REPONSABLES DEL FESTIVAL ESTACIÓN PODCAST

Carlos Galán y Nacho Gallego: "Después del subidón de pódcasts con la pandemia, aparecieron dudas. Ahora hemos vuelto al pre-2020"

Durante toda esta semana se celebra en Madrid el festival Estación Podcast, referencia en el sector. Sus directores hacen aquí diagnóstico de una industria al alza que apunta a su consolidación y que busca cómo ser económicamente sostenible

Nacho Gallego (izda.) y Carlos Galán, directores del festival Estación Podcast, en la Casa de América, en Madrid.

Nacho Gallego (izda.) y Carlos Galán, directores del festival Estación Podcast, en la Casa de América, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

El mundo del pódcast tiene un recorrido que ya podríamos empezar a considerar largo. Hace tres décadas que algunas radios empezaron a emitir en streaming y a dejar a disposición de sus oyentes partes de sus contenidos colgados en internet para que los escuchasen cuando quisieran. Y hace ya casi 15 años que Nacho Gallego, profesor e investigador de la Universidad Carlos III y uno de los interlocutores en esta conversación, leyó su tesis doctoral sobre la materia, cuando ya empezaban a circular productos nativos de este formato. Sin embargo, para mucha gente el pódcast sigue siendo un producto relativamente joven que, sobre todo, tuvo su gran expansión masiva a partir de ese big bang del contenido online que supuso la pandemia.

De conversar sobre el estado de esa industria (ya la podemos considerar así) y de disfrutar en vivo de algunas de sus propuestas en español más interesantes, procedentes de ambos lados del atlántico y con Colombia como país invitado, es de lo que va Estación Podcast, el festival que dirigen el propio Gallego y Carlos Galán, fundador del sello discográfico Subterfuge Records. Además de uno de los padres del indie español, Galán es un convencido del formato que tiene su propia radio (Radio Subterfuge) y produce pódcasts en sus oficinas, además de ser el promotor del festival. La cita se extiende toda esta semana en Madrid, y que se llame festival y no congreso, feria, certamen u otro tipo de sustantivos igual de aburridos se debe a que su filosofía desde que se creó (va por la tercera edición) es, como explica Galán, “replicar la idea de festival de música, con varios escenarios en diferentes sedes, colas para ver los shows, fans impacientes…". En esta tercera edición, a sus sedes tradicionales de Casa de América y Círculo de Bellas Artes se añaden Casa de México, Fundación Telefónica y Caixaforum.

La filosofía es replicar la idea de festival de música, con varios escenarios en diferentes sedes, colas para ver los 'shows', fans impacientes…"

Carlos Galán

— Fundador de Subterfuge Records y promotor y codirector de Estación Podcast

“El crecimiento del festival es evidente desde aquel café que nos tomamos Nacho y yo en septiembre u octubre del 2021, cuando todavía los omicrones nos amenazaban y no sabíamos si todo iba a volver a ser normal, si lo tendríamos que hacer por streaming. Al final se hizo en dos sedes, y el primer año éramos cuatro gatos. Ahora, en cambio, empieza a haber ya mucha demanda de gente de fuera que quiere participar”, cuenta Galán. “Fuimos de los primeros en funcionar con esa lógica de tener mucho pódcast en directo y mucho encuentro de los creadores explicando cómo hacen los pódcasts", añade Gallego. La involucración este año del gobierno central a través de la Aecid y de Acción Cultural Española, con la presencia en uno de los shows del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, da una idea de la importancia que están cobrando los pódcasts en los intercambios culturales de la comunidad hispanohablante.

¿Burbuja o reconfiguracuión?

