EDUCACIÓN

Flamenco en las aulas: una nueva ley para los cursos venideros y un camino ya hecho

En el futuro, en Andalucía será obligatorio estudiar flamenco en la escuela. Así lo contempla una nueva norma aprobada en abril, aunque este próximo curso arrancará como asignatura optativa en todos los centros. Programas como los de la Red Planea o Vivir y sentir el flamenco, de la Consejería de Desarrollo Educativo, se proponen como modelos de lo que ya existe en la comunidad

La bailaora y coreógrafa Yinka Esi Graves, durante el trabajo desarrollado de flamenco en el aula de la Red Planea con el alumnado del IES Blas Infante (El Viso del Alcor, Sevilla).

La bailaora y coreógrafa Yinka Esi Graves, durante el trabajo desarrollado de flamenco en el aula de la Red Planea con el alumnado del IES Blas Infante (El Viso del Alcor, Sevilla). / David J Fonseca / PLANEA

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

Manuela Carrasco, Farruquito, El Pele, Dorantes... Muchos artistas flamencos acompañaron a Juanma Moreno en el Parlamento andaluz el pasado 12 de abril, una jornada en la que se aprobaba, con 59 votos a favor y 48 abstenciones, la Ley del Flamenco. El foco de la nueva norma, impulsada desde la Consejería de Cultura por Patricia del Pozo y muy celebrada por buena parte del sector, se ponía en dos aspectos: regular la formación y empleo de los artistas de este sector cultural e incluir el flamenco en el currículum educativo.

Para conseguirlo se hizo un gran anuncio antes incluso de la aprobación de la propia ley. Lo hizo la misma del Pozo, que ahora ocupa la cartera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional: la creación de la asignatura Cultura del Flamenco: optativa, de dos horas a la semana, impartida por el profesorado de música, para los estudiantes de 3º de la ESO.

¿Tendrán entones los alumnos andaluces que estudiar flamenco en la etapa obligatoria de la educación? La respuesta es que muchos ya lo hacen. "En Andalucía, muchos profesores, sobre todo de música, tienen formación en flamenco y lo vienen llevando al aula desde hace 20 años, aunque es cierto que de manera puntual", explica Rosa Suárez Muñoz, coordinadora del Programa Vivir y Sentir el Flamenco de la Consejería de Desarrollo Educativo en la provincia de Granada. Este programa, que forma parte de otro más amplio sobre patrimonio, lleva en funcionamiento varios años. "Es un programa transversal", explica, "esto es, que involucra a todo el centro educativo que decide participar. Es voluntario, pero una vez que se apuntan se incluye en el plan anual de centro y en su currículum y se desarrolla con el alumnado en horario escolar". Sin embargo, aunque está recibiendo mucho impulso y crece el número de centros participantes, sigue siendo minoritario. En el último curso escolar han participado 253 centros escolares, de los más de 7.000 que hay en Andalucía. "Muchos centros desconocen que existen los programas de innovación educativa, porque son relativamente jóvenes, no llegan ni a los diez años", aclara Suárez.

En el mismo ámbito se desarrolla la red de arte y escuela Planea, un colectivo de mediadores que trabajan en Andalucía, La Rioja, Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid que en Andalucía están vinculados a este programa de innovación educativa. Los centros que participan, solamente públicos, además de contar con una formación de apoyo para el profesorado, cuentan también con el acompañamiento de algunos artistas, como la bailaora británica asentada en Sevilla Yinka Esi Graveso el guitarrista Raúl Cantizano. "El planteamiento que hicimos en el taller tiene que ver con el compás: cómo partir del compás flamenco y crear algo que fuese significativo para los estudiantes", explica Esi Graves sobre su taller, Otro cuerpo flamenco es posible, desarrollado este curso en diez centros educativos repartidos en las ocho provincias andaluzas.

La bailaora y coreógrafa Yinka Esi Graves, durante el trabajo desarrollado de flamenco en el aula de la Red Planea con el alumnado del IES Blas Infante (El Viso del Alcor, Sevilla).

