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Sara Baras: "Tengo alma por todos los lados, estoy rodeada y llena de alma. En la cabeza, y en los pies también"

En febrero de 2024 inicia gira con su nuevo espectáculo, Vuela, homenaje a Paco de Lucía y celebración del 25 aniversario de su compañía. Mientras, sigue bailando Alma por varias ciudades. Diseñadora, directora, bailarina y coreógrafa, se dice ilusionada por ser madrina de la asociación Mi Princesa Rett, de niños con esta rara enfermedad. Pasear por la playa es una de sus pasiones.

. La coreografa Sara Baras en Madrid. Foto: Alba Vigaray

. La coreografa Sara Baras en Madrid. Foto: Alba Vigaray

En diciembre de 2002 me dijo: “Pido a la vida que nunca se me vaya el coco”. ¿Cómo tiene el coco? ¿Y cómo la trata la vida?

El coco, estupendo. Y la vida me trata muy bien. No me puedo quejar. Tengo una vida preciosa, me dedico a lo que me gusta y voy creciendo profesional y personalmente. Tengo mis golpecitos y mis bachecitos, como todo el mundo, pero que me hacen crecer y aprender.

Su compañía cumple un cuarto de siglo y aprovecha para homenajear a Paco de Lucía con un nuevo espectáculo, Vuela. ¿Por qué este homenaje?

Tenía claro que yo quería agradecer al maestro todo el cariño que me mostró y todo lo que me enseñó. Coincide con el veinticinco aniversario de la compañía y con el décimo de su muerte.

Madera, Mar, Muerte y Volar. ¿Qué le inspiran esas palabras que recorren Vuela?

Madera es mi suelo de madera en el que bailo, y por supuesto la guitarra. El maestro fue el que introdujo el cajón o instrumentos que todavía no se utilizaban en el flamenco. El mar ha sido siempre una pasión. Paco tiene una frase: Yo sin el mar no podría vivir. Creo que yo tampoco.

Para los flamencos, ¿la muerte no tiene un poco de mal fario?

Sí, puede ser, pero poder interpretar la rabia que te da perder a un ser querido y poder coreografiar e interpretar la aceptación de la muerte me parece un paso muy importante en mi vida.

En Alma “el flamenco abraza al bolero”. ¿Con qué bolero prefiere que la abracen?

Con cualquiera de mi padre, que era muy enamorado de los boleros. O con cualquiera que toque Paco.

¿Dónde tiene más alma: en los pies o en la cabeza?

Yo creo que tengo alma por todos lados, estoy rodeada y llena de alma. En la cabeza hay que tener alma, y en los pies también: la musicalidad, el dibujo.

El flamenco siempre ha sido machista”. ¿Lo da ese arte o es que los artistas del ramo no tienen remedio?

Yo creo que ha habido una época en la que las mujeres estaban más en casa, ponían la cena, y los hombres podían tener la oportunidad de viajar y de trabajar, en general, y en el mundo del flamenco, también. Sin embargo, hoy en día no es así. Fíjate qué de mujeres hay arriba, viajando y con carreras.

No es el prototipo de flamenca: Ni gitana, ni bata de cola, ni tez oscura. ¿Qué hace para subsanar esas carencias?

Es que lo llevo por dentro. Tienes razón, no soy el prototipo, ni soy gitana ni soy la típica bailaora. Incluso cuando empecé me acuerdo de que las bailaoras eran como más redonditas, y yo era muy delgada, me tapaba los brazos. Pero el flamenco es mucho más amplio de lo que la gente cree. Y para bailar, para sentir, para transmitir, para conectar con un tipo de movimiento, un quejío o una guitarra, un escenario o un movimiento de vestido lo que hace falta es sentirlo y trabajarlo.

Y usted la bata de cola la lleva por dentro.

Yo trabajo la bata de cola. Es más, mis chicas en el espectáculo anterior a Alma hacían una coreografía con bata. A mí me gusta más el pantalón, y como puedo elegir, porque mi compañía es privada y tengo libertad… Pero me encanta cuando lo veo en ellas. En Vuela, ellas hacen como de agua, en una de las coreografías, que está dentro del Mar, y llevan unas batas de cola espectaculares. Y lo he coreografiado y montado yo.

Ya. Pero en ese Mar usted es Neptuno, y va con pantalón.

Exacto [ríe]. Aunque también llevo un traje que vuela. Pero no bata de cola.

Hace años hizo un desfile de lencería. Por menos impidieron a Eva Sannum su matrimonio con el Rey.

¿Sabes por qué hice eso? Las bailarinas de contemporáneo, podían; las de clásico, podían. Y las flamencas, no. ¿Por qué no? Si tenemos el cuerpo trabajado. Y fue un escándalo. Aunque realmente era una ropa interior muy deportiva.

Pues ya le digo: Nunca hubiera podido casarse con Felipe VI.

Pues es verdad [ríe].

¿Estar en un sello de Correos la consagra como Marca España?

No me digas que no es bonito. Fue una edición que salió en el año 2000, y, aunque empezábamos con los mail, yo todo el rato mandaba a mi padre cartas con el sello. Aunque creo humildemente que he sido Marca España casi desde el principio de mi carrera, antes de que me nombraran como tal. He intentado bailar por medio mundo representando parte de nuestra cultura.

¿Sigue teniendo que lavarse los dientes en cada espectáculo varias veces, nates de cada salida a escena?

Sí, jaja, eso sí me pasa. Aunque a veces no me da tiempo. Pero sí. Me da la sensación de que estoy fresquita.

Aunque sin bata de cola, padre militar con hija flamenca son una pareja típica, como torero o guardia civil con cantaora.

Jajaja. La verdad es que veo a mi padre con su uniforme y yo al lado con mi traje de flamenca, aunque mis trajes no son muy flamencos que digamos. Creo que una de las cosas maravillosas que me han pasado es la mezcla entre la disciplina de mi padre y la parte más bohemia de mi madre, con la improvisación y la naturalidad. En medio está el acierto.

¿Y el acierto es usted?

Vale. Aunque nunca me había visto como un acierto.