ABUSOS EN EL DEPORTE

La violencia sexual mancha el fútbol: "Los estadios son espacios de impunidad"

Los futbolistas denunciados por agresión o violencia sexual se amontonan, con el caso de Dani Alves como metáfora de la lacra. Lucía Avilés, magistrada especializada en violencia de género, analiza la situación

Imagen de archivo del futbolista brasileño Dani Alves.

Imagen de archivo del futbolista brasileño Dani Alves. / EFE

Laia Bonals

Las víctimas, cada vez, tiene menos miedo a alzar la voz. La sociedad empieza a acompañarlas, a creerlas, y ello está creando una revolución. Tanto en los juzgados como en la calle. Frente al poder y a las agresiones sexuales cada vez hay menos impunidad, aunque solo fuera de los campos. En los últimos años, los futbolistas denunciados por agresión o violencia sexual se cuentan casi por decenas y, ante eso, hace falta un clima de seguridad para que las víctimas puedan denunciar y se sientan seguras, y no señaladas.

Dar el paso y denunciar no es una decisión fácil. Sin embargo, cada vez hay más condenas y las víctimas ven cómo su voz es escuchada y respetada dentro de la sala. "Tiene un indudable efecto positivo, ya que es un termómetro de cómo la sociedad está cambiando", cuenta Lucía Avilés, magistrada experta en violencia de género. "Antes no se veía tanto con futbolistas, pero sí con hombres que tenían poder. Por ejemplo ahí queda el 'caso Nevenka', donde al final hubo un silencio social muy grande que incluso culpabilizaba y revictimizaba a la víctima. Con el paso del tiempo, la evolución social ha hecho que las víctimas no se encuentren tan solas. Gracias a los cambios sociales y al movimiento feminista, sobre todo, no se ve ya tan extraño a que se plante cara a hombres que tienen algún tipo de poder", añade la jueza.

Caso Dani Alves

La madrugada del 30 al 31 de enero del año pasado, el exjugador del FC BarcelonaDani Alves, violó presuntamente a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona. Pocos días después, Alves entraba en prisión provisional. El procedimiento judicial se ha tramitado de forma rápida y el exjugador del FC Barcelona y de la selección brasileña se sentará en el banquillo de los acusados los días 5, 6 y 7 de febrero.

"También tiene un efecto dominó", enfatiza la magistrada, Premio Menina 2022 —reconocimiento de la delegación del gobierno en materia de lucha contra la violencia de género—. "Cuando hay un caso como el de Dani Alves, con esa relevancia mediática, anima a mujeres que están pasando o que han pasado por una situación en la que se puedan ver reflejadas y les permite identificarse como víctimas. También a entender lo que les ha sucedido y a encontrar, de alguna manera, fuerzas para poder enfrentarse a lo que significa poner una denuncia e iniciar un proceso judicial. Existe ese efecto espejo que ayuda a mostrar el camino a seguir a personas que estén dudando en denunciar o no. Quizá a la persona que denuncia al personaje famoso le cuesta romper esa barrera", añade.

Caso Robinho

Robson de Souza 'Robinho' violó, junto a cinco amigos más, a una chica de 23 años en una discoteca de Milán, según una sentencia firme confirmada por el Tribunal Supremo italiano en enero de 2022. Pero la violación grupal se produjo en enero de 2013. Y Robinho, que se refugió en Brasil, no ha pasado ni un solo día en prisión, aunque ha sido condenado a nueve años de cárcel hace más de diez años.

Unos de los casos que han sacudido el mundo del fútbol ha sido el del Dani Alves, exjugador del Barça y de la selección brasileña. El Periódico de Cataluña y Prensa Ibérica Studio han producido el pódcast 'En fuera de juego', que profundiza en la caída de este mito de deporte. Este tipo de casos suelen tramitarse de manera ágil. "Todos los casos que entran en los juzgados se tratan de igual forma. Dentro de esa homogeneidad sí que es verdad que se le da preferencia a determinados casos. ¿Cuáles tiene esta preferencia? Unos son urgentes, bien porque la persona investigada esté en una situación de prisión provisional o porque sea un caso de violencia de género. También se les da preferencia a los casos de agresiones sexuales. Lo que hace que algo tenga más preferencia no es ni la víctima ni el agresor, sino la materia sobre la que versa. Y en este caso, pues en la agresión sexual es lógico que se le haya dado cierta preferencia", refuerza Lucía Avilés.