La bailaora y coreógrafa Yinka Esi Graves, durante el trabajo desarrollado de flamenco en el aula de la Red Planea con el alumnado del IES Blas Infante (El Viso del Alcor, Sevilla). / David J Fonseca / PLANEA

El flamenco como vehículo

"Yo me quedé bastante asombrada con la participación", explica la bailaora. "Es verdad que el planteamiento no es que aprendan una coreografía, unos pasos y los repitan, no viene por delante una estética fija. Ellos tienen que decidir qué crear a partir de una explicación mínima sobre el palo que se utiliza o unas herramientas que se les dan para que partan de algún sitio. Y a pesar de la diversidad de muchas aulas, la implicación de los chicos fue bastante alta".

La idea fundamental de la que parten tanto la Red Planea como el programa Vivir y sentir el flamenco es que éste sea algo vivencial. "Normalmente en la escuela se trabaja con conocimientos muy estancos, no se suele trabajar desde la experiencia viva, sino que es todo muy lógico, muy racional, cuando el aprendizaje también pasa por el uso, por experimentarlo, por hacerlo", explica Mar Dols, responsable del centro de recursos de la red y coordinadora del proyecto. "Nosotras lo que hacemos es una guía, un acompañamiento, pero es el propio centro el que tiene su plan educativo, diseña su plan artístico y decide hacia dónde va", explica Dols. Aunque el proyecto es el mismo, es cada centro el que decide en qué desemboca.

En el Instituto de Educación Secundaria Los Montes (Colmenar, Málaga), por ejemplo, crearon una performance para reflexionar sobre la convivencia y a la vez sobre la identidad de su propio pueblo, a partir de un compás por tangos. "La experiencia es extraordinaria", afirma José Alberto Amador, profesor de música de este instituto, que lleva varios años participando en el programa de Vivir y sentir el flamenco en diferentes propuestas -los dos últimos cursos, de la mano de la Red Planea-. "Ha llegado un punto en el que es el alumnado el que está pidiendo involucrarse en proyectos como estos. Se está generando un ambiente de respeto entre iguales, ganan en autoestima, porque se ven capaces de generar creaciones de calidad... En los cuatro años que llevo en el instituto he tenido la suerte de acompañar a un grupo en toda la etapa de la ESO, y he visto cómo han ido pasando del excepticismo a proponer ellos mismos ideas cada vez más complejas".

El instituto Los Montes lleva un tiempo participando en estos proyectos. La dedicación de este profesor de música les ha hecho recibir uno de los premios que tiene el programa para reconocer las experiencias y buenas prácticas docentes, los premios anuales Flamenco en el Aula, pero él confiesa que formar parte del proyecto de Red Planea el curso pasado fue muy especial. Lo hicieron de la mano del guitarrista Raúl Cantizano y su guitarra preparada, con el objetivo de explorar la creatividad y experimentar con un kit para alumnos que incluía una guitarra flamenca, un ventilador, un puente y una serie de elementos para que los alumnos pudieran construir su propia guitarra preparada. "Las conversaciones entre los estudiantes acerca de lo que pasó en la clase duraron días", dice Amador. "Para mí, como músico que ha estudiado en conservatorio, supuso también una liberación". Este profesor ha creado, además, el videojuego Villa Flamenco, justamente para acercar los aspectos básicos del flamenco y sus orígenes a los alumnos, aunque invita a todo el mundo a probarlo.

Formación de públicos

"Todo ayuda", dice una entusiasta Suárez Muñoz. "Es necesario reconocer lo que hace lo artístico en la educación: no es sólo que conozcan el flamenco, también fomenta el pensamiento crítico y, aparte, estamos hablando de la creación de públicos, también".

