ENTREVISTA

Alice Kellen: "Todavía me cuesta decir que soy escritora"

La escritora valenciana, de literatura que tiende a llamarse romántica, ha publicado una quincena de libros

La escritora Alice Kellen (Wikipedia)

La escritora Alice Kellen (Wikipedia)

Juan Cruz

Juan Cruz

Lo único que no es suyo es el nombre: Alice Kellen. No es inglesa, ni norteamericana, es valenciana, nació en 1989, no se le ha subido a la cabeza ninguno de los cientos de miles de libros que ha vendido (del último, editado por Planeta, lleva registrados un millón de ventas), y se llama Silvia. ¿El apellido? Más allá no va, no lo desvela porque ese nombre, Alice Kellen, es su marca de autora, la forma que tiene de relacionarse con el público que está enganchado (como se ha comprobado otra vez en la actual Feria del Libro de Madrid) a su literatura, que tiende a llamarse romántica, aunque podría ser considerada, simplemente, literatura. Ha publicado ya quince libros con los que ha escalado cimas de ventas que no la envanecen. Es sencilla y directa, amable. Cuando la conocimos en Valencia iba por la calle como quien va a comprar helados, vestida de verano, no se ve en ella ninguna de las imposturas que a veces confunden la fama o la popularidad con el permiso para ser arrogante. Esta es Silvia, así habla quien también es conocida como Alice. Y así respondió a nuestras preguntas.  

P. ¿Cómo llegó a esta escritura tan fuerte y controlada?

R. No hay un desencadenante. Desde que era niña me inventaba cuentos, luego fui creciendo y, a los 14 ó 15 años, empecé a escribir en foros de Internet. O sea: escribir siempre ha sido para mí una afición, algo que hacer en mis ratos libres, y luego seguí con ello y un día subí una historia a Amazon, me puse un seudónimo, porque me daba vergüenza, y dos meses después me contactó una editorial.

P. ¿Qué editorial?

R. Editorial Plataforma. Publiqué una novela con ellos y después otras cuatro novelas con Ediciones Urano y luego ya entré en Planeta. Es que es muy difícil tomar decisiones en el mundo editorial y he andado de aquí para allá. 

P. ¿Cuándo se dio cuenta de que escribir no era solo una afición?

R. Es que fue muy paulatino. Yo trabajaba por mi cuenta, con mi pareja tenía una empresa de marketing para empresas y, al terminar la jornada, me ponía una hora o dos a escribir. Y un día me di cuenta de que ya invertía más tiempo en escribir que en hacer otra cosa. La gente fue creyendo en mí, les pareció interesante lo que hacía y, bueno, me animé a seguir.

P. ¿Cómo fue su aprendizaje?

R. Yo empecé leyendo lo que leía mi padre. Y mi padre leía clásicos. Leía mogollón a Julio Verne, Dickens, El Principito, que es mi libro favorito… Luego, a mí me gustaban mucho Carlos Ruíz Zafón, José Luis Sampedro… Y después descubrí la novela romántica en los quioscos. Cada semana salía un ejemplar de autoras británicas e irlandesas y me los compraba y me gustaban mucho.

P. Ha hecho novela romántica, pero no de un modo fijo.

R. Sí. Porque empiezas con la novela romántica y, al ser un género tan libre y tan amplio, derivas en otras cosas, pero que no están muy alejadas. Hay veces en que la historia de una relación es la que predomina, otras veces el amor es algo más sutil… puede haber humor, drama, no sé: las posibilidades son infinitas. 

Cuando lees novela romántica lo que quieres es sentir. Sobre todo sentir

P. Lo que cuenta en este libro no se deshilacha.

R. Bueno, el género romántico tiene que tener un punto adictivo, que te atrape y que te olvides del exterior. Cuando lees novela romántica lo que quieres es sentir. Sobre todo sentir. 

P. Yo siento. Cuénteme cómo nació exactamente El mapa de los anhelos

R. El punto de partida es que unos padres tienen un niño enfermo y buscan a otro niño para salvar al hermano. Es una historia que me marcó mucho de pequeña, porque mi madre trabajaba en un hospital pediátrico y tuvo un caso así y a mí se me quedó grabado. Recuerdo que un día le dije: "Algún día escribiré una historia con esto". Hace unos tres o cuatro años intenté empezarla, pero no tenía todas las piezas. No tenía los detalles que unen el punto A con el punto B y la dejé en el cajón. El año pasado, hablando con mi editora, le comenté la historia y me dijo que le gustaba, que le diera una vuelta y… sí: le di una vuelta. Empecé a mezclar cosas para darle sentido a todo.

P. ¿A qué edad se sintió una escritora?

R. Es que… a mí todavía me cuesta decir que soy escritora. Me da reparo decirlo, no sé por qué. Siempre piensas que tienes mucho que aprender y tal. Así que… 

P. ¿Cómo ve este mundo de los escritores?

R. Es un mundo complejo. Tiene cosas muy interesantes. Empecé poniéndome un seudónimo porque me daba mucho pudor que me leyera gente que me conoce. Me sigue costando mucho eso. Cuando alguien me reconoce… me bloqueo muchísimo. Al mismo tiempo, he tenido que dar charlas en público, algo que yo nunca pensé que iba a hacer. Entonces, miras a tú alrededor y dices: "Bueno, ahora estoy aquí, pero quién sabe dónde estaré dentro de tres o cuatro años". Es un mundo que da muchas vueltas y no puedes relajarte. Y no poder relajarte es un incordio. Esto ya es un trabajo y tengo que cumplir, porque si no seguiría siendo algo mío. 

