CALENDARIO ELECTORAL

La reforma territorial eleva las opciones de Ximo Puig como 'ministrable'

La necesidad de Pedro Sánchez de avanzar en reformas territoriales como le piden nacionalistas vascos y catalanes para formar Gobierno en España sitúa al expresident como pieza de futuro en el tablero y eleva sus opciones de ser ministro

Pedro Sánchez, Ximo Puig y María Jesús Montero, en un acto electoral

Pedro Sánchez, Ximo Puig y María Jesús Montero, en un acto electoral

Alfons García

El PNV ha hablado. El nacionalismo vasco, como el catalán, vuelven a ser las piezas imprescindibles para forjar una mayoría de Gobierno en España y ha movido ficha. Su primer movimiento fue decir que no al candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, antes de que este llamara a su puerta porque ese pacto lleva adherida a la ultraderecha. Y por ahí no pasan los herederos de Arzalluz. El segundo ha sido indicar al otro candidato, el socialista Pedro Sánchez, que la mayoría parlamentaria que anhela pasa por un pacto territorial, un nuevo modelo de España para una o dos décadas.

Las condiciones de la partida se han alineado así con los objetivos (y la trayectoria) del expresident valenciano Ximo Puig. El barón socialista ha reiterado que su interés por estar en el Senado era fundamentalmente por tener voz y fomentar un debate territorial.

La situación actual tras las elecciones del 23 de julio es definida por el propio expresident como "una oportunidad política de sincerarse con la realidad española".

Reforma territorial

 La posibilidad de un derecho civil diferenciado se une también al abanico de reivindicaciones pendientes para las que se abre una puerta si se acomete una reforma territorial

El debate deja a Puig (ya en lo personal) en una posición central ante lo que pueda venir. De los barones socialistas es el que más se ha comprometido con esta reforma hacia una ‘España plural’. Su Consell llegó a aprobar una propuesta de cambios constitucionales en la línea que ahora se abre. Ha sido también de los que más se ha mojado en apoyo de decisiones del Ejecutivo de Sánchez que otros líderes territoriales cuestionaron, como los indultos o la reforma de la sedición. Cuenta además con comunicación fluida con el jefe de filas de los socialistas catalanes, Salvador Illa (su estrategia de oposición es un referente en el tiempo nuevo del PSPV), y con representantes de Esquerra Republicana y veteranos del nacionalismo catalán y vasco. En su momento, antes del referéndum del procés trató a Carles Puigdemont con buen entendimiento.

Sánchez reitera su intención de trabajar para lograr la investidura y seguir avanzando

Agencia ATLAS / Foto: EP

Con este marco, ya se ha publicado en algunos medios de comunicación madrileños el nombre de Puig como ministrable si Sánchez logra reeditar Ejecutivo. El líder del PSPV rechazó esta hipótesis siempre que se le planteó cuando era el huésped del Palau. La situación, no obstante, hoy es diferente. Así lo admiten en su entorno. Política Territorial o Industria serían destinos bien vistos.

El perfil de Puig

No obstante, no ha habido ni siquiera una insinuación hasta ahora por parte de Sánchez, que ya ha demostrado que es críptico en estas decisiones y que le gustan las sorpresas. De momento, además, no tiene ni asegurada la estancia en la Moncloa. Pero es una obviedad que el perfil de Puig encaja con las necesidades de la nueva etapa en materia territorial y que se trata de un político con buena entrada tanto en Madrid como en Cataluña y el País Vasco.

Existe asimismo una deuda moral del presidente en funciones con los dirigentes autonómicos de su partido que han caído en este proceso de elecciones, en las que las del 28 de mayo funcionaron a modo de primarias de las del 23 de julio y en las que, a pesar de ello, Ferraz se implicó poco.

Sánchez, no obstante, ya ha demostrado que se mueve por pragmatismo antes que por sentimentalismo. En la posición que sea, para Puig se abre un periodo interesante en Madrid en la conversación territorial.