VIVIENDA

La familia de Alicante para la que la ONU pide una vivienda social rechaza separarse e ir a un hotel

El Ayuntamiento de la ciudad les ofrece una residencia temporal en una habitación para tres personas, pese a que son cuatro y tienen un perro del que no quieren deshacerse

La familia vive acampando en la calle.

La familia vive acampando en la calle. / RAFA ARJONES

Alberto Losa / Juan Fernández

Cinco días de hostal para tres personas, siendo una familia de cuatro y con un perro a cargo. Esa es la oferta que ha realizado el Ayuntamiento de

Alicante

 a Jan, su mujer y sus hijos, ambos estudiantes, como señala la asociación Cometas y Sonrisas. Los cuatro viven en una tienda de campaña desde que el pasado 29 de junio fueran expulsados de la casa que habitaban por una empresa privada que tiene, entre sus planes, utilizar su inmueble para crear apartamentos turísticos en el centro de Alicante.

El Ayuntamiento de Alicante ha indicado este martes en la rueda de prensa posterior a la junta de gobierno que se han ofrecido varias opciones de hoteles a la familia y que ésta las ha rechazado todas. Una medida que, indican desde el gobierno local, sería provisional hasta que llegara la vivienda definitiva a través de la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVHa), dependiente de la Generalitat.

Francisca Moya Soler, es la presidenta de Cometas y Sonrisas, la asociación que está tratando de buscar una solución para esta familia. Por el momento, señala, "ni el Ayuntamiento de Alicante ni el EVHa se han puesto en contacto con la familia para darle su vivienda social hasta la resolución de la denuncia". Moya apunta que, el 1 de agosto, una trabajadora social se puso en contacto con ellos y les ofreció "cinco días de hostal para tres personas", pero que "ellos son cuatro más el perro y se quedaba uno en la calle", motivo por el que rechazaron esta posibilidad.

La presidenta de esta asociación subraya que, con esta familia, no se ha puesto en marcha "ningún programa de inclusión y de integración social, ni la búsqueda de empleo con Jan y su mujer", de los que recalca que "quieren trabajar".

Intervención de la ONU

La pasada semana, Naciones Unidas (ONU) se hizo eco de la situación y solicitó al Estado la concesión de una vivienda social a la familia damnificada, alegando que esta medida debe llevarse a cabo "para evitar daños irreparables". La asociación Cometas y Sonrisas, junto con la aportación de la Unidad de Ayuda ante Desahucios, elaboraron un comunicado mediante un procedimiento de urgencia que fue rápidamente respondido por la ONU, entendiendo la "gran importancia del caso".

En este sentido, el Ayuntamiento de Alicante, por medio del alcalde Luis Barcala, anunció entonces una "actuación de emergencia para buscar una solución con la mayor celeridad posible", alegando que ya había tramitado el encargo a la concejala de Bienestar Social, María Begoña León Brotons.

Moya subraya que la solución ofrecida por el Ayuntamiento es solo para tres de los cuatro miembros de la familia y que ellos "no quieren separarse" y apunta que el gobierno local tiene viviendas disponibles a través de su patronato.

Mientras se soluciona su situación, Jan y su familia viven acampando en la calle, a más de 38 grados en los momentos de mayor temperatura, y resguardados de los rayos del sol por una lona que provoca un efecto invernadero. Con una única retribución de 960 euros mensuales, procedentes de la Renta Valenciana de Inclusión (concedida desde el pasado mes de mayo), Jan decidió acudir a una tienda de deportes para comprar una tienda de campaña en la que cupiese toda la unidad familiar y acampar en el extrarradio de Alicante a la espera de una solución administrativa que les proporcionase una vivienda social.

El 29 de junio Jan y su familia fueron expulsados del domicilio, obligados a buscar una solución de urgencia que ha consistido en acampar en el extrarradio alicantino durante todo el mes de julio, haciendo frente a las altas temperaturas provocadas por las olas de calor.