GASTRONOMÍA

Vino del supermercado a 5.000 euros: el oscuro mundo de las falsificaciones enológicas

Internet es el lugar perfecto para comercializar vinos que imitan a los de las grandes bodegas y que suelen acabar en manos de consumidores con poca experiencia y mucho dinero para gastar

Visualización del poso de fermentación existente en distintas botellas de vino.

Visualización del poso de fermentación existente en distintas botellas de vino. / MANU MITRU

"Quizá ahora somos más conscientes de ellas pero, en realidad, se han dado toda la vida", afirma Marla González, sumiller y campeona de España de cata por equipos de 2022, refiriéndose a las falsificaciones de vinos. En los últimos tiempos resulta cada vez más común ver noticias en los medios de comunicación en los que la policía interviene decenas, cientos y, a veces, miles de botellas falsas.

Se calcula que nada menos que un 20% del vino que circula a nivel mundial es falsificado o, por decirlo de una manera más suave, miente sobre su auténtico origen. Dentro de estos fakes, existen dos grandes categorías.

Según nos cuenta Marla (en la fotografía de arriba), el primer tipo está formado por las falsificaciones de vinos de gama alta, lo que ella califica como "unicornios". Botellas de edición limitadísima que supuestamente proceden de prestigiosas bodegas de Borgoña, Burdeos, Toscana o incluso de Estados Unidos; zonas que, para casi todo el mundo, son sinónimo de lujo, exclusividad y máxima calidad. A nivel español, Vega Sicilia y Pingus suelen ser las más afectadas.

Pero también hay un segundo tipo de fraudes basados más en la cantidad que en la calidad y que afectan a vinos de gama media. En nuestro país vamos sobrados de este tipo de casos que son los que tienen una tradición más antigua. Existen multitud de ejemplos, como el que se detectó el año pasado y que afectó a algunas bodegas de Cataluña, pero ocurre también en La Rioja y en otras Denominaciones de Origen.

La cosa funciona de la siguiente manera: "Algunos productores sin escrúpulos compran uva en lugares como La Mancha, donde la producción es mucho más elevada que en sus zonas de origen", explica la experta, "y la hacen pasar por uva propia, produciendo con ella vino, mintiendo en algunos casos sobre las variedades utilizadas y poniéndole su etiqueta". La cantidad de litros producidos en una cosecha puede así multiplicarse por dos, tres o más. Estos fraudes pueden llegar a mover millones de botellas que acaban en las grandes cadenas de distribución y que los consumidores compran sin llegar a saber nunca que les han dado gato por liebre.

Marla señala dos causas principales sobre el auge de los fraudes vinícolas. "Por un lado, el consumo de vino de calidad no para de crecer y, a mayor demanda, hay más salida para las falsificaciones. Por otro, el número de consumidores de vino de calidad se ha disparado. Hay más gente que, aunque no tenga conocimientos de enología, tiene dinero y ganas de introducirse en este mundo. Buscan marcas y es bastante fácil engañarlos".

Fragmento de un vídeo de la Guardia Civil de una incautación de vinos falsos.

Fragmento de un vídeo de la Guardia Civil de una incautación de un fraude vinícola. / GUARDIA CIVIL

Pero, sin duda, otro de los factores clave del auge de los vinos falsos es el incremento de la venta a través de internet de vinos de calidad. "En la red es más fácil que te cuelen una botella así porque no la tienes delante", afirma la experta. "Hay páginas de subastas de vinos en las que resulta fácil vender botellas fraudulentas. No quiere decir que todas lo sean, claro. Además, cada vez existen más controles: algunas webs cuentan con expertos que se dedican a revisar los vinos y confirmar que todo está bien. Pero sin duda, internet es el sitio donde es más fácil encontrar botellas falsas a precios desorbitados".

Pero, ¿existe alguna forma de darse cuenta de que estamos ante un fraude? Según el sumiller Felipe Urbano, "para el consumidor de a pie resulta prácticamente imposible detectarlo. Los expertos tenemos mayores posibilidades de darnos cuenta, pero tampoco somos infalibles. Si no estamos familiarizados con un vino en concreto, como cuando hacemos catas a ciegas o en algún concurso, averiguar el origen de una botella no es tarea fácil".

"Por otra parte", agrega, "la confianza del consumidor en la tienda o el restaurante que le está vendiendo el vino, también dificulta su detección. Nadie piensa que, si pide en un restaurante con estrellas Michelin una botella de Pétrus, que suele venderse por entre 3.000 y 6.000 euros, le vayan a engañar. Eso facilita el trabajo de los falsificadores".

"Hay muy buenas falsificaciones que engañan a los sumilleres y enólogos más expertos del mundo", confirma Marla. "Imagina a alguien que no tiene conocimientos de vino. De hecho, para detectar estas copias hay que ir mucho más allá que del propio líquido: es necesario examinar el tipo de botella, su peso, su color, la densidad del vidrio, la etiqueta, el corcho, la cápsula e incluso revisar las añadas, porque en ocasiones se producen botellas de años en los que no hubo cosecha del vino auténtico".

"También hay algunas bodegas que están destinando parte de sus recursos a evitar falsificaciones", continúa. "En el caso de Vega Sicilia, por ejemplo, las botellas van todas numeradas con un código digital que permite verificar su autenticidad a través de una página web. Pero también sé que hay otras que, ya sea porque son muy clásicas, muy old school o muy de pueblo, no hacen nada de esto porque no consideran que forme parte de su filosofía".

"Siempre he pensado", añade Felipe antes de terminar, "que detrás de estas redes de vinos falsificados hay algo más. Algo que difícilmente sabremos nunca". Y se pregunta: "¿No es extraño que en un restaurante con estrella Michelin se vendan diez o doce botellas de un vino supuestamente excepcional, de renombre mundial, y que nadie sospeche nada? ¿No les extraña cuando compran seis cajas de ese vino estrella que vale 3.000 euros a 200? No me gusta pensar en esas cosas, la verdad, porque yo siempre veo la parte romántica, la parte bonita del vino, pero tampoco deja de ser un negocio. Cuando en una gran superficie se pone a la venta un vino que resulta ser falso. ¿El comprador no se da cuenta? ¿El comercial no era una persona diferente? ¿No lo está comprando a un precio sospechosamente bajo?".

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