VIVIENDA

"A los gitanos nadie nos alquila un piso y con niños, menos"

La mujer desahuciada este lunes de un piso del Ayuntamiento de Valencia tiene tres niños de 8, 6 y 3 años que necesitan un techo

"En lugar de desalojar a quienes venden droga vienen a por mí, que tengo niños y necesito el piso", explica

Antonia con su hijo pequeño, tras ser desahuciada.

Antonia con su hijo pequeño, tras ser desahuciada. / L-EMV

Mónica Ros

"El alquiler está carísimo pero, en el caso de que encontrara una vivienda que pudiera pagar... ¿quién le alquila un piso a una gitana? Nadie ¿Y a una gitana con tres niños pequeños? Menos aún. Esa es la realidad que vivimos las gitanas y no lo quieren ver, o no les importa. Para nosotros la vivienda es algo a lo que no podemos acceder. Por eso pedí un piso social hace 6 años. Estoy apuntada en el ayuntamiento y en la Evha. El piso no llegaba y yo necesita un techo así que, sí, okupé una vivienda del ayuntamiento que estaba vacía en una finca donde nadie quiere vivir", explica Antonia, la mujer a la que este lunes desahuciaron de uno de los pisos de los denominados bloques portuarios de Valencia, uno bloque de edificios a 300 metros del mar, abandonados a su suerte hace años porque taponaban la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez. Una colmena de viviendas o infraviviendas, con más de 150 pisos donde casi la mitad son propiedad pública (o de la Generalitat Valenciana mediante la Evha o del Ayuntamiento de Valencia mediante la sociedad Plan Cabanyal).

Se estima que el 40% de las viviendas de los bloques portuarias están okupadas. Antonia fue una de esas okupas. Ya no lo es, pero lo volverá a ser. Porque asegura, sin dudarlo, que en cuanto pueda volverá a okupar. Eso sí, viviendas de propiedad pública. "No nos dejan otra opción. Negar que hay racismo es hipócrita. Dicen que gano mil euros... y es verdad. Pero tengo tres hijos. Que alguien me diga cómo se vive con mil euros y tres hijos. Es injusto que vengan a por mí y no a por quien vende droga en estos mismos bloques. Saben quienes son. Lo saben perfectamente, pero a esa gente la dejan tranquila. ¿Y a mí? Mis hijos no tienen culpa de nada y son lo que más quiero. Por eso no me he resistido al desahucio. Por eso no he peleado el techo al que tengo derecho y que ahora estará cerrado con una puerta blindada. Porque no puedo permitirme una detención ni hacer nada que les perjudique", concluye.