PRECARIEDAD EN LA CULTURA

Trabajadores del Reina Sofía convocan una huelga: "Llevamos años luchando para que no se subcontraten los servicios de las entidades culturales"

Alrededor de una veintena de trabajadores del área de Educación del museo no han podido ser subrogados debido a un error en el pliego de la licitación y se enfrentan a un posible ERE, reconvertido en ERTE

El centro, que también tiene subcontratas en servicios de información, seguridad, limpieza o consignas, señala que prorrogar el contrato actual hasta la nueva licitación es “inviable"

Un vistante pasea frente al "Guernica" de Picasso en el madrileño Museo Reina Sofía

Un vistante pasea frente al "Guernica" de Picasso en el madrileño Museo Reina Sofía / EFE/ Chema Moya

Clara Nuño

Clara Nuño

Ricardo cuenta que tiene tres trabajos. Salta de uno a otro a lo largo del día, a veces casi sin pausa para comer. Quizá un bocadillo a la carrera. “Es lo que tiene la precariedad”, comenta tranquilo. Ricardo, que no se llama así, es uno de los 19 mediadores culturales del madrileño Museo Reina Sofía que el viernes 16 de frebrero recibió la noticia de que, a fin de mes, se iba a la calle. Así, de repente.

Ricardo, como el resto del servicio de Mediación Cultural en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), depende de la empresa Sedena SL., que es la actual adjudicataria del servicio. Una subcontrata. Una de las muchas de las que se nutre este centro de arte contemporáneo. “No sé cuál es el número exacto de servicios externalizados, pero son unos cuantos”, interviene Esmeralda, otra trabajadora afectada que prefiere omitir su nombre. En total son cinco: mediación, información, limpieza, seguridad y consignas.

Lo ocurrido con ellos, lo que les ha dejado al borde del despido ha sido un mero error administrativo del Reina Sofía. Según el sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT), el servicio de Mediación Cultural cesará a partir del 1 de marzo porque el museo cometió varios fallos “insubsanables” en el nuevo pliego para el concurso de licitación en el debería renovarse el contrato, en vigor hasta el 31 de marzo.

El nuevo presupuesto ofertado por la institución, dirigida por el historiador del arte y gestor cultural Manuel Segade desde junio, “ni siquiera cubre el salario de la plantilla en las horas previstas”, critica el sindicato en el comunicado que emitió el mismo 16 de febrero. La oferta se hizo por un importe de 635.000 euros más IVA mientras el contrato actual contaba con una cuantía de 708.000 euros. Es decir, 73.000 euros menos. Por ello, el concurso quedó desestimado y Sedena decidió aplicar un despido colectivo a sus empleados.

Esta situación ha provocado a lo largo de la semana dos cambios: el primero ha sido el despido de la responsable del Área de Educación del Museo -de la que depende Mediación-, María Acaso López Bosch, y la sustitución del ERE por un Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE). De este modo, los trabajadores serán contratados de nuevo con el próximo concurso.

Vamos a estar en el paro y el museo se quedará falto de nuestro servicio como mínimo durante seis meses”.

Esmeralda (nombre ficticio)

— Trabajadora afectada del Reina Sofía

“No estamos reclamando que se haga un ERTE en lugar de un ERE. Nosotras estamos reclamando que se haga un contrato que nos mantenga con trabajo hasta que se resuelva el nuevo concurso”, critica Esmeralda, calificando el ERTE de parche: “Vamos a estar en el paro y el museo se quedará falto de nuestro servicio como mínimo durante seis meses”.

Ricardo tiene varios trabajos porque con uno “no le da”. No es el único. Entre sus compañeros no hay ninguno que tenga un contrato de jornada completa. Todos van por horas, por días. El dinero de un ERTE para una situación así es, a su juicio, “irrisorio”. “Normalmente la gente se acaba yendo, busca algo mejor, porque así no se puede vivir. Yo sigo por vocación, por amor al museo”, explica en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Él es uno de los trabajadores más longevos de su área, su relación con el centro dura ya casi una década. Una relación irregular, puesto que sus condiciones y funciones dependen de la empresa que haya ganado la subcontrata, y esta varía cada dos años. Su salario también. Y no siempre al alza. “Lo máximo que se paga aquí son 8 euros la hora”, explica.

Cabe destacar que la Mediación Cultural es uno de los un buques insignia del Reina Sofía desde su creación (alrededor de 2011), ya que se trata de una nueva manera de acercar al museo al público en general, ofreciendo desde visitas comentadas en distintos formatos hasta visitas para escuelas o talleres para familias. "Llevamos una serie de proyectos que desarrolla el departamento de Educación, nosotros los implementamos. Además, tenemenos una presencia constante en el museo para resolver dudas del público general a través de la colección", ejemplifica la trabajadora y señala que ellos son los "epecialistas" de todo lo expuesto en el muestrario permanente. "La dinámica que llevamos nosotras va un poco más allá de la visita guiada al uso, se propone fomentar el pensamiento crítico y que la mirada sobre la obra de arte traspase el mero discurso explicativo".

