Así debes vestirte y equiparte para ir a la montaña a hacer deporte

Para afrontar las jornadas de deporte en la montaña, es esencial contar con el equipamiento adecuado para prevenir lesiones y garantizar la máxima comodidad posible. La forma de vestir para hacer ejercicio ha evolucionado en los últimos años, debido a los nuevos retos del montañismo, la aparición de nuevos tejidos o las valoraciones de los montañeros.

Esta investigación ha permitido crear prendas más ligeras, ergonómicas, térmicas, transpirables y aislantes, con el objetivo de ayudarnos a regular y mantener nuestra temperatura corporal. Además, el diseño y la estética de las prendas juega un papel cada vez más importante a la hora de elegir una u otra, aunque nunca debe ser el factor determinante. Para ayudarte a escoger la ropa adecuada, la Oficina de la Montaña de España explica qué aspectos debes tener en cuenta para vestirte y equiparte para ir a la montaña a hacer deporte. Te contamos cuáles son.

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¿Cómo me visto para ir a la montaña?

Existen tres factores decisivos a la hora de mantener nuestro cuerpo a una temperatura óptima: transpirabilidad, capacidad térmica y aislamiento. Estos aspectos se ven favorecidos por la aparición de tejidos sintéticos que favorecen el desarrollo de un sistema de tres capas, también conocido coloquialmente como 'sistema de cebolla'. Cada una de estas tres capas tiene una característica esencial, que predomina entre el resto.

1. Capa interna: transpirabilidad

La primera capa es la que está en contacto directo con el cuerpo y, por tanto, la que se encarga de mantener la piel seca y favorecer que la traspiración salga hacia el exterior. En esta capa interna, los tejidos más efectivos son los naturales, como la lana merina o sintéticos tipo 'coolmax', que favorecen la transpiración.

2. Capa intermedia: térmica

La principal función de esta segunda capa es mantener el calor de nuestro cuerpo, aunque también ayuda a la transpiración. Aquí se abre un gran abanico de posibilidades, desde una sudadera fina a una de plumas. La cantidad de prendas que usaremos en esta capa intermedia dependerá de la temperatura a la que estemos expuestos. Por ello, existe una gama amplia de ropa con cualidades transpirables como el forro polar, u otras cualidades aislantes como una chaqueta cortavientos.

3. Capa externa: aislamiento

La tercera capa se ocupa de aislarnos de las inclemencias meteorológicas, como la lluvia o el viento. Aunque también es importante que esta sea transpirable para terminar de evacuar la humedad de nuestro cuerpo. Por tanto, es la capa que requiere de prendas más técnicas, ya que, por un lado, deben ser transpirables y por otro, tienen que impedir que entre el agua a nuestro cuerpo.

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¿Cómo protejo el resto de partes del cuerpo?

Las manos, los pies y la cabeza son las partes del cuerpo más sensibles ante las bajas temperaturas. De ahí que sea crucial proteger estas zonas ante agentes externos. Un gorro es esencial, cuyo grosor dependerá de la actividad que se vaya a realizar y del frío que haga.

Respecto a las manos y pies, también se puede aplicar la teoría de las capas. Así, existen guantes especializados de materiales impermeables y térmicos.

En cuanto a los calcetines, lo ideal es que sean de lana, ya que regulan la temperatura del cuerpo, o si no de algodón grueso, que tengan acolchado en la planta del pie para que actúe como un refuerzo que aísla de la humedad y del frío.

Y estos son los factores que debes tener en cuenta para vestirte y poder realizar ejercicio en las épocas más frías del año. Mantener tu cuerpo seco, aislado y, sobre todo, caliente es esencial para disfrutar de una jornada en la montaña sin incidentes.