mayor venta de este tipo de activos en bloque realizada en España hasta la fecha, tras las desinversiones realizadas años atrás por otras compañías como Sacyr. Este diario contactó con Cepsa, que declinó hacer comentarios sobre esta información. La transacción llega en un momento clave para la petrolera, que tiene previsto lanzar su nuevo plan estratégico el próximo año. Su nueva hoja de ruta supondrá un “punto de inflexión” para la compañía, según han reiterado en diferentes ocasiones desde la petrolera, que persigue el objetivo de transformar por completo su negocio y convertirse en una empresa 100% verde.

En esta nueva estrategia jugará un papel muy relevante la inversión en energías renovables y en la apuesta por la nueva movilidad urbana, según indican las mismas fuentes. Para ello, la compañía capitaneada hasta finales de este año por Philippe Boisseau está estudiando posibles desinversiones de negocios no estratégicos para ganar liquidez. En este sentido, a principios de este año cerró el traspaso de su división de comercialización de luz y gas para hogares a Podo (además de su cartera de clientes) tras la venta de 5.429 puntos de suministro de propano a Nortegas en País Vasco, Cantabria y Asturias. De hecho, meses antes había planteado su salida de todo el negocio de gas butano y propano, llegando a dar el mandato al banco de inversión estadounidense JP Morgan para buscar a posibles interesados. También el pasado año estudió la entrada de un socio financiero en sus estaciones de servicio, proceso para el que se encomendó a BNP Paribas pero que acabó paralizando al ver que tenía otras formas más eficientes de financiarse. Recientemente ha contratado a Citi para sondear otra posible transacción en su negocio químico, que todavía no ha lanzado un proceso formal, según indican las mismas fuentes.

En cualquier caso, el lanzamiento de su nuevo plan estratégico no se producirá antes de la incorporación del nuevo consejero delegado, Maarten Wetselaar, exdirectivo de Royal Dutch Shell con amplia experiencia en el mundo de la transición energética, el próximo 1 de enero de 2022. Boisseau permanecerá en Cepsa como asesor del nuevo ejecutivo de la compañía. La presentación de la hoja de ruta de la petrolera es uno de los acontecimientos más esperados en el sector, que será el primero que ponen en marcha desde que el fondo Carlyle entró en su accionariado en el año 2019. Tras una fallida salida a bolsa en 2018 por la situación de los mercados financieros, Mubadala (el fondo soberano de Abu Dhabi que controla el 100% de la compañía desde 2011) vendió el 37% de la española a esta conocida gestora de capital riesgo estadounidense por más de 4.000 millones de euros, que se impuso en una dura subasta competitiva a otros pesos pesados del sector como Blackstone. Las mismas fuentes indican que su plan pasa por retomar la salida a bolsa una vez que la compañía se haya reconvertido al mundo de las energías limpias.

Interés por la cogeneración

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El momento elegido para lanzar esta desinversión no es casual, pues un amplio número de inversores están buscando oportunidades en el mundo de la cogeneración, al calor del papel que puede jugar en la transición energética. Al hilo de esto, este tipo de tecnología permite que las industrias que emplean energía térmica en sus procesos de combustión (algo muy habitual en el negocio alimentario, textil o químico) no se disipe en el medio ambiente, sino que se recupere y reutilice, a diferencia de lo que ocurre en las plantas tradicionales. La cogeneración utiliza un sistema que produce calor y electricidad de forma simultánea en una sola instalación, alimentada por una sola fuente de energía primaria. Sus defensores argumentan que este sistema jugará un papel clave en la descarbonización de la economía, ayudarán a la integración de las renovables y serán un punto de acceso para el desarrollo del hidrógeno, poniendo de ejemplo a otros países como Alemania e Italia, donde se está apostando fuertemente por esta tecnología.

En la actualidad, las 600 plantas de cogeneración que existen en España generan más del 11% de la electricidad nacional y con este sistema se fabrica el 20% del PIB industrial español, dando empleo a más de 200.000 personas. Esto se traduce en que este sistema hace que se ahorre el 30% de la energía que se produce en España, el equivalente a cuatro millones de toneladas de CO2 en el país. En este contexto, desde el Gobierno de Pedro Sánchez están trabajando en el lanzamiento de nuevas subastas para la cogeneración, de las cuales todavía no han trascendido detalles. No obstante, sí se sabe que plantearán distintos cupos, que pasarán de la renovación de plantas existentes hasta cogeneraciones nuevas de tal forma que las instalaciones se irán preparando progresivamente para el uso de hidrógeno y gases renovables.

Fuerte recuperación tras la pandemia

Cepsa, la segunda petrolera española, fue una de las energéticas que más sufrió en su negocio el impacto de la pandemia, como consecuencia de la reducción de la demanda, el entorno de precios bajos y el deterioro de activos. Sin embargo, a principios de este mes de noviembre presentó los resultados correspondientes a los nueve primeros meses del año, mostrando que ha conseguido superar el temporal del coronavirus. Así, registró un beneficio neto de 498 millones de euros hasta septiembre, frente a las pérdidas de 810 millones del mismo periodo del año anterior, gracias al aumento de los precios del crudo, de la producción y de los márgenes. El resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en 1.346 millones de euros hasta septiembre, lo que supone un aumento del 48% respecto a los 910 millones del mismo periodo de 2020. Durante este periodo, la compañía ha seguido optimizando sus inversiones, hasta los 310 millones de euros, frente a los 464 millones a septiembre de 2020. En la actualidad, la compañía controlada por Mubadala y Carlyle cuenta con 4.500 millones de euros en el balance para destinar a inversiones, entre efectivo y líneas de crédito disponibles. Además, sigue avanzando en su programa plurianual de eficiencia, con el que quiere mejorar su margen bruto y reducir sus costes operativos en tres años. Hasta septiembre de 2021, ha capturado 295 millones de mejora de ebitda, que se suman a los 73 millones del ejercicio anterior del Plan de Contingencia.