INTERVENIDA POR EL CSD

La Federación española de rugby, en "bancarrota" y a la búsqueda de 'palancas'

Juan Carlos Martín ‘Hansen’ trata de reflotar la Federación tras una gestión de Alfonso Feijoo que deja una deuda que, según la auditoria ordenada por el nuevo presidente, supera los 420.000 euros permitidos

Alfonso Feijoo, expresidente de la Federación Española de Rugby, con José María Epalza a su espalda.

Alfonso Feijoo, expresidente de la Federación Española de Rugby, con José María Epalza a su espalda. / Víctor Casado/ SPO

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Cuando Juan Carlos Martín, Hansen, se hizo cargo de la Federación Española de Rugby (FER) el pasado 30 de julio, tendió la mano a todo el rugby español y agradeció el trabajo a los anteriores gestores. Pero lo hizo al tiempo que solicitaba una auditoría de las cuentas de una Federación gobernada económicamente en los últimos 30 años por las mismas manos, incluso durante el ruinoso mandato de Javier González Cancho entre 2012 y 2014. 

Alfonso Feijoo ha sido presidente nominal los últimos ocho años, pero quienes han hecho y deshecho desde los 90 son José María Epalza y Rafa Sempere. El primero, reconocido jugador y entrenador que llegó a ostentar cargo en Rugby Europe, era el condottiero de Ferraz. El segundo, dueño de una controvertida nómina federativa, es el arquitecto financiero de una Federación anclada en el siglo pasado por el interés por mantener el status quo con la connivencia de la asamblea.

Más allá de protagonizar un esperpento deportivo al ser descalificados dos veces seguidas del Mundial, en la última incluso con la clasificación ganada, poco se sabía de las cuentas. Así que Hansen decidió curarse en salud auditando todo antes de tomar decisiones. Preguntado por ello, el nuevo presidente responde con su mesura habitual: «Nos hemos encontrado lo que esperábamos, aunque la situación es más complicada de lo que pensábamos». Elegante mensaje tras el que se esconde una cruda realidad la Federación Española está en bancarrota. 

La FER está en bancarrota técnica porque su deuda supera el límite permitido en función a su presupuesto e ingresos, que rondaría los 420.000 euros. Un déficit que casi duplica ese importe por varias razones. Primero Feijoo incurrió en un gasto imprevisto notable para contratar bufetes de abogados buscando revertir judicialmente la expulsión de los Leones del Mundial por «alineación indebida» debido a la «negligencia continuada» de la Federación. A eso se suma que la partida destinada a la selección masculina se disparó superando lo presupuestado. Ferraz puso toda la carne en el asador para contar con la preparación óptima y los jugadores idóneos, algo que ha repercutido en las arcas. A eso se añade cierta euforia final en el gasto federativo clásico de representación:dietas, gastos de viajes, parkings...  

Un aumento del gasto al que se suma la marcha de patrocinadores tras oficializarse la expulsión de España del Mundial, provocando que no se ingrese todo lo presupuestado. Por tanto, más costes de los previstos y menos ingresos de los esperados. Feijoo, que siempre ha presumido de liquidar la deuda que dejó su predecesor, deja un legado descorazonador: descalificados del Mundial, por tramposos, y en bancarrota. Ante esta tesitura, e intervenidos por el Consejo Superior de Deportes, como es protocolario, el nuevo presidente se ha reunido con los dirigentes del CSD, quienes han manifestado «su plena confianza» en la capacidad de gestión de la nueva directiva para revertir la situación y reconducirla.

Cinco palancas

Hansen y su equipo han activado varias ‘palancas’ para echar a andar el rugby español. En primer lugar ha reorganizado la estructura federativa con 40 nombramientos en los primeros 40 días para reactivar todas las áreas. Después ha desbloqueado la situación deportiva en tiempo récord, logrando arrancar la competición liguera tras sancionar al Alcobendas con el descenso y reubicar en División de Honor al Gernika Rygby Tadea. El siguiente paso ha sido tender lazos con las instituciones superiores, World Rugby y Rugby Europe, en una reunión en Sudáfrica a la que se presentaron acompañados de representantes del Gobierno español y del Ayuntamiento de Madrid. La cuarta palanca ha sido firmar la paz con los clubes y trabajar conjuntamente en una hoja de ruta para el desarrollo de la División de Honor. Y por último está cerrando un acuerdo para devolver el rugby a la televisión en abierto, y con ello poder sentarse a negociar con algunos patrocinadores que han mostrado su interés por sumarse al rugby español tras el cambio de dirigencia.

Restan decisiones por tomar, la primera es la elección del nuevo seleccionador, una vez concluya el contrato del actual, Santiago Santos. Los nuevos gestores seguirán abriendo ventanas y activando palancas para superar esta etapa oscura de la historia del rugby español en lo deportivo... y parece que también en lo económico. 

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