"Aquí se han ido viendo determinadas cuestiones que al final no eran más que estereotipos. Tanto el del hombre poderoso que siempre dice la verdad, como el de la mujer que para no quedar como aprovechada renuncia a la indemnización", relata la magistrada.

Caso Joel Domínguez

El futbolista de 18 años fue condenado por maltrato físico a una pena de 40 días de trabajos a beneficio de la comunidad, un año de alejamiento (a menos de 500 metros) de la víctima, la prohibición de cualquier comunicación con ella y dos años de privación de tenencia de armas.

Los hechos tuvieron lugar el primer domingo de junio de 2023 en la zona de Tamaraceite (Las Palmas de Gran Canaria), donde el agresor propinó patadas y empujones a la víctima, quedando detenido en los calabozos hasta su comparecencia ante el juez. La presencia de tres testigos en el lugar de los hechos, uno de ellos policía de paisano, fue clave en el juicio en el que la víctima no quiso denunciar ni hacerse un reconocimiento médico forense para acreditar las lesiones. La sentencia fue dictada con la conformidad de las partes y a raíz de la confesión de los hechos por parte del jugador. "Joel Domínguez es un chico que se equivocó", manifestó el presidente del club, Miguel Ángel Ramírez, en una rueda de prensa tras conocer la sentencia, donde ratificó la decisión de promocionar al jugador para que juegue con el primer equipo.

Impunidad en los campos

Mientras en la calle existe un movimiento social en favor de las víctimas, aún quedan lugares que aún no se han impregnado de ello. Por ejemplo, los campos de fútbol. "Hay como una esquizofrenia de las instituciones. Al final, las entidades deportivas también tienen un peso, una responsabilidad. Y esto se ha demostrado ahora en el 'caso Rubiales'. A las instituciones se les estaba pidiendo una respuesta inmediata también. Tiene una coherencia del sistema y una coherencia social. No puede ser que los estadios sean espacios de impunidad, cuando fuera de ellos estamos luchando contra la violencia sexual y la violencia de género. Para que haya una coherencia social también tiene que haber coherencia entre todas las entidades e instituciones", denuncia Avilés

Caso Santi Mina

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) condenó a cuatro años de cárcel al futbolista Santi Mina, de 27 años, por abuso sexual a una mujer en Mojácar (Almería). Mina abusó de la víctima en una furgoneta aparcada frente a una discoteca y ahora los jueces del TSJA apoyan el relato de la mujer, sin “contradicciones relevantes en los aspectos esenciales” sobre el ataque sufrido.

Esta permisividad, o falta de importancia cuando se entra dentro de los campos, es un duro golpe al progreso que se está dando en los juzgados y en las calles. El hecho de que entidades deportivas acepten y mantengan en sus disciplinas jugadores acusados o condenados por violencia sexual, hace que se normalice una situación totalmente injusta. "Hay como una tolerancia con relación a este tipo de delitos. Hay mucha tolerancia social que se refleja en la tolerancia de este tipo de instituciones en lo deportivo. No llegan a ser conscientes del daño que puede generar en muchas generaciones. Hay muchos jóvenes que siguen a estos futbolistas y les parece bien todo lo que haga ese jugador. Los admiran", denuncia Avilés.

Caso Arandina

Los dos exjugadores de la Arandina condenados por agresión sexual a una menor de 15 años en 2017 están en prisión para cumplir una condena de 9 años de cárcel. En diciembre de 2019, la Audiencia de Burgos condenó a 38 años de cárcel a cada uno de los tres exjugadores de la Arandina Club de Fútbol -Carlos Cuadrado 'Lucho', Víctor Rodríguez 'Viti' y Raúl Calvo- por la agresión sexual a una menor el 24 noviembre de 2017.

Sin embargo, al revisar la sentencia, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León absolvió a Calvo y rebajó la condena a Cuadrado a cuatro años de cárcel y a Rodríguez a tres años al calificar los hechos de abuso sexual y no de agresión, al no haber intimidación.