Al preguntar por qué es un servicio externo, Esmeralda dice que no lo entiende y que una de las principales reivindicaciones del SUT, al que pertenece, es la de “la eliminación de los servicios de subcontratas en las instituciones culturales”. “De hecho”, continúa, “en 2022 convocamos una huelga que no se llegó a hacer porque llegamos a un acuerdo con la empresa y conseguimos que se nos remuneraran los festivos. Pero ya entonces aparecía en nuestro discurso esa queja por el maltrato de los servicios subcontratados del propio museo”.

Precariedad laboral

En la búsqueda de un culpable, Ricardo lo tiene claro: apunta al museo. “No digo que sea culpa de Segade ni mucho menos, pero no es una buena carta de presentación”, aclara antes de arremeter con una situación que, asegura, llevan viviendo años. “No es falta de Sedena, ni de Magma -la anterior adjudicataria-, pero yo he sufrido lo que es que te pasen de una empresa a otra y de repente te encuentres debiendo horas sin esperarlo porque han recalculado entre las dos empresas”, continúa el trabajador para señalar al museo. “Al firmar los pliegos sabían perfectamente que estaban condenando a la precariedad a sus trabajadores, porque la empresa que ofrece bueno, bonito y barato es la que gana”, continúa, e incide en que es una situación que ha empeorado a lo largo del tiempo. “Yo he terminado el año cobrando la mitad de mi sueldo por este problema y, además, cada vez que pedimos soluciones, el Museo le pasa la pelota a la empresa y nunca nos ha dado una solución”, concluye, no sin antes ironizar con que han "presumido" mucho de ellos pero luego su situación es "nefasta".

Yo he terminado el año cobrando la mitad de mi sueldo por este problema y, además, cada vez que pedimos soluciones, el Museo le pasa la pelota a la empresa y nunca nos ha dado una solución”

Ricardo (nombre ficticio)

— Mediador cultural en el Reina Sofía

Horas después de la conversación con Ricardo y Esmeralda, a una semana de que el ERTE se haga efectivo, el sindicato emite un segundo comunicado en el que convocan una huelga en los servicios de Mediación y Atención al Público “con carácter indefinido a partir del 28 de febrero” para reivindicar el mantenimiento del servicio de Mediación Cultural. A su juicio, “el remedio ha sido peor que la enfermedad”. “En un sector en el que muchos trabajadores tienen que compatibilizar su trabajo por cuenta ajena con trabajos como falso autónomo o con actividades por cuenta propia, la consecuencia es que este tipo de situación es incompatible con la prestación del ERTE. Por lo tanto, la mayor parte de los afectados se queda literalmente sin ningún tipo de prestación”, argumenta el sindicato.

Piden, entre otras cosas, “una solución excepcional que garantice la continuidad del servicio y de los puestos de trabajo” a través de la aplicación de el artículo 29.4. (párrafo quinto) de la Ley de Contratos del Sector Público (LSCP) que establece que “cuando existan razones de interés público para no interrumpir la prestación, se podrá prorrogar el contrato originario hasta que comience la ejecución del nuevo contrato y, en todo caso, por un periodo máximo de nueve meses, sin modificar las restantes condiciones del contrato”.

La visión del Museo

No podemos hacernos cargo de los trabajadores porque no son nuestros”, explica en declaraciones a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el director del museo, Manuel Segade. “Únicamente podemos presionar a la empresa para que haga un ERTE y los trabajadores que lo deseen puedan volver a su puesto de trabajo con la nueva licitación”, continúa Segade para añadir que, efectivamente, “el servicio no debería estar externalizado”.

Hoy no hay un marco jurídico que permita que estos servicios formen parte de la plantilla fija de los museos"

Manuel Segade

— Director del Museo Reina Sofía

Para el director del Reina, el problema es que la ley actual no contempla un puesto de trabajo como el de Mediador Cultural y, por tanto, a día de hoy no hay un marco jurídico que permita que formen parte de la plantilla fija de los museos. “Los servicios de educación se han transformado mucho en todos los museos, pero sobre todo en los de arte contemporáneo”, explica. El problema radica en que estas instituciones se han dedicado a producir este tipo de servicios “más sofisticados” sin que existan dentro de la administración pública.

“El Reina Sofía fue pionero en estos servicios -que acercan el museo al público y ayudan a interpretar y a leer el contexto tras las obras y colecciones- y lo que ocurre es que tradicionalmente se externalizan y eso genera situaciones de desigualdad y malestar entre los equipos de dentro y fuera del museo, ya que precariza sus condiciones”, explica.

Segade admite sin rodeos que “todo esto” se ha producido por una concatenación de errores culpa del Museo Reina Sofía. “Es un error grave que está teniendo serias consecuencias sobre la plantilla”, reconoce. Y señala que la sugerencia de prorrogar el contrato hasta la nueva licitación es “inviable”. “La ley de la Administración Pública no permite huecos, ya me gustaría a mí que alguna de sus propuestas fueran factibles”, argumenta.

Preguntado entonces por el margen de maniobra actual, Segade reconoce que la situación actual se encuentra “en un callejón sin salida”. “Haremos todo lo que esté en nuestra mano para facilitar la reincorporación de los trabajadores que lo deseen, pero ahora mismo, no podemos hacer mucho más”, finaliza, apuntando de nuevo a la necesidad de un cambio estructural a nivel legislativo en el que estén involucrados el Ministerio de Cultura y la Función Pública. La solución, a corto plazo, “no existe”.