CREADORES CREADOS (III)

The Archies, el grupo de dibujos animados que desbancó a The Rolling Stones

En 1968, la industria del disco estadounidense lanzó una banda para toda la familia que, en plena época 'hippie', no cantaba sobre drogas, sexo o vidas al límite

El primero de los discos de The Archies se publicó en 1968 en el sello Calendar, propiedad de Kirshner.

El primero de los discos de The Archies se publicó en 1968 en el sello Calendar, propiedad de Kirshner. / ARCHIVO

Eduardo Bravo

En 1998 se publicó Tomorrow Comes Today, la primera canción de Gorillaz, banda cuyos componentes eran dibujos animados porque según Jamie Hewlett, co-creador del grupo junto al líder de Blur Damon Alban, "quiero que sea para niños. Ellos son los que no les importa quién está detrás. Creen que es Gorillaz, lo aceptan tal cual". Aunque a los seguidores del brit pop la propuesta les debió parecer de lo más novedoso, la idea era más vieja que el hilo negro. A finales de la década de 1960, ya habían aparecido The Archies, una banda cuyos miembros también eran dibujos animados aunque en esa ocasión, además de a los niños y adolescentes, estaba orientada a los padres que, preocupados por los contenidos culturales que consumían sus retoños, empezaban a reclamar un control sobre las letras de las canciones pop como ya habían hecho con las películas de Hollywood y los cómics a través del Código Hayes y la Comic Code Authority, respectivamente.

Siempre atento a la evolución del mercado musical, Don Kirshner, uno de los ejecutivos discográficos más relevantes de ese momento, creyó tener la solución: lanzar un grupo que satisficiera a los oyentes más jóvenes, a sus padres y que no pudiera escapar nunca del control absoluto de la industria. En definitiva, una banda formada por robots, marionetas o dibujos animados. Se decidió por estos últimos.

En todo caso, la idea de Kirshner tampoco era una novedad. Desde finales de los años 50, The Chipmunks (Alvin y las Ardillas en castellano), habían sacado varios discos con canciones destinadas al público infantil e incluso el propio Kirshner había probado una fórmula parecida cuando se le ocurrió lanzar una serie animada para The Monkees. Sin embargo, no era eso lo que buscaba porque, mientras que existiera una banda de carne y hueso detrás, el producto seguía estando fuera de su control absoluto. El mejor ejemplo de ello eran The Beatles que también habían tenido una serie de de dibujos animados para televisión y hasta una película, Yellow Submarine, en la que, entre otras canciones, sonaba Lucy in the Sky With Diamonds, toda una oda al LSD.

Archie, el chico perfecto

Nacido en 1934, Don Kirshner había sido uno de los pioneros de la música pop en Estados Unidos. Compañero de instituto de Bobby Darin, a principios de los años 50 se asoció con Al Nevins para fundar la editorial Aldon Music, para la que trabajaban muchos de los compositores del brill building. Músicos como Carole King, Cynthia Weil, Neil Sedaka o Gerry Goffin que firmaron clásicos como The Loco-Motion, Da Doo Ron Ron, Be My Baby, A Teenager In Love o It’s My Party. Entre esos músicos en nómina también estaba Jeff Barry, autor de clásicos como Who Put The Bomp, canción basada en onomatopeyas, a medio camino entre el doo-wop y la canción novelty que posteriormente derivaría en el bubble gum sound, o lo que es lo mismo, el sonido chicle por lo pegadizo del mismo.

'Riverdale ' es la última adaptación de éxito de los personajes de Archie Comics.

'Riverdale ' es la última adaptación de éxito de los personajes de Archie Comics. / ARCHIVO

En 1961, fecha de aparición de Who Put The Bomp, la estricta política de la Comic Code Authority ya había retirado de los quioscos de Estados Unidos todos aquellos tebeos que, por su contenido violento, sexual o relativo a las drogas, no cumplían con su código moral. Entre los títulos que habían sobrevivido a la criba estaban los cómics de Archie, un joven estudiante de secundaria de la localidad de Riverdale cuyas inocentes aventuras giraban en torno a sus estudios en el instituto y el triángulo sentimental que mantenía con su novia Verónica Lodge y su ex, Becky Cooper.

