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Mara Torres: "Trabajo con nocturnidad y alevosía. La noche es muy atractiva"

La escritora y periodista Mara Torres, en Madrid.

La escritora y periodista Mara Torres, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Periodista y escritora, Mara Torres ha sido galardonada con el Premio Miguel Delibes 2023 por su amor a la lengua y el buen uso de la palabra. Dirige El Faro, en las noches de la Cadena SER, donde intenta integrar a oyentes y entrevistados en el contenido del programa. Ha presentado diversos espacios en radio y televisión, entre otros La 2 Noticias, en TVE

¿Cuál es su relación con el mar? ¿Le suena la preguntita inicial?

La preguntita me suena porque es la que más he hecho en los últimos cinco años de mi vida. Unas seiscientas veces, cada vez que he tenido un gatopardo o gatoparda [sus entrevistados]. Mi relación con el mar es de amor por un lado y de miedo por otro, porque el mar es muy hermoso y muy traicionero.

Cada madrugada elige una palabra sobre la que conversar. ¿Cuál define a España en este momento?

Quizá polarización, que ha sido elegida como la palabra de 2023. Espero que este 2024 cambie a una España que sabe hablar de sus diferencias.

De una y media a cuatro. Usted trabaja con nocturnidad. ¿Y alevosía?

Sí, sí. Con nocturnidad y alevosía [ríe]. La noche es muy atractiva. Pero la carga el diablo. Hay que tener buenas herramientas.

¿Se da cuenta de que El-Faro-de-Mara-Torres es ya una expresión acuñada, como El CIS de Tezanos?

Si te digo la verdad, prefiero tener un Faro a tener un CIS. En cualquier caso, ya nada es de nadie. Todos somos sustituibles.

¿La gente es (o parece) mejor persona de madrugada, se desarma más?

Sí, me da esa sensación de que la madrugada permite que nos desarmemos más. Nos atrevemos a decir cosas que igual durante el día no diríamos. Somos más atrevidos de noche.

¿Trabajar de noche permite marcar distancias con el periodismo apresurado y enloquecido que tenemos? ¿Huir del ruido?

Trabajar de noche me permite, y me ha permitido siempre, porque llevo muchos años con horarios nocturnos, tomarme mi tiempo, por ejemplo para pensar antes de hablar, para saber qué tema me pueden o nos pueden interesar al margen de las agendas informativas o políticas. Es verdad que hay demasiado ruido y la noche te permite cierta calma para apostar por nuevos contenidos o por fórmulas que no se han explorado.

Creo que reza a San Jesús Quintero cuando prepara El Gatopardo, las entrevistas.

La verdad es que cuando estuve preparando el Gatopardo como idea, el verano del 2018, justo antes de arrancar el programa, me estudié todas las entrevistas de Jesús Quintero, y estudié mucho sus preguntas. Lo que pasa es que luego te das cuenta de que era tan inteligente que es muy difícil parecerse a él. Pero sí que estudié mucho el hacer preguntas que no fueran en busca de titulares, sino en busca de respuestas que me dieran pie a otras preguntas. Y eso yo creo que lo aprendí de él.

Ha dicho que es fundamental que en su programa no haya políticos.

Porque son entrevistas que no buscan dar explicaciones a nadie. Y yo creo que los políticos están para dar explicaciones a los ciudadanos. Es verdad que podría tirar por su vida personal, pero es imposible con ellos mientras están en activo, porque van con su mensaje aprendido. Y luego, porque a mí me falta background, sobre todo en esta última etapa en la que no estoy tan cerca de la información, y me la podrían colar fácilmente. Mejor que estén en otros espacios en los que les hagan rendir cuentas.

¿Qué se chuta para tener esa energía a las tres o cuatro de la mañana?

Realmente mi energía empieza a la seis de la tarde, que es cuando llego a la radio para entrar en el programa de Francino, y ya voy tirando hasta las tres o cuatro de la mañana. Luego, cuando el fin de semana tengo una cena, yo siempre estoy con más energía que nadie hasta las cuatro de la mañana.

La periodista y escritora Mara Torres en Madrid.

La periodista y escritora Mara Torres en Madrid. / ALBA VIGARAY

¿Qué piensa del lenguaje inclusivo?

Me da la sensación de que el lenguaje inclusivo será el lenguaje académico dentro de no demasiado tiempo. Las instituciones van siempre detrás de la sociedad, y voy comprobando que el lenguaje inclusivo lo utilizamos de una manera normal casi todos y todas. Por ejemplo: Si tú dices: los niños, al comedor, van a entrar solo los niños. El neutro acabará en e, el tiempo dirá si me equivoco. Y al final la Academia tendrá que recoger esta nueva forma que tenemos de utilizar el género.

¿Qué música habría que ponerle para que se pusiera blandita, como sus entrevistados?

Probablemente cualquier canción del disco La ley innata, de Extremoduro. En concreto me gusta mucho el cuarto movimiento, que se titula La realidad. Me emociona cada vez que la escucho.

¿Actualmente no estamos rodeados más de linternas y luces de vía estrecha que de grandes faros?

Hace unos cuantos meses entrevisté a El Roto, a Andrés Rábago, que dibuja muchos faros, y me dijo que estábamos rodeados de faros a la deriva. Tengo la sensación de que es verdad. Nos faltan referencias a nivel intelectual, a nivel cívico. Nos faltan ejemplos en los que fijarnos, porque hay muchas linternas y luces de vía estrecha.

¿Se le ha estrellado algún barco contra las rocas?

Que yo sepa, no. De momento no he sido testigo de ninguna catástrofe.

¿Con quién se encerraría en un faro, novio aparte?

Me encerraría con tantos que realmente tendríamos que hacer un fiestón, no sería nada demasiado íntimo. Me gustaría estar con Sergio Peris-Mencheta, Juan Diego Botto, Enric Auquer, Albert Pla, Mamen Mendizábal, Elena Ochoa… Es que la lista es interminable.

¿Y si la luz se apaga? ¿Mejor?

Mucho mejor, sin duda. Con la luz apagada casi todo es mucho mejor.