ENTREVISTA

Virginie Despentes: "La violencia que hay en internet es inédita en tiempo de paz"

La autora francesa publica en España 'Apocalipsis bebé', novela de 2010 que pone el acento en el potencial literalmente explosivo de la juventud que estamos criando y en la que debuta el superpersonaje La Hiena, después disfrutado en 'Vernon Subutex'

Una imagen promocional de Virginie Despentes, tomada el pasado viernes.

Una imagen promocional de Virginie Despentes, tomada el pasado viernes.

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

P. ¿Cómo se recuerda a los 15 años?

R. No guardo un recuerdo agradable. Prefiero mi vida posterior. Yo quería irme de casa y de la ciudad, autonomía total. En los años 80 nos íbamos de casa antes que los jóvenes ahora. No me gustaba Nancy, la ciudad donde vivía, no me gustaba la escuela y no me gustaba la autoridad de mis padres. Todo era duro.

P. ¿En quién se basó para construir el personaje de la quinceañera Valentine?

R. En concreto en una adolescente con la que conviví durante cinco años. Y también en los hijos de amigos.

P. ¿Cómo evalúa a las madres y padres de su generación?

R. Lo han hecho tan bien como han sabido. Pero me parece que como padres y adultos, y aquí me pongo en el grupo, no dejamos un mundo en buen estado a las nuevas generaciones. Los que más o menos tienen 15 años ahora se encuentran con la misión de salvar el mundo desastroso que les dejamos. Mi generación no tenía esa obligación a los 15 años. No hemos sido una generación generosa con sus hijos. "Es tu turno y buena suerte", les decimos. Todo está en un estado de amenaza de apocalipsis.

P. ¿Qué es todo?

R. El conjunto. El trabajo, el medioambiente, las armas, la policía, la subida de la extrema derecha y de los sistemas autoritarios… Internet en sí mismo me parece increíble, pero se lo dejamos en estado de catástrofe. Tienen que arreglar muchas cosas. Nosotros hemos disfrutado sin pensar demasiado y ahora les toca a ellos hacer las reparaciones.

P. ¿Cree que la vida digital es nociva?

R. Obviamente hay una lectura fabulosa de internet. Por ejemplo si eres gay no te puedes sentir solo como antes porque el mundo está lleno de gente como tú. Y si eres una joven feminista vas a encontrar un montón de textos que en otras épocas no se encontraban. Pero al mismo tiempo hay una violencia en internet nunca vista. No hay equivalente en el pasado de la carga de odio y de amenaza que hay en internet ahora. No veo a los niños y jóvenes protegidos al respecto. Tendrán que hacerlo ellos. Nosotros hemos sido incapaces de hacerlo. El porno, por ejemplo. En mi opinión existen varias categorías de porno y la de fácil acceso en internet es muy dura y la ven a los 7 años sin que nadie les diga nada. La violencia que hay en internet es inédita en tiempo de paz.

El asunto de la lucha armada me producía fiebre. Acabé escribiendo libros, pero me atraía"

P. En ‘Apocalipsis bebé’ establece de manera implícita un paralelismo de riesgo: una quinceañera blanca y rica, y a la deriva, puede ser maleada como lo son quinceañeros musulmanes igualmente a la deriva.

R. Valentine acaba siendo una yihadista de la extrema derecha. Totalmente. Hay una edad en la que es fácil convencerte de que existe una idea más grande que tu vida. A mí misma me fascinaban Acción Directa y la RAF. El asunto de la lucha armada me producía fiebre. Acabé escribiendo libros, pero me atraía.

P. El personaje La Hiena sitúa Barcelona a la “vanguardia de la delincuencia”. ¿Tanto?

R. 12 años han pasado desde que publiqué ‘Apocalipsis bebé’. Una de las primeras cosas que me pasaron en Barcelona fue que me quitaron todo del coche en dos segundos de manera muy limpia. Me pareció la delincuencia en su momento un deporte local. Ahora veo Barcelona una ciudad mucho más segura que París y que muchas ciudades francesas. Muchas cosas han cambiado y tengo otra relación con Barcelona.

P. Otra observación local de La Hiena y su compañera Lucie Toledo: en Barcelona nos chiflan las obras.

R. Cuando llegué a la ciudad la vi así. Ya no. Ahora mismo vengo de París, ciudad patas arriba desde hace cinco años porque prepara los Juegos Olímpicos de 2024. Ahora cuando vienes de París, Barcelona te parece ciudad sin obras.

P. ¿Qué le gusta de Barcelona para pasar aquí buena parte del tiempo?

R. Me siento más a gusto por ejemplo con la manera de hacer políticas feministas. Hay menos depresión en la izquierda; la hay, como en todas partes, pero menos que en Francia. No me parece que haya tanta miseria en las calles como hemos aprendido a tolerar en Francia. Y me gusta la gente que conozco aquí. No hablan de los mismos temas que en Francia. Sin ir más lejos la extrema derecha no monopoliza la conversación, lo cual es un alivio.

P. ¿Cuánto hay de Virginie Despentes en el personaje La Hiena?

R. Poco. Ella es como a mí me gustaría ser. Es mi yo liberado. Me encanta La Hiena. Es un Porsche de personaje.

El cine francés, que conozco, era un ámbito de abusos normalizados

P. En ‘Vernon Subutex’ hay un productor cinematográfico que bien podría ser Harvey Weinstein a la francesa. Pero aún no había estallado el MeToo cuando usted escribió la trilogía. ¿Hasta qué punto estaba o está extendido el abuso sexual en la industria cultural francesa?

R. Fue la normalidad durante décadas. La palabra no era abusar sino disfrutar. El cine francés, que conozco, era un ámbito de abusos normalizados. Más que en el sector de los libros, porque los editores tienen menos poder y no pueden trabajar solo con jóvenes guapas. La música también era un territorio de abuso regular del poder hacia mujeres y chicos jóvenes. El hombre que se follaba a todo lo que se movía era un donjuán.

P. ¿Cómo le sentó el notable rechazo de Francia al MeToo, incluso con mujeres destacadas de la cultura diciendo que no era para tanto?

R. No lo entendí. Aunque la burguesía francesa, a la cual pertenecen muchas de las que criticaron el MeToo, educa a las mujeres para defender a los jefes. Saben callarse, aguantar e incluso sonreír cuando acaban de ser golpeadas. Es muy difícil hacer tratos feministas con estas personas.

El sueño americano ha muerto totalmente. Creo que los jóvenes saben que las puertas están cerradas y no hay pasaje para ellos

P. El dinero y el origen social son importantes en la construcción de sus personajes. ¿Cómo se queda cuando la presidenta Isabel Díaz Ayuso dice que en Madrid no hay clases sociales?

R. Boquiabierta. Es un discurso de la derecha, cada uno obtiene lo que se merece si hace el esfuerzo para conseguirlo. Es la doctrina neoliberal, pero no es lo que yo he visto en mi vida. No creo que esto pueda aguantar mucho sin que estalle la violencia.

P. Igual infravalora el poder seductor del capitalismo.

R. El sueño americano ha muerto totalmente. Creo que los jóvenes saben que las puertas están cerradas y no hay pasaje para ellos. Lo que no infravaloro es la capacidad del poder para equipar a su policía como si fuera en ejército preparado para la guerra. No infravaloro la capacidad del capitalismo para mantenerse a través de la violencia, su idioma principal. Tampoco me parece imposible pararlo todo.