El objetivo, tanto para la Red Planea como para el programa Vivir y sentir el flamenco, sería que esta experiencia pudiera extenderse al resto de centros educativos. Y ahí, confiesan ambas, la ley del flamenco es una herramienta fundamental. "Estas cosas son lentas, no podemos saber todavía cómo se va a aterrizar", reconoce Dols. "Nosotros estamos contentos de que se haya aprobado la ley, porque es pionera, pero ya tenemos experiencia y profesorado formado y ya sabemos lo que funciona, se ha hecho ya un camino, lo importante es que se mantenga y la ley se pueda desarrollar", añade Suárez. "Es imprescindible que se mantenga el aprendizaje vivencial. Lo que aprendes a través de una situación de aprendizaje no lo vas a aparender nunca sentado en un pupitre".

Para Suárez, el anuncio de la creación de una asignatura de Cultura flamenca es una buena noticia, pero cree que debería ser obligatoria, y no optativa. "Pero claro, se habrían encontrado con el problema de que no todos los centros tienen un especialista en flamenco".

Urgente es, por tanto, la formación del profesorado. Vivir y sentir el flamenco lo contempla, no sólo en sus programas anuales, sino también con un congreso anual que involucra, además de a los docentes, a las universidades públicas -por la formación de los futuros docentes- y al propio Instituto Andaluz del Flamenco, organismo dependiente de la Consejería de Cultura. "Es imprescindible que se impulse la investigación, en el ámbito universitario, pero también en el ámbito escolar, más investigación sobre el arte en la escuela".

Artistas flamencos (la bailaora Manuela Carrasco, en primera fila, Antonio González, presidente de Unión Flamenca, la cantaora Esperanza Fernández y el bailaor Farruquito, en la segunda y otros como el guitarrista Tomatito y el pianista Dorante, detrás) aplauden tras la aprobación por el pleno del parlamento andaluz de la ley del flamenco, en abril de 2023.

Artistas flamencos (la bailaora Manuela Carrasco, en primera fila, Antonio González, presidente de Unión Flamenca, la cantaora Esperanza Fernández y el bailaor Farruquito, en la segunda y otros como el guitarrista Tomatito y el pianista Dorante, detrás) aplauden tras la aprobación por el pleno del parlamento andaluz de la ley del flamenco, en abril de 2023. / Joaquin Corchero / Europa Press

Riesgo de ser papel mojado

Ya existe un camino hecho anterior a la nueva ley, pero el anuncio de la creación de una nueva asignatura, optativa, despierta muchas dudas. Una muy importante es en detrimento de qué asignatura se impartirá esta optativa (de qué otra asignatura van a quitar las dos horas que tendrá esta). "La cuestión de darle horas al flamenco en el currículum educativo es a quién se las quitas. ¿Se van a quitar de música, de matemáticas? Porque de algún lado se va a quitar", reflexiona Dols.

Pero la crítica principal que se le ha hecho a la nueva ley del flamenco es, sin duda, que nace sin dotación económica y necesita un desarrollo reglamentario que permita conocer cómo se va a articular esa inclusión del flamenco en las aulas. "El único riesgo es que caiga en papel mojado", afirma Suárez, "que no tenga desarrollo a partir de lo que ya se ha aprobado".

"Somos muchos los docentes que llevamos años trabajando el flamenco en el aula, por convicción pero también porque lo contemplaban ya las anteriores leyes educativas, pero el desarrollo de esta nueva ley dependerá claramente de la inversión que la administración quiera realizar para poder realizar proyectos de cierta entidad", afirma Amador.

"Aquí luego no hay nunca dinero para nada, pero se puede aprovechar el camino que ya está hecho, el material que han ido elaborando los centros que han participado en este programa", añade Suárez. "Esos profesores, investigadores, deberían poder recibir alguna ayuda para publicar o desarrollar su trabajo, no dejarlo todo en manos de las editoriales". "Hay mucha creatividad en los centros educativos que acostumbran a trabajar con las artes", reconoce Dols. "El propio equipo docente se vuelve muy creativo para enfrentar este tipo de transformaciones que le vienen desde arriba".