ESTRENO

'El simpatizante', la serie que adapta la novela ganadora del Pulitzer: un agente doble del Vietcong y hasta 'cuatro' Robert Downey Jr.

El maestro surcoreano Park Chan-wook, director de 'Old boy' y 'La doncella', es director y 'showrunner' en esta esperada serie sobre un agente doble al servicio del Vietcong, con Robert Downey Jr. en hasta cuatro papeles  

Hoa Xuande (el Capitán) y Robert Downey Jr. (como Claude) en 'El simpatizante' / HBO MAX

Hoa Xuande (el Capitán) y Robert Downey Jr. (como Claude) en 'El simpatizante' / HBO MAX / ARCHIVO

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

La adaptación a serie de El simpatizante (HBO Max), novela que valió el Pulitzer a Viet Thanh Nguyen en 2016, reúne a dos cineastas de idéntica edad (60 años) que hace un cuarto de siglo contribuyeron al renacer de las cinematografías de sus respectivos países.

El surcoreano Park Chan-wook firmó algún importante taquillazo local antes de acaparar atenciones alrededor del mundo con Sympathy for Mr. Vengeancey, sobre todo, Old Boy, que le valió el Gran Premio del Jurado en Cannes en 2004. Llegarían después nuevos ejercicios de virtuosismo e ironía perversa como Thirst, la sublime La doncella o una serie tan a reivindicar como La chica del tambor, basada en el libro de le Carré. 

Al otro lado encontramos al canadiense Don McKellar, actor (varias veces con Egoyan y Cronenberg), guionista y cineasta surgido de la nueva ola de Toronto de los ochenta y primeros noventa. Entre sus hitos, haber coescrito aquella maravillosa Sinfonía en soledad: un retrato de Glenn Gould y salir laureado de Cannes algunos años antes que Park: se llevó el Premio de la Juventud en 1998 por su comedia negra apocalíptica Last Night. 

Siempre desde ambos lados

Que dos talentos de diferentes nacionalidades, razas y culturas cofirmen esta serie tiene todo el sentido del mundo. Al fin y al cabo, hablamos de la historia de un personaje, el Capitán (Hoa Xuande), inmerso en una colección de dualidades. Su madre era vietnamita; su padre, colono francés. Por su familiaridad con Occidente (donde recibió su educación y aprendió a hablar un inglés perfecto), fue reclutado por los norvietnamitas para infiltrarse en el ejército de Vietnam del Sur. Cuando le conocemos, está en el enésimo intento de escribir una confesión convincente para el general del campo de internamiento donde ha ido a parar. 

Su vibrante, enrevesado y digestivo relato incluye una huida desesperada a Los Ángeles en el marco de la Operación Frequent Wind. Allí, en el Sur de California, sigue espiando al General encarnado por Toan Le a la vez que entabla un romance con Sofia Dori (Sandra Oh), mujer nisei que se identifica antes como californiana que como japonesa. Y también le veremos en el rodaje de una película de Hollywood estilo Apocalypse Now; su trabajo como consejero consiste, de entrada, en humanizar a los personajes vietnamitas, algo complicado cuando dichas creaciones ni siquiera tienen diálogo. 

Robert Downey Jr., también productor de la serie, se reserva el papel del absurdo director de esa falsa película sobre la guerra de Vietnam; curiosamente, vuelve al terreno de Tropic Thunder: ¡una guerra muy perra!, aunque en aquella no hacía de director sino de actor blanco que se pintaba la cara de negro por exigencias del guion. Es solo uno entre sus cuatro papeles, cada uno de ellos representación de una facción del establishment blanco. Los otros son Claude, agente de la CIA con debilidad por Charles Bronson; un profesor de Estudios Orientales que da clases al Capitán, y un veterano militar metido a congresista racista. 

Dinamismo total

El simpatizante arrebata inicialmente con su constante y fluido juego entre tiempos: todo arranca cuatro meses antes de la caída de Saigón, pero enseguida viajamos a cuarenta y ocho horas antes de aquello, cuando se captura a la agente comunista interrogada en un gran palacio de exhibición cinematográfica, y antes de que podamos acomodarnos, estamos viendo lo que sucedió tres días atrás durante una reunión del Capitán con sus amigos de siempre, Man (Duy Nguyễn), en secreto su preparador, y Bon (Fred Nguyen Khan), cuyo padre fue asesinado por el Vietcong, con lo cual será difícil sumarle a la causa comunista. 

Como Nguyen en su novela, Park alterna sin miedo entre géneros, estilos y tonos, siempre con formas supremas. Asocia imágenes sin cesar en busca de una narración fluida. Al final del primer episodio nos recuerda su buena mano con la acción en esa espectacular set piece sobre la complicada evacuación en un campo de aviación. Es decir, se lo pone complicado a sus relevos en la dirección, Fernando Meirelles (Ciudad de DiosSugar), que se encarga del episodio del rodaje, y Marc Munden (Utopía), a quien corresponde rematar faena con estocadas certeras.