P. ¿Cómo ha cambiado su vida a partir del éxito literario?

R. En el día a día no ha cambiado nada. Sigue siendo igual: me levanto, llevo a los niños al colegio, vuelvo a casa, hago las tareas domésticas, atiendo cosas que tengo que atender y ya está. 

P. ¿La fama no le ha tocado?

R. Para nada. Es que a mí eso no me atrae. Y como vivo en una casita, aislada en el campo, pues… 

P. ¿Cómo se llama tu pueblo?

R. Olocau. Pero yo vivo como en una urbanización en mitad del monte. Abro la puerta y está un barranco, no hay nada. No hay ni alumbrado público.  

P. Firma con un nombre inglés.

R. Bueno, muchos saben que soy yo. Pero ya les da igual. 

P. Yo creía que era una inglesa traducida. Bueno, resulta que vende un millón de ejemplares. ¿No le sorprende?

R. Es que yo lo vivo como de manera muy ajena. Sí que soy consciente, pero… no sé. Es que para mí el éxito es cuando tengo tiempo para mí, para dar un paseo por el monte o leer un libro tranquilamente sin que suene el móvil. 

P. ¿Cómo es usted como ser humano? 

R. ¡Qué complicado! A ver: soy muy aburrida. Me gustan las cosas cotidianas. Tonterías. El otro día me compré unos rotuladores para pintar en piedras. Me gustan ese tipo de cosas. Valoro mucho el tiempo. Pero desde siempre. Desde pequeña. Quiero estar en mi mundo. Por eso creo que soy una persona muy sencilla y me gusta lo que a todo el mundo: escuchar música, viajar, estar con la gente que aprecio…

P. ¿El mundo literario le llama la atención?

R. No. Para mí el mundo literario son los libros de mi estantería, jajajaja. Si a mí me dicen: "Te invitamos a una gala". Pues… la verdad, para mí eso es una mala noticia.

P. Pero le invitan.

R. Sí.

P. ¿Y qué hace?

R. A muchas digo que no y otras… pienso que es trabajo. Y todo trabajo, aunque te apasione, tiene sus cosas malas. En mi caso, son esas.

P. Cuénteme cómo escribió este libro. Tenía la experiencia que le contó su madre, ¿y luego?

R. El punto de partida fueron los personajes reales, por así decirlo. Luego tuve cuidado en el ritmo de la historia. Eso es fundamental: sin ritmo no atrapas al lector. A mí me preguntan que si hago una escaleta. Pues una así, capítulo a capítulo, no. Ordeno las cosas en función de lo que vas dejando, de las miguitas que vas dejando. Y los momentos clave tienen que estar en el lugar indicado. Hasta la mitad de la novela tenía que mantener la intriga sobre el protagonista. Entonces piensas: no pueden narrar a dos voces desde el principio. Primero tiene que narrar ella. Y así. 

P. ¿De dónde le viene ese conocimiento de la técnica novelística?

R. Supongo que de leer.

P. ¿Qué está leyendo ahora?

R. Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro, de la que hay una película… 

P. ¿Y qué está pensando escribir ahora? 

R. Estoy escribiendo el proyecto del próximo año: una novela coral. La complicación son los tiempos, los personajes que se cruzan, que se afectan unos a otros.

P. No la imaginaba así.

R. ¿No? 

P. Gente con su currículo de éxito es a veces insoportable.

R. Pues conozco a gente así, insoportable. Pero yo creo que porque ya son así, de fábrica. 

P. ¿Y en su entorno han cambiado las cosas?

R. No. Es que… ya me gustaría decir algo, pero es que no ha cambiado nada. También influye, supongo, que he sido madre dos veces en los últimos tres años y medio. Tengo dos niños. Entonces, si mi vida ha cambiado algo, ha sido por la llegada de ellos.

P. ¿Qué libro le ha impactado más?

R. A mí me impactó mucho El juego del ángel, de Carlos Ruíz Zafón. Que es el que menos ha gustado de él, porque siempre se dice que es el más oscuro o tenebroso. Pero… ¡es que ese final! Se me quedó muy grabado. 

P. ¿Lo que escribe es efecto de una influencia o todo es suyo?

R. Yo creo que te influye todo. Hay veces que te influye hasta una canción. O ves algo en la tele. O hablas con alguien y…

P. ¿Qué día nació?

R. El 13 de agosto de 1989. 

P. ¿Y cuál es su apellido?

R. Eso no me dejan decirlo. 

P. ¿Por qué?

R. Porque se supone que hay que defender el seudónimo. Es marca de autor. Bastante he hecho con decirte mi nombre.

P. ¿La han traducido al inglés?

R. Es que ese es un mercado muy complicado. Al alemán, sí. Pero no sé si algún día veré mis libros en inglés.

Soy una persona de detalles. Me fijo mucho en los detalles y los disfruto mucho en mi día a día

P. ¿Quiere decirme algo que yo no deba olvidar?

R. Lo que te comentaba de la novela romántica: que es un género que busca hacer sentir, causar emociones. Y que no sé por qué está tan denostado en el mundo literario. Me apena que se le menosprecie. 

P. Qué es lo que más le emociona en la vida.

R. Soy una persona de detalles. Me fijo mucho en los detalles y los disfruto mucho en mi día a día. 

P. ¿Cree que los periodistas hemos estado a la altura de un fenómeno como el que protagoniza?

R. Pues… es que no se puede generalizar. Me he cruzado con gente maravillosa, interesante. Y me he cruzado con gente que… casi tenías que hacerle el trabajo.