ARQUITECTURA COMPROMETIDA

La mejor casa del año está en una favela brasileña

La vivienda de la barriada Aglomerado da Serra de Belo Horizonte que ganó el premio ArchDaily Building of the Year 2023 es fruto de un creciente movimiento de arquitectura colectiva que valora las prácticas urbanísticas de la periferia

Casa Pomar do Cafezal, en la favela Aglomerado da Serra de Belo Horizonte.

Casa Pomar do Cafezal, en la favela Aglomerado da Serra de Belo Horizonte. / LEONARDO FINOTTI

A vista de pájaro (o sea, de dron), la Casa do Pomar do Cafezal pasa desapercibida en la favela Aglomerado da Serra de Belo Horizonte, una de las principales ciudades de Brasil. Su fachada de ladrillos pardos y su muro sin pintar se mimetizan con las viviendas de su entorno. Una mirada más pormenorizada revela detalles de sofisticación: ventanas que propician ventilación e iluminación natural, interior con piezas de madera para refrescar, espacios reservados para plantas, estudiada canalización de aguas. Nada parece faltar o sobrar en esta casa de 66 m2 que el pasado mes de febrero se alzó con el premio internacional ArchDaily a la mejor vivienda del año. Nada es aleatorio: responde al proyecto del multidisciplinar Coletivo Levante y a las ideas del artista y gestor cultural Kdu dos Anjos, que reside en la vivienda.

La Casa Pomar do Cafezal también es resultado de un movimiento de arquitectos que intervienen en las periferias de las grandes ciudades de Brasil aprendiendo del conocimiento informal adquirido por sus habitantes, como es el caso del Coletivo Levante, Terra y Turma, Instituto Ademafia, Arquitetura na Periferia o Arquitetos da Vila. "En el Coletivo Levante aprendimos a aprender con la gente. En cada lugar, la historia es única. Antes que la arquitectura, nuestro trabajo consiste en establecer un vínculo con una presencia y una potencia que ya están allí. En saber intercambiar saberes, no en llegar con una visión externa e imponerla a los vecinos", afirma a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el arquitecto Fernando Maculan, miembro del Coletivo Levante, responsable junto a Joana Magalhães del proyecto arquitectónico de la Casa Pomar do Cafezal.

El arte del camuflaje


La estética de la Casa Pomar do Cafezal es fruto de un largo proceso de inserción en el territorio de sus constructores. Fernando Maculan se aproximó a Kdu dos Anjos en 2017, gracias a un evento de moda que tuvo lugar en el centro cultural Lá da Favelinha, situado al pie de la favela Aglomerado da Serra, que cuenta con 50.000 habitantes. El evento de moda upcycling, que transformaba ropas usadas en piezas exclusivas de la nueva marca Remexe, provocó el nacimiento del Coletivo Levante, en cuyos proyectos se enredan artistas, diseñadores, paisajistas, iluminadores o ingenieros. La reforma del centro cultural Lá da Favelinha, que ganó el prestigioso premio Tomie Othake en 2022, selló la amistad de Fernando Maculan con Kdu dos Anjos. Y abrió la posibilidad de construir una vivienda en el pequeño terreno que Kdu había comprado en la favela. "Antes de construir la casa, Fernando entrevistó a muchísimas personas. Llegó a entrevistar a niños, para ver cómo se podía ocupar el espacio. Siempre le dije que quería una casa chic, pero que no fuese ostentação (algo así como exhibicionista), con aquella arquitectura eurocéntrica...", afirma Kdu dos Anjos en entrevista con este medio.

Kdu dos Anjos en la Casa Pomar do Cafezal. 

Kdu dos Anjos en la Casa Pomar do Cafezal.  / LEONARDO FINOTTI

La elección de los ladrillos sin cubrir ni pintar fue algo premeditado. "En la periferia, no se deja el ladrillo sin revestir por estética, sino por falta de recursos. Mucha gente tiene que elegir entre pintarlos o construir una salita más para tener comodidad", matiza Kdu dos Anjos. Fernando Maculan destaca la importancia del uso de las prácticas y repertorios de construcción de los vecinos. "Nos interesó partir de la semejanza y trabajar con los elementos y materiales habituales. Queríamos que esas cualidades fueran reconocidas por las personas locales. Nuestra contribución es una arquitectura que cualquiera que viva en la favela pueda hacer suya, con algunas aportaciones técnicas nuestras", asegura Fernando Maculan.

