REAL MADRID

Bellingham eclipsa los focos de la Gran Vía madrileña

El jugador del Real Madrid se ha paseado por el centro de Madrid y centenares de aficionados se abalanzaron sobre él

Así es Jobe Bellingham, el calco de la estrella del Real Madrid

Bellingham paseando por la Gran Vía de Madrid

Bellingham paseando por la Gran Vía de Madrid / Tik Tok @arielgabriel98

Isabel Guillén

Isabel Guillén

Mientras su madre se mostraba seria, ajena a todas las miradas que estaba recibiendo el joven de 20 años, Jude Bellingham sonreía al tiempo que cientos de personas le avasallaban con fotos y autógrafos.

Así es Jude, el astro del Real Madrid, el máximo goleador de LaLiga que se ha ganado el cariño de todos los aficionados al fútbol por su humildad, desparpajo y como no, por sus goles. Y es por esto que a cuatro kilómetros de Gran Vía, en el Bernabéu, ya se entona cada fin de semana el famoso 'Hey Jude' de los Beatles.

Bellingham, de paseo por Gran Vía

Iba con gorro de invierno, intentando pasar desapercibido. Algo que iba a ser casi imposible en una capital madrileña en la que ya es todo un ídolo de masas. En pocos minutos, las calles de Madrid se habían llenado de jóvenes y no tan jóvenes, de madridistas y no tanto. Todos querían hacerse una foto con Jude.

En el vídeo, que se ha hecho viral en redes sociales, se puede ver a Bellingham esperando con su madre en el semáforo que cruza la Plaza de Callao, mientras centenares de personas no se creían que fuera el jugador del Real Madrid. Le piden fotos, le meten el móvil hasta en la nariz. Su madre mantiene un rosto serio. Él, se ríe y posa.

Así es Jude, un tipo normal que no dudó en hacerse fotos con todos los presentes. Y todo llega justo después de que dejara su imagen más amarga tras el partido del pasado domingo ante el Villarreal, enervándose con el árbitro y provocando a la afición para que pitara. Incluso el colegiado se vio obligado a avisarle de una posible roja. Al día siguiente, un paseo por la que es su nueva casa y fotos con los que son sus nuevos aficionados. Y también con los que no lo son, porque todos querían verle.