Desde esa atalaya que es el festival, además de como promotor y estudioso respectivamente en el mundo del pocasting, Carlos Galán y Nacho Gallego son las personas idóneas a las que preguntarles en qué punto está todo esto del audio online. Porque comentarios, entre quienes trabajan en ello o entre quienes simplemente están pendientes de cómo se comporta ese mercado, los hay de todo tipo. “Desde el movimiento que se produjo a partir de la pandemia, con un crecimiento muy importante de la escucha, se empezó a hablar de burbuja", explica Gallego. "La gente se preguntaba cuánto valía todo eso, cuánto producía realmente el sector, cómo entraban las grandes plataformas a nivel global… Después del subidón, aparecieron dudas. Sobre todo el año pasado, cuando Spotify dejó de producir su propio contenido y cambió su lógica de negocio alrededor del pódcast. Era quien había tomado el liderazgo en producción y, de repente, se retiraba de esa parte. Eso produjo una cierta sensación de vacío".

Lo que ha venido después ha sido una especie de reconfiguración del mercado, continúa. "Se ha vuelto un poco al pre-2020. Y se buscan nuevas fórmulas de desarrollo: se estabiliza la gente que tiene más audiencia, se buscan nuevas formas de monetizar, desde el live (los espectáculos en directo) al merchandising o el desarrollo de la propiedad intelectual: muchos creadores ya piensan que el pódcast no termina en el audio, y que puede tener un desarrollo". Por esa razón, los contratos ahora se firman de otra manera. "Hace tres años, una plataforma llegaba y te decía: toma tanto por episodio. Pero si ves que de ahí puede surgir un libro, una serie o un programa de tele, un videopodcast o un branded content, cambia la lógica de monetización".

Casa de América es una de las sedes estos días de Estación Podcast.

Casa de América es una de las sedes estos días de Estación Podcast. / ALBA VIGARAY

Antes asociados a un público más joven y 'conectado', los pódcast están llegando cada vez a más franjas de oyentes. "Ha entrado mucha gente por abajo que antes no estaba en el audio: los centennials llegan a la radio, que antes no escuchaban, por el pódcast. Y la gente de más de 50 que no estaba en los pódcast empieza a entrar también", señala Gallego. "Los hay para todos los públicos y sobre todos los temas. Al ser un formato tan fácil de producir, porque casi te lo puedes hacer con un teléfono, eso facilita que gente con inquietudes diversas estén ahí, hablando sobre cosas muy concretas que van de la cultura popular al pensamiento político, la literatura, la poesía... Cualquier disciplina”, añade Galán.

Menos pero mejores

Otra tendencia que perciben en el mercado, un cambio reciente, es que se ha pasado de producir mucho a producir menos pero mejor. También, que el podcasting está influyendo en otro medios. Igual que la televisión cambió el cine, o internet los medios tradicionales, los pódcasts están cambiando la radio. "Las emisoras empiezan a cambiar su forma de producir y cómo piensan los programas. Para que tengan una vida más larga que antes se terminaba en lo efímero. Por ejemplo: hacen más contenidos atemporales, menos pegados a la actualidad".

Cuando se les pregunta si se puede hablar de cifras de audiencias en España, ambos ponen cara de escépticos. “El News Report del Reuters Institute te dice que un 40% de la población escucha pódcasts, pero luego el EGM para España da unas cifras bastante más bajas [en torno al 6%]. Aunque lo que sí que muestran es un crecimiento muy sistemático. Es difícil saber algo exacto porque en España hay un problema de consolidación de datos", dice Gallego. No le parecen fiables los datos que da una plataforma, "que además mide como mide, porque a veces lo que observa son las tendencias". Conocer una cifra de lo que puede facturar el sector, entonces, parece imposible. "Yo no la tengo ni creo que la tenga nadie", afirma.

A la hora de hablar de audiencia y negocio, los directores del festival dicen que no se pueden comparar medios: pódcast y radio no tienen nada que ver. "En el pódcast el nicho funciona muy bien y puede ser hasta financiable. Uno con 3.000 o 4.000 oyentes, si está muy especializado en algo, puede ser sostenible, aunque no tengas las megacifras de un programa de radio, que en una hora te da un millón", dice Gallego.

