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El regreso en serie de 'Full Monty': la misma pandilla, ahora con algo más de ropa encima

Veintiséis años después, el entrañable grupo de trabajadores que se lanzaban a hacer estriptís se enfrenta a un país y un mundo que ya no son los que eran

Robert Carlyle (Gaz) en la serie ’Full Monty’.

Robert Carlyle (Gaz) en la serie ’Full Monty’. / ARCHIVO

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

Aunque ahora cueste creerlo, hubo un tiempo en que una película no necesitaba durar más de tres horas, estar cargada de efectos especiales y provenir de una franquicia para arrasar en las taquillas. Hace ahora veintiséis años, Full Monty lo consiguió con solo hora y media de metraje, un mundo realista y una historia tan original como modesta, la de un grupo de obreros siderúrgicos que montaba una tropa de estriptís para enfrentarse a la decrepitud industrial de Sheffield tras los embates del thatcherismo. 

Su guionista, Simon Beaufoy, llegó a estar nominado al Oscar por su guion, como decíamos, original. Y ha sido él mismo, mano a mano con Alice Nutter (su aliada ya en Trust), el encargado de reactivar a la pandilla en Full Monty (Disney+, desde el miércoles, día 26), secuela tardía en forma de serie sobre el presente no mucho más próspero de aquellos viejos camaradas. "Le habían pedido hacer una secuela muchas, muchas veces a lo largo de los años, pero nunca estuvo interesado en ello", nos explica por videollamada Robert Carlyle, el entrañable maquinador Gaz en la película. "Y para serle sincero, yo tampoco tenía interés. Pero hace dos años me llamó para saber si querría hacerla como serie de ocho episodios. Iba a ser una oportunidad para echar un vistazo a sus vidas y, de paso, al estado del país. Me pareció buena idea".

Unas vidas y un país

Los viejos amigos (además de Carlyle, otros grandes como Mark Addy o Tom Wilkinson) siguen luchando contra la ruina económica, a la que ahora deben añadir los achaques de la edad o su dificultad para ajustarse a los nuevos cánones lingüísticos y culturales; a un mundo donde el hombre blanco ha dejado de tener poder por defecto. Les veremos de nuevo pasando por toda clase de aventuras tragicómico-surrealistas, pero no ensayando ninguna nueva coreografía. "Pocos querían ver a estos tipos hacer estriptís en 1997 y no digamos ya en 2023”, dice entre risas Wim Snape, el ya no tan niño Nathan, que también vuelve para la continuación. "De todos modos, la película no iba solo de eso, de estriptís. Aquello era solo una pequeña parte de una propuesta más rica". 

El grueso de la serie se compone de pequeños intentos de supervivencia, de situaciones sobre buenos tipos tratando de hacerlo lo mejor posible o pifiándola con las mejores intenciones. Hay incluso menos villanos que en Ted Lasso, otro raro caso de serie sobre gente decente. "Aunque yo no sé si la compararía con ella", dice Carlyle. "Diría que la escritura es aquí más honesta. Es una de las razones por las que la película tuvo tanto éxito. La honestidad y la integridad eran ingredientes esenciales". 

En cuanto al estado del país, ahora no es solo la industria la que parece aniquilada: también sufren la educación, el sistema sanitario, el transporte… Todas las necesidades básicas de la población. (Carlyle): "Han pasado veinticinco años desde la película original. Veinticinco años de liderazgo conservador. Veinticinco años de austeridad. Esto no solo ha deteriorado a los personajes, sino también a la infraestructura del país. Como hace un cuarto de siglo, mezclamos momentos cómicos con reflexiones sobre cosas que son importantes para la clase trabajadora". 

Mujeres con más protagonismo

Por suerte, al contrario que hace un cuarto de siglo, los personajes femeninos ya no son solo esposas en los márgenes; véase, por ejemplo, el mayor protagonismo de Jean (Lesley Sharp), directora del instituto donde su marido Dave (Addy) es conserje. También tiene un papel importante Destiny (Talitha Wing), la hija adolescente rebelde de Gaz. "Estaba a la vez entusiasmada y nerviosa, por lo querida que es la película", explica Wing. "Cuando conseguí la prueba, la vi con mis abuelos y mi hermana y fue una gran experiencia. Mis abuelos me explicaron qué significó para ellos verla por primera vez. Habitualmente todos queremos ver algo distinto, pero con Full Monty nos sentamos juntos y fue emotivo compartir ese rato frente a la pantalla". Recordemos: las pantallas también pueden unir.