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Maldiciones y malditos en Hollywood: las leyendas urbanas de la industria del cine

El séptimo arte está plagado de fallecimientos sin explicación, rodajes con mal de ojo, crímenes sin resolver, fantasmas que vagan por pasillos de hoteles... Algunos de ellos están recogidos en el último libro de Patricia Prida

Maila Nurmi, en 'El show de Vampira'.

Maila Nurmi, en 'El show de Vampira'. / ARCHIVO

En 1953, la actriz escandinava Maila Nurmi asistió a una fiesta de disfraces en Los Angeles junto a su primer marido, el guionista y ex actor infantil Dean Riesner. Decidió ir de Morticia, el personaje de la familia monstruosa creada por Charles Addams y, como hacía habitualmente, ella misma se confeccionó su atuendo aunque sin saber que también estaba elaborando su nueva identidad. De hecho, su esposo la bautizó en broma como Vampira, el nombre con el que se iba a hacer famosa en televisión. En aquel baile de máscaras también estaba un productor de la industria que, nada más verla, le ofreció un contrato para presentar un programa de formato novedoso por aquel entonces. El show de Vampira se estrenó en un canal local el 30 de abril de 1954 y se convirtió en un éxito, en parte gracias al aspecto de la presentadora. Llevaba el pelo teñido de negro ala de cuervo, un vestido que le marcaba una exagerada cintura de avispa y unas cejas nunca vistas. En cada episodio emergía de la oscuridad para introducir una película de terror que era lo de menos. Lo que quería la audiencia era verla a ella.

Nurmi se convirtió en estrella –fugaz, eso sí– en la todavía época dorada de Hollywood. Conducía un descapotable con una sombrilla negra como capota, llamaba epitafios a los autógrafos que firmaba sin parar y copaba las portadas de las revistas de moda. Incluso hizo sus pinitos en el cine junto a Bela Lugosi en Plan 9 del espacio exterior dirigida por Ed Wood. En su momento fue considerada la peor película de la historia hasta que pasó el tiempo suficiente para obtener el título de culto que se otorga a filmes que de tan malos que son acaban siendo buenos.

A la par que en su vida ocurrían todas estas cosas, también cultivaba una relación con el cada vez más famoso actor James Dean, con el que compartía el interés por el oscurantismo y la literatura. Si fueron solo amigos o también amantes nunca se supo realmente pero terminaron separándose, posiblemente por consejo de quienes rodeaban al joven actor. Mientras él alcanzaba las mieles del éxito, la carrera de Vampira estaba de capa caída y no le convenía que le asociasen con ella.

El asunto podría haberse quedado ahí, pero cuando Dean se mató en el accidente de tráfico muchos fans y parte de la prensa amarilla la acusaron de ser la culpable del fallecimiento del protagonista de Rebelde sin causa, como si Nurmi fuese realmente un ser venido de ultratumba con poderes mágicos. Aquella gente decía que la actriz le había enviado un maleficio a través de unas fotografías acompañadas con un mensaje y por su culpa el joven intérprete se había estrellado. Que condujese a toda velocidad Porsche 550 Spyder no les parecía la explicación más lógica para su muerte.

James Dean y Maila Nurmi, en el 'set' de grabación. 

James Dean y Maila Nurmi, en el 'set' de grabación.  / ARCHIVO

La espiral de locura llevó a una fan a quemarle el pelo a Nurmi-Vampira, un suceso que ella aprovechó para fotografiarse con la cabeza rapada menos un mechón –la escandinava era un modelo de protopunk– y así promocionar las joyas que ella misma hacía. Ese acabó siendo su trabajo definitivo, porque tras el declive de su carrera abrió en Los Angeles Vampira’s Attic, una boutique en la que vendía sus diseños de ropa y joyería. En los años 80, salió del ostracismo a través de películas como Ed Wood de Tim Burton y volvió a dar entrevistas en las que dejaba caer que se comunicaba con Dean a través del ocultismo, una historieta que mantuvo hasta el final de su vida en 2008.