A Spotify, cada canción que se reproduce le cuesta dinero, pero cada podcast que se reproduce no le cuesta nada"

Nacho Gallego

— Profesor e investigador de la Universidad Carlos III y codirector de Estación Podcast

El tema de la publicidad y el quién paga esto es clave para que veamos una industria real y profesionalizada. Por ahora, sigue siendo un sector deficitario, mantenido esencialmente por grandes grupos de comunicación o por plataformas de contenido que invierten aquí el dinero que obtienen con otros productos. Así como la música se monetiza hoy en día por streams, no sucede lo mismo con los pódcasts. Lo subraya Nacho Gallego: "A Spotify, cada canción que se reproduce le cuesta dinero, pero cada podcast que se reproduce no le cuesta nada. Y sigue siendo la plataforma más utilizada para escucharlos”. Por eso, uno de los propósitos del festival es reunir a los actores en juego y buscar las estrategias para que ese dinero llegue: el branded content, los patrocinios, el merchandising, los directos en los que se cobra entrada... El triunfo definitivo son los productos derivados: que un pódcast se convierta, como ya se ha mencionado, en un libro o una serie.

Sostenibilidad a la vista

A pesar de todo, son optimistas, porque el de la monetización y la consolidación es un proceso que apenas acaba de empezar. "Me recuerda mucho al 2008 de la música -explica el fundador de Subterfuge-, cuando se acabó el formato físico y de repente apareció el streaming: la primera factura que hicimos a Spotify fue de un euro. Si en ese momento nos dicen que 15 años después íbamos a vivir de esto… La industria del pódcast ahora mismo está en un momento de regularización, y yo creo que progresa adecuadamente para que esos ingresos lleguen".

Galán y Gallego, en un momento de la conversación con El Periódico de España.

Galán y Gallego, en un momento de la conversación con El Periódico de España. / ALBA VIGARAY

Hay modelos de éxito como el de Carne Cruda, un espacio completamente independiente y sostenible que se financia a través de sus oyentes y que ha conseguido incluso hacerse con su propio estudio que alquila a otros. También se refieren constantemente, este a mayor escala, a Caso 63, del chileno Julio Rojas. Una ficción (un género que sigue siendo minoritario en el mundo del audio debido a su mayor coste) sobre la historia de un psiquiatra que atiende a un paciente que dice ser un viajero en el tiempo. Rojas trabaja en Hollywood en su versión cinematográfica.

Hay pódcasts que se producen en un idioma y luego se traducen a varios, de dos maneras: o adaptados con seres humanos o directamente con inteligencia artificial"

Nacho Gallego

— Profesor e investigador de la Universidad Carlos III y codirector de Estación Podcast

Respecto al baile de géneros y las modas, Nacho Gallego cree que “el true crime ya no es una tendencia, está muy consolidado. Los dailys eran tendencia hace dos años, ahora lo mismo. El conversacional está superado. Y los documentales van creciendo por esa búsqueda de la propiedad intelectual, para poder vender algo que se convierta en un producto audiovisual". Lo que está cada vez más al alza, dice, es la traducción. "Hay pódcasts que se producen en un idioma y luego se traducen a varios, de dos maneras: o adaptados con seres humanos o directamente con inteligencia artificial. Spotify ha lanzado una herramienta que sintetiza la voz de las dos personas que hacen el conversacional y te lo traduce en tiempo real. Empieza a ser flipante cómo suena eso de bien”.

Las capacidades de la IA, por supuesto, no terminan ahí. "Al festival viene una empresa que tiene una herramienta a la que tú le dices: 'quiero hacer un podcast sobre los ganadores y perdedores en la Edad Media'. Añades: 'Van a hablar un humorista y un experto'. Le das a un botón y te saca 10 guiones de 10 capítulos, sus títulos. Después te empieza a dar guión por guión. Si le subes libros, los usa para documentarse. Y luego te genera automáticamente las voces, el audio".

Está claro que lo que está por venir en el mundo del audio pasa, como en casi todo, por la IA, ya sea para generar contenidos o para distribuirlos. Afrontarlo como una oportunidad y sin pesimismo es probablemente, como apuntan Galán y Gallego, la mejor (o la única) forma de mirar hacia delante.