Kdu dos Anjos, cuya actividad está bastante vinculada a la producción musical de las periferias, encuentra en la propia arquitectura de la Casa Pomar do Cafezal metáforas culturales: "El ladrillo a la vista dice mucho sobre nuestra cultura, sobre nuestra música, sobre todo del funk carioca (música surgida en las favelas de Río de Janeiro, mezcla de ritmos electrónicos, Miami-Bass y sonidos locales). Las canciones del funk no tienen doble sentido, se habla directo. La favela es así, lo que estás viendo".

"Los imaginarios negativos sobre la favela pasan también por la arquitectura, mucha gente no se siente cómoda cuando están presentes en este territorio. Con el premio, estamos deconstruyendo eso"

Fernando Maculan

Tanto Fernando Maculan como Kdu dos Anjos resaltan la importancia de la involucración de los habitantes de la favela en el proceso de premiación de ArchDaily, que se basa en la votación popular. "El premio internacional, que no esperábamos, fue algo positivo para la comunidad (palabra que en las periferias de Brasil se usa en lugar de favela). Durante el proceso, hubo una empatía muy grande. El premio lanza una mirada, valora lo que la favela tiene de positivo y lo que nos enseña", matiza Maculan. "Los periódicos normalmente solo dan noticias sobre violencia en las periferias. Los imaginarios negativos sobre la favela pasan también por la arquitectura, mucha gente no se siente cómoda cuando están presentes en este territorio. Con el premio, estamos deconstruyendo eso. Estamos hablando sobre creatividad, sobre arquitectura, sobre diseño, sobre movilidad, sobre seguridad. Ayudamos a colocar la favela en lugares antes inimaginables. También provoca el orgullo de decir que vives en esta comunidad", asevera Kdu dos Anjos. 

Casa de 'dona Dalva' en Vila Matilde, São Palo.

Casa de 'dona Dalva' en Vila Matilde, São Palo. / PEDRO KOK

Orgullo de periferia

El premio internacional conquistado por el Coletivo Levante tiene un precedente. En 2016, otra casa de una periferia brasileña (Vila Matilde, São Paulo), se alzó con el galardón a la mejor casa del año en Archdaily. La historia comenzó cuando el hijo de la diarista (empleada doméstica de limpieza) Dalva Borges contactó con los tres arquitectos del colectivo Terra e Turma. Quería evitar que su madre tuviera que abandonar Vila Matilde, donde vivía hacía décadas y tenía a toda su red de apoyo. El calamitoso estado de la vivienda apuntaba a un traslado inminente. "La casa de Dalva presentaba serios problemas de estructura y salubridad. Nos tocaba a nosotros y a una red de colaboradores mantenerla en pie. La obra debía adecuarse a los escasos recursos financieros de la familia", asegura el colectivo Turma e Terra. Con una estructura de bloques, la obra permitió la construcción de una sala, lavabo, cocina, área de servicio, habitación y una pequeña huerta. Ventilación e iluminación natural. Todo hecho con materiales similares a los de las casas colindantes.

Turma e Terra, mezclando profesionalismo y militancia, actúa en barrios de la periferia de São Paulo como parque das Flores y en Cabuçu de Cima. El colectivo desarrolla proyectos para mejorar las condiciones de vida de sus moradores y la calidad del espacio público. "Aparte de mitigar los riesgos y de mejorar barrios precarios, nuestras obras tienen como objetivo la regularización y la inserción de la población en el contexto legal de la ciudad. De esta forma, las familias pasan a tener una dirección oficial y seguridad jurídica", afirman Turma e Terra.

El trabajo de muchos colectivos y de los propios habitantes de las periferias de Brasil está empezando a dar sus frutos. Barrios periféricos y favelas comienzan a ser fuente de noticias positivas. Y a ganar premios internacionales. "Si antes se veía necesario demoler y desplazar a todas las familias de una región para después urbanizar, hoy existe una parcial aceptación de esas otras formas de urbanismo", concluyen en Turma e Terra.