"Lo importante es la imagen de Archie, que todo el mundo sabe que es buena, limpia y sana. Sin esa imagen, no somos nada", declaró en 2004 a The New York Times Michael I. Silberkleit, presidente de Archie Comics Publications. Una opinión que fue refrendada en ese mismo periódico por el Bishop Purvis, gerente de Comic Book Heaven una antigua tienda especializada en tebeos situada en White Plains en el estado de Nueva York: "Muchos de los clientes de Archie son padres que los incluyen en el paquete que envían al campamento de verano y que han leído los cómics cuando eran niños. Se podría decir que hay una serie de características relativas a Archie. Entre ellas, que es un producto que no debería hacerte daño".

Ron Dante prestó su voz al personaje de Archie.

Ron Dante prestó su voz al personaje de Archie. / FACEBOOK

Ese espíritu familiar e inofensivo fue el que Kirshner quiso capitalizar cuando decidió poner en marcha The Archies, un grupo basado en los cómics en el que Archie, a la guitarra y voz, Veronica, al órgano y Betty a la pandereta, interpretaban un repertorio formado por temas compuestos y producidos por Jeff Barry con el mismo estilo que le había hecho famoso en el brill building: bases rítmicas potentes, melodías pegadizas y una magnífica instrumentación ejecutada por músicos de sesión cuyas identidades no han trascendido más allá de la de los cantantes. "Estaba trabajando como intérprete de jingles en Nueva York cuando me preguntaron si me gustaría participar en una versión de dibujos animados de los cómics de Archie. Había crecido leyéndolos, así que por supuesto que estaba emocionado. La idea era que yo sería la voz principal de la banda de garaje de Archie Andrews, e incluso haríamos un disco", recordaba Ron Dante, que prestó su voz al personaje de Archie.

El primero de los discos de The Archies se publicó en 1968 en el sello Calendar, propiedad de Kirshner. La buena acogida propició que, unos meses más tarde, saliese un segundo LP titulado Jingle Jangle y, poco después, un tercero en el que se incluía Sugar, Sugar, el tema que haría al grupo famoso hasta el empacho, nunca mejor dicho.

Siempre jóvenes

En 2009, Don Kirshner declaró a la revista Rolling Stone que la razón de fundar The Archies había sido justamente Sugar, Sugar. Convencido de que iba a ser un éxito mayor que I’m A Believer, el productor propuso que fuera grabada por The Monkees, pero el grupo se negó. Michael Nesmith, guitarrista de la banda empeñado en componer y grabar sus propias canciones para desligar a The Monkees de la imagen de producto comercial, pensó que Sugar, Sugar era un paso atrás en ese camino y convenció a sus compañeros de "no grabar esa mierda". Contrariado por la oposición de aquellos a los que consideraba su creación personal, Kirshner decidió formar The Archies.

Si bien la versión del productor no encaja con la cronología de los hechos, dado de que cuando Sugar, Sugar se publicó, ya se habían lanzado dos discos del grupo de dibujos animados, en lo que no se equivocaba Kirshner era en que la canción sería un éxito. Durante 1969, vendió 10 millones de singles en Estados Unidos, llegó a desbancar del número uno al Honky Tonk Woman de The Rolling Stones en la lista de éxitos estadounidense Billboard, estuvo ocho semanas en el número uno de los más vendidos en Reino Unido y ocupó ese mismo puesto en países como España o Francia.

"El éxito de The Archies se basó únicamente en la música. No había ningún otro hecho que lo apoyase, ni nadie atractivo o sexy. Se vendió únicamente a través de los oídos", comentaba Jeff Barry orgulloso del fenómeno del que había sido responsable y que trascendió a los propios Archies, como demuestra que, animados por el éxito de la canción, artistas de carne y hueso grabaran su propia versión de Sugar, Sugar. Entre ellos, el soulman Wilson Pickett, el grupo español Los Mismos, Bob Marley & The Wailers, la banda juvenil Magneto, el músico Alex Chilton y, aunque parezca una broma del destino, hasta The Monkees llegaron a interpretarla en sus conciertos.

Aunque lo volvieron a intentar con nada menos que cuatro discos más, uno de ellos de villancicos en 2008, The Archies no volvieron a repetir un éxito como Sugar, Sugar, lo que no ha impedido que la canción siga sonando en emisoras de radio, programas de televisión o películas hasta el día de hoy. Además, a diferencia de otros músicos de su generación que a duras penas se mantienen en pie en el escenario, The Archies lucen hoy igual de radiantes que hace medio siglo. Es lo bueno que tiene ser un dibujo animado.

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