Maldiciones de película


Esta es solo una de las leyendas que orbitan alrededor de la muerte de James Dean, uno de los considerados intérpretes malditos de Hollywood. La historia del cine está plagada de fallecimientos sin explicación, rodajes con mal de ojo, crímenes sin resolver, fantasmas que (se supone) vagan por pasillos de hoteles y escenarios de homicidios. Algunos de ellos están recogidos en el libro Maldiciones y malditos en Hollywood. Glamour y tormento indivisibles (Luciérnaga, 2023) de Patricia Prida. Es experta en la materia y, entre otros proyectos, dirige el podcast Proyecto Terror, que comenzó en 2004 como programa de radio. “En él tienen cabida el terror, las leyendas urbanas, el cine y el misterio, así que llevo tiempo narrando este tipo de historias”, comenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

El germen de este trabajo se fraguó en un evento organizado por la Asociación de Amigos del Misterio de Cantabria en 2018, donde la autora participó con una charla en la que trató algunos de los casos que ahora aparecen en el libro.

Prida hizo una laboriosa tarea de documentación para comprobar la veracidad de las historias hasta donde se puede en casos de leyendas y misterios. “Consulté desde artículos en Los Angeles Times o The Guardian a documentales y programas de la ABC o SyFy, pasando por libros y otras publicaciones de Spencer Kansa, David J. Skal, Jackie Ganiy, Kenneth Anger, Steve Hodel o Anton LaVey”, asegura. En el actual volumen se recogen más de una decena de casos, pero aún tiene más apuntados. “Los mantengo en el limbo porque sigo investigando sobre ellos y me gustaría narrarlos en una segunda parte”, sostiene la escritora.

Entre las que recoge en el actual volumen, Prida destaca la historia de Elizabeth Short, también conocida como La dalia negra. “Fue un asesinato atroz cometido en 1947 y sobre cuya autoría pende el interrogante del enigma, aunque existen ciertas hipótesis al respecto”, comenta. “Su cuerpo fue hallado en un solar de Los Ángeles, desnudo, seccionado en dos y parcialmente eviscerado. La estela de su caso ha llegado hasta nuestros días y su personaje ha trascendido a la cultura popular, sobre todo a la estadounidense”. Por ejemplo, en 1987, el escritor James Ellroy recuperó la historia en su novela titulada, precisamente, La dalia negra y, en 2006, el director de cine Brian De Plasma la adaptó al cine. Además, también se retrata el suceso en uno de los capítulos de la primera temporada de la serie American Horror Story.

Asimismo, de una manera rocambolesca, la muerte de Short se vincula con la de la turista Elisa Lam en el Hotel Cecil de Los Angeles. Según dicen quienes quieren creer, el fantasma de La dalia negra todavía pulula por los pasillos del establecimiento y las cámaras de seguridad grabaron a Lam “haciendo gestos extraños y presa del miedo, como si alguien, o algo, la estuviera persiguiendo”, escribe Prida en el libro. La joven apareció muerta en el depósito de agua del hotel “después de que varios huéspedes se quejaran de la falta de presión y del extraño sabor del agua”, relata en sus páginas. Ese homicidio que terminó en sopa de cadáver también ha servido como trama de capítulos de series como Castle: Agua mortal o la quinta temporada entera de, otra vez, American Horror Story.

Aunque el trabajo de Prida se centra en la mitología de Hollywood también conoce algún caso misterioso en la industria europea. “A bote pronto, me viene a la memoria el caso de Romy Schneider, la actriz germano francesa protagonista de las películas de Sissi emperatriz de los años 50, y musa de reconocidos directores europeos como Chabrol, Visconti o Costa-Gavras”, señala. “Parece que las causas de su fallecimiento a los 43 años no quedaron esclarecidas. Pudo ser por enfermedad, suicidio e incluso hay quien apunta que murió de pena por la muerte prematura de su hijo adolescente”, sostiene la escritora. También comenta que aunque este libro se basa en sucesos que tuvieron lugar entre las décadas de los 30 y los 50del siglo XX, las leyendas no terminan ahí. “Algunos de los casos que quedaron fuera son de época más reciente. Por ejemplo, hay una leyenda en Hollywood que habla de cómo la actriz y escritora Carrie Fisher tuvo ciertas experiencias paranormales y encuentros con el fantasma de un amigo en 2005”, desgrana. Después de tantos casos sin explicación surge una pregunta: ¿Hay personas que están marcadas por la mala suerte o los hechos tenebrosos son fruto de la casualidad? “Me gustaría tener una buena respuesta. Supongo que hay ciertos aspectos de la existencia humana que se escapan a nuestro propio control”, afirma la escritora. Al fin y al cabo, si tuviesen explicación, no serían misterios.

'Maldiciones y malditos en Hollywood. Glamour y tormento indivisibles'

Patricia Prida

Luciérnaga

264 páginas | 17,95 euros

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