MÚSICA

Crítica de discos: Madness, Hot Apple Band, Carlos Ann, André 3000 y Miguel Atwood-Ferguson

La banda londinense reaparece en buena forma con 'Theatre Of The Absurd Presents C’est La Vie', un álbum con visos de espectáculo de 'music hall' en el que rinde cuentas con el mundo actual

Los nuevos elepés de Hot Apple Band, Carlos Ann, André 3000  y Miguel Atwood-Ferguson, también reseñados

Madness, en 2023.

Madness, en 2023. / PEROU

Disfrutable tragicomedia para conjurar el caos

Haciendo caso omiso a la directriz comercial de evitar los discos largos que exijan atención continuada, Madness entrega un álbum generoso y teatral, con hilo narrativo y un mensaje de fondo que apunta al bonito caos que nos rodea. Esta atolondrada tropa de Camden Town se armó de razones en el período pandémico, ha dicho, para construir un “antídoto perfecto” al desconsuelo sin por ello mirar hacia otro lado: a su teatro del absurdo no le falta el humor despiadado, envuelto con primor en un cancionero que casa el pop con la opereta y el music hall en la alta tradición de los Kinks.

Este es un álbum sujeto a un concepto unitario, como lo fue el también álgido The Liberty Of Norton Folgate (2009), y que nos habla de la madurez de Madness, 44 años después de aquel One Step Beyond. Aquí siguen seis de sus siete integrantes originales, con el ácido (y melodioso) desparpajo vocal de Graham Suggs McPherson al frente, en un disco que se prolonga hasta los 56 minutos en 14 canciones, a las que se suman otros seis tracks que no son sino injertos narrativos a cargo del actor Martin Freeman. Ya en los preliminares, Suggs nos sitúa en un teatro cerrado a cal y canto, sin escapatoria, animándonos a asistir “al cabaret más cruel” entre cenefas orquestales victorianas.

Desfila un cancionero que apunta hacia paisajes, comportamientos y puntos de vista cambiantes, todo ello confluyente en un retrato del mundo sarcástico. Se abre paso el relato negro de Baby Burglar, en torno a una figura desnortada, metafórico ladrón de bebés, y el galope de C’est la vie, tema portador de fatalismo exculpatorio a (matizado) ritmo de ska: “No estoy haciendo esto, es la vida / Así son las cosas”. En Lockdown And Frack Off se evoca la paranoia en torno al covid-19, y Run For Your Life eleva la alarma con sus ecos de una tercera guerra mundial.

Todo ello, con el relativismo anímico marca de la casa, deslizando ironía incluso cuando el costumbrismo deriva en hiperrealismo: se lleva la palma In My Street, suerte de réplica del clásico Our House decorada con citas a narcotraficantes, calles con bolsas de basura amontonadas y vistas al día del juicio final. Y desplegando inventiva tanto en materia de arreglos, frondosos y heterodoxos, como en la composición misma: ahí están otros momentos destacados, como el up tempo de Round We Go, el trote electrónico de The Law According To Dr. Kippah y ese Set Me Free Let Me Be) de templado groove.

Suggs podrá sonar resabiado, pero no ajeno a las historias que cuenta, y transmite tanta crudeza como implicación emocional. Y Madness consuma una obra de altos vuelos sin ser pretenciosa, convirtiendo las tribulaciones mundanas en espectáculo y deslizando, a la postre, una petición de piedad por el destino de la humanidad. - Jordi Bianciotto

‘Theatre Of The Absurd Presents C’est La Vie’

Madness

Pop

BMG

★★★★

Apuntes de 'country' rock cósmico

Hace falta poseer un factor X para construir un discurso sonoro (y estético) a partir de materiales antiguos y aun así resultar genuino y emocionante. El elepé de debut de este dúo australiano reúne ya desde la portada todos los requisitos para colar como un artefacto llegado de 1974, con sus apuntes de country rock cósmico y sus guiños a Nilsson (Not Today) y George Harrison (One Day (I’ll See)), pero suena lozano y cala hondo. Un descubrimiento. - Rafael Tapounet  

‘So Long, Noodle House’

Hot Apple Band

Third Eye Stimuli

Folk-rock

★★★★

Odisea futurista

Solo un año después de El disco negro, este barcelonés con un pie en México, que se alió con Bunbury y cantó a Panero, presenta una odisea futurista en cinco etapas. Un epé bañado en romanticismo pospunk, con atmósferas enrarecidas e industriales sin perder de vista la canción y la melodía como ejes. Del desbocado rock’n’roll de Entre las cinco y las mil a la fantasmagoría de El miedo entre nosotros, y de ahí a acariciar el apocalipsis en el tema titular. Jordi Bianciotto.

‘2052’

Carlos Ann

Carlos Ann

Rock-electrónica

★★★★

Percusiones mínimas sin rap

Mitad de los inimitables OutKast y uno de los mejores raperos de todos tiempos, André 3000 se estrena en solitario con un disco en el que no rapea. Dice en el título de una de las piezas que le hubiera gustado hacer un álbum de rap pero le ha salido esto. En vez de rimas abracadabrantes y beats, New Blue Sun ofrece paisajes sin principio ni final aparente, pintados a base de teclados vaporosos y percusiones mínimas -un platillo aquí, un palo de lluvia allá, unas conchas marinas-, sobrevolado todo por sonidos de flautas. ¿Es new age? ¿Es ambient? ¿Es carne de playlist de meditación? ¿Lo escucharía alguien si no lo firmara André 3000? A su manera, New Blue Sun es un doble triunfo: un bálsamo para el oído y un estímulo para la conversación sobre qué es la libertad creativa y quién se la puede permitir. Una vez más, único. - Roger Roca

‘New Blue Sun’

André 3000

Epic

Relajación

★★★★

Un largo viaje alucinante

Aunque su carrera ha consistido, sobre todo, en trabajar para otros como violinista y arreglista, Atwood-Ferguson ha llamado a algunos de sus amigos para que ahora le ayuden a él. Y así Thundercat, Kamasi Washington, los imberbes DOMi & JD Beck y algunos más colaboran en este viaje alucinante de 3:30h que oscila entre el free jazz, el impresionismo debussyano, la electrónica primigenia a lo Tomita o la banda sonora minimalista.

‘Jardins Mystiques vol. 1’

Miguel Atwood-Ferguson 

Brainfeeder

★★★★