RUGBY

Arranca el 6 Naciones 2024: entre el champagne y el pan con mantequilla

Mientras crece la talla de los jugadores, se quedan pequeños los campos y las propuestas van desde la creatividad del rugby francés a la simpleza de la Inglaterra más física

Pugna por un balón durante el Francia-Escocia del Seis Naciones de rugby de 2021.

Pugna por un balón durante el Francia-Escocia del Seis Naciones de rugby de 2021. / Afp

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

La vida es lo que ocurre entre 6 Naciones y 6 Naciones. Un torneo con olor a barro y sabor a cerveza que cumple 141 años y 130 ediciones, y que se estrenará este viernes en horario futbolero. A las 21:30 París vivirá el partido inaugural entre Francia y Irlanda, que bien podría ser la final, de jugarse el torneo con ese formato. Dos selecciones frustradas por incumplir sus desmesuradas expectativas en el Mundial que concluyó en París el pasado mes de noviembre. 

Los campos se quedan pequeños

Con el paso de los años crecen los jugadores... y al tiempo menguan los campos. Aquel viejo rugby de carniceros, policías y zapateros ha mutado, desde la profesionalización de 1995, lo gobiernan ahora gigantes de agilidad sobrenatural. Lo que condiciona el juego hasta provocar un rugby más cerrado y físico. Un estilo prosaico sin puertas por las que entrar con una propuesta conservadora que prefiere entregar la pelota al rival con presión en busca del error. Versión indisimulada del clásico tabernario "¡Pateamos y que se les caiga!". 

Como cada torneo post-mundialista se alumbra un nuevo relevo generacional. Sin embargo, las ausencias más notables llegan por razones extraordinarias. El irlandés Sexton es el único que se retira, porque el inglés Owen Farrell huye a París para alejarse del foco mediático, el francés Antoine Dupont (mezcla de D’Artagnan y Asterix), deja el XV por el VII para colgarse una medalla en los JJOO de París, y el galés Louis Rees-Zammit cambia el rugby por la NFL. 

El calendario, a una vuelta, suele allanar el camino a muchos. Y este año esa a Francia, que recibe a Irlanda e Inglaterra. Los ingleses, los más odiados, solo ganaron el 50% de los partidos en los últimos seis años (15 de 30) y en los tres últimos salen a dos victorias, encadenando tres derrotas seguidas en la Calcutta Cup con Escocia. Algo que no ocurría desde 1924. Los de Borthwick renuevan su columna vertebral y se espera que también su propuesta, tan efectiva como pobre. El "pan y mantequilla" debería pasar a mejor vida. Debería...

Los jugadores de la selección de Irlanda de rugby celebran la victoria en el Seis Naciones.

Los jugadores de la selección de Irlanda de rugby celebran la victoria en el Seis Naciones. / REUTERS

Irlanda, presente o futuro

Irlanda tiene un dilema:presente o futuro. Un país que hace dos décadas apenas sumaba una decena de títulos, hoy es el más exitoso de los tres últimos lustros. Pero su seleccionador, el inglés Andy Farrell, debe elegir si mira a Australia 2027, fogueando a los más jóvenes, o si disfruta de la horda de treintañeros en plenitud que arrasarán a sus rivales y provocarán que los pubs de Dublín, Limerick, Belfast o Cork se queden sin alcohol una noche tras otras. Un equipo con Furlong, Henderson, O'Mahony, Van der Flier, Gibson-Park, Murray, Aki, Henshaw, McCloskey, Lowe o Conan es candidato, si no favorito. Si todo va bien, este año la fiesta de San Patricio arrancará la tarde antes en el Aviva con los de verde conquistando el Grand Slam ante Escocia. Y todo sin el William Wallace irlandés, Johnny Sexton.

Francia pierde al Messi oval (Dupont), por más que el escocés Finn Russell se arrogue el rol del argentino en Netflix. Sin el medio melé, los del gallo pierden exuberancia. Huérfanos de su liderazgo buscarán otro caudillo para vertebrar una plantilla descomunal. La responsabilidad descansará en el capitán Aldritt, tan inteligente como duro, y atrás con un juego coral con protagonismo anotador en las orillas de los alas de Burdeos, Penaud y el imberbe Bielle-Biarrey. Fickou frotará la lámpara en el mediocampo y lanzará al ariete Danty, ocupando el fondo el fiable Ramos.  

Escocia lleva años rozando su punto de madurez, pero necesita refrendarlo con alguna conquista. Tras quedar tercero el año pasado, aspira "a mejorarlo un puesto... o dos". Y tras un Mundial en el que quedaron atravesados en mitad de la vía (Irlanda y Sudáfrica, en su grupo), la resurrección de Russell en Inglaterra, donde ha disparado las prestaciones de Bath, genera entusiasmo entre los caledonios. El 10 tendrá a su disposición a la línea más potente de los últimos tiempos en los del kilt, con ‘Huwipulotu’, su explosiva pareja de centros (Huw Jones y Sione Tuipulotu), y el gigante Van der Merwe en el carril. Además ‘Gregorio’ Townsend dispone de ‘gordos’ con mucho oficio como Schoeman, WP Nel, Jamie Ritchie, Rory Darge, los Fagerson o el prometedor Josh Bayliss. 

Gales "tala los árboles"

Gales es la antonomasia de Escocia. Selección imberbe capitaneada por el capitán más joven desde 1968, Dafydd Jenkins. Un ternero de dos metros y 21 años, epitome de un equipo que reparte sartenazos y acumula placajes a niveles insanos. Con las retiradas de Biggar y Halfpenny, las lesiones de Morgan, Faletau y Lake, y la desbandada de Anscombe y Liam Williams, más allá del éxodo a la NFL de Reems-Zammit, al seleccionador Warren Gatland no le queda otra que hacer caso a Steve Hansen, gurú de los All Blacks, que solía decir: "A veces hay que talar los árboles grandes para dejar crecer a los pequeños". En Gales ha llegado esa hora.

Italia, por su parte, estrena seleccionador, el argentino Gonzalo Quesada, que se encomendará a los ‘bambinos’ que han impresionado en el VI Naciones Sub-20 y el Mundial júnior. Nadie se fía de ellos en esta peculiar edición en la que habrá tiempo para alternar el champagne francés y el pan con mantequilla inglés. Buen provecho.