MÚSICA

Dijeron que se iban y volvieron: el eterno retorno de los grupos de música españoles

Cuando las giras de despedida ya se han convertido en un clásico de la oferta de música en directo, llegan las giras de retorno, con grupos como Nudozurdo o Standstill como penúltimos en organizar una

En primer plano, Leo Mateos, rodeado del resto de miembros de Nudozurdo, una de las bandas que lo dejó y regresó.

En primer plano, Leo Mateos, rodeado del resto de miembros de Nudozurdo, una de las bandas que lo dejó y regresó. / Cedida

En 2013, The New Raemon, alter ego en forma de grupo del músico Ramón Rodríguez, anunciaba que dejaba los escenarios de manera indefinida y que los conciertos que tenía programados hasta final de ese año serían los últimos. Rodríguez volvió a hacer música en directo tan solo unos meses después con Madee, el anterior grupo en el que había militado, que se había separado en 2011. Madee se reunieron para conmemorar el décimo aniversario de su disco más celebrado, Orion’s belt, y The New Raemon hicieron lo propio en 2015 con el motivo del lanzamiento de un nuevo disco, Oh rompehielos. Por cómo ocurrió (con comunicado incluido) y por lo poco habitual, el de The New Raemon fue quizás no el primero, pero sí el más sonado camino de ida y vuelta a los escenarios de los últimos años, un hecho al que los amantes de la música han aprendido a acostumbrarse. Han vuelto (aunque nunca se acabaron de ir) Surfin’ Bichos, han resucitado puntualmente o de manera continuada Australian Blonde, La Costa Brava, Automatics o Sexy Sadie y volvieron, parece que para quedarse, Los Nikis, Celtas Cortos y Pignoise, ente muchos otros. La lista no para de crecer.

Por supuesto, aunque haya habido una proliferación patria durante los últimos tiempos, el retorno de bandas que dijeron que se iban para siempre no es patrimonio exclusivo de la música española. The Eagles dijeron que se separaban y que volverían cuando el infierno se congelase, y fue así como acabaron titulando a su gira de reunión, Hell Freezes Over. The Police juraban y perjuraban que lo suyo había acabado y sorprendieron a todo el mundo con su vuelta. Volvieron Mötley Crüe y han vuelto, tras muchos años, Beth Ditto con The Gossip o las brasileñas Cansei de Ser Sexy. El goteo de nombres no cesa y, claro, algunos sorprenden más que otros. Con las excepciones de The Smiths, misión imposible salvo que cambien muchísimo las cosas, y Oasis, por pura diversión de un cabezota legendario como Noel Gallagher, la porra del retorno a los escenarios parece estar más abierta que nunca.

Volviendo a nuestro país, los catalanes Standstill, que han programado conciertos después de diez años, y Nudozurdo, la formación encabezada por Leo Mateos, son quizás los retornos más sonados de este 2024. Después de comunicar su disolución en 2018 tras casi dos décadas y cinco discos, Nudozurdo realizaron una serie de conciertos de despedida. Leo Mateos se dedicó durante los siguientes años a realizar varias bandas sonoras y a publicar un disco en solitario, hasta que a finales de 2023 anunciaron por sorpresa su vuelta y ahora, la consuman mediante un nuevo disco, Clarividencia, con su correspondiente gira de presentación.

Standstill en un concierto, en una foto de archivo.

Standstill en un concierto, en una foto de archivo. / Ferrán Sendra

Nada es para siempre

“Yo pensé que era una despedida para siempre, pero con el tiempo me he dado cuenta que, simplemente, necesitaba ponerlo todo en valor”, cuenta el líder de Nudozurdo. Mateos recuerda que, tras 20 años, necesitaba descansar de un grupo en el que fueron saliendo y entrando componentes pero que siempre fue una proyección de su voz artística y de sus inquietudes, y que la decisión de volver “ha sido un proceso natural. Igual que vi que Nudozurdo se acababa porque no me lo estaba pasando como yo pensaba que me lo tenía que pasar, me di cuenta que todo volvía a suceder y de lo mucho que echaba de menos el repertorio de Nudozurdo”.

Leo Mateos rememora cómo el grupo de músicos que reunió para llevar al directo su disco en solitario Demasiado bellos para ser esclavos le devolvió la sensación de improvisación y la química que había vivido en los mejores momentos de Nudozurdo. “Todos los discos son un aprendizaje para lo que viene por delante”, destaca. De su etapa en solitario, el músico se queda con texturas de guitarras y determinados estados de ánimo presentes en las bandas sonoras y proyectos experimentales que, cuenta, han acabado de una manera u otra en Clarividencia.

El nuevo trabajo de Nudozurdo convive sin esfuerzo entre los mejores momentos de una banda que siempre brilló a la hora de defender sus canciones delante del público. El barbecho por el que ha pasado el proyecto, tal y como lo define Leo Mateos, ha servido también para que ese aspecto reviva. “La gente nos está diciendo que, probablemente, los que estamos haciendo ahora son de nuestros mejores directos. Las sensaciones han sido muy buenas, la banda está muy equilibrada, y eso se nota en los directos”, destaca.

En un momento como el actual, en el que la música se consume a una velocidad grandísima, cabe preguntar cómo encaja la vuelta de un grupo tras un buen puñado de años. El líder de Nudozurdo señala que esta “ha sido un poco sorprendente, porque sí hemos notado un paso adelante en los aforos de nuestros conciertos. La respuesta del público está siendo muy buena y los conciertos están saliendo muy bien”, y concluye que “la industria musical se está transformando, pero lleva siendo así desde que la conozco”.