ETIQUETA Y PROTOCOLO

Así debe ser tu mesa de Navidad para triunfar con tus invitados

Cómo cuidar la iluminación, la decoración, la vajilla, la cubertería... para que nada falle

La decoración de la mesa de Navidad debe incluir elementos naturales.

La decoración de la mesa de Navidad debe incluir elementos naturales. / Gemma González Events

El mejor marisco traído directamente desde Galicia, unos canapés primorosamente presentados, un solomillo Wellington de chuparse los dedos, el besugo más exclusivo... echar el resto en la cocina para Navidad está muy bien, pero la mesa tiene que estar a la altura. De nada sirve que todo esté delicioso si el espacio donde se va a servir no luce. Por eso, hemos hablado con Gemma González, organizadora de eventos, experta en protocolo y en gastronomía y docente en diferentes centros formativos. Ella nos cuenta los secretillos para que nuestras comidas y cenas de las próximas fiestas brillen.

Para decorar la mesa, mejor elementos naturales y seguir la máxima del menos es más. Gemma González explica que "la mesa debe lucir con sus mejores galas en la que es la celebración más importante del año", así que aconseja desterrar elementos artificiales y adornos de plástico. "Los materiales naturales como acebo, frutos secos, una piña o una cinta de lino lucen mucho más y quedan mejor. También se puede aprovechar para sacar algún candelabro plateado o dorado, pero debemos huir, en general, de todo lo sintético."

La iluminación, suficiente... y sin aroma. "La estancia debe tener una iluminación tenue, aunque debe ser más intensa en la mesa para que todo el mundo pueda ver lo que está cenando. En este sentido, las velas juegan un papel importante. Eso sí, nunca deben ser aromáticas, para que el olor no se mezcle con el de la comida", explica esta experta en protocolo.

El mantel, una pieza esencial. Gemma recomienda siempre utilizar "un buen mantel. Aunque ahora está de moda usar individuales y poner el plato directamente sobre la mesa, en Navidad nunca lo recomendaría. Mejor de lino o algodón grueso, que esté muy bien planchado, que tenga un largo suficiente para que cubra toda la mesa y tenga una buena caída. Además, siempre hay que colocar debajo un muletón grueso para que todo resulte más cómodo para los invitados y amortiguar el ruido que se puedan producir al mover las copas y los cubiertos”.

La mantelería juega un papel esencial en Navidad.

La mantelería juega un papel esencial en Navidad. / Gemma González Events

Es el momento de sacar la mejor vajilla y cubertería que tengamos. Como solo es Navidad una vez al año, Gemma anima a poner en la mesa "la mejor vajilla y cubertería posible", rescatando la que fue un regalo de boda o la que perteneció a los abuelos, porque "es muy bonito contar en estas fechas con elementos con los que haya un vínculo sentimental". Eso sí, solo hay que disponer sobre la mesa los elementos que se vayan a utilizar. Dicho de otro modo, si no hay queso, los cuchillos específicos para cortarlo, aunque queden muy monos encima del mantel, sobran.

Con el marisco, cuencos con agua y limón en lugar de servilletas de papel. Si hay marisco sobre la mesa y hay previsión de que se puedan necesitar los dedos para pelar una gamba o similar, es preferible disponer unos cuencos pequeños con agua y limón que permitan a los invitados limpiarse las manos. "Las servilletas de papel nunca deben formar parte de las comidas y cenas navideñas. Las servilletas siempre han de ser de tela. En caso de que se manchen mucho, se cambian por otras y ya está", sugiere Gemma.

Mejor dejar fuera los utensilios que puedan dejar en evidencia a quién no sabe usarlos. La misión del anfitrión es conseguir que todo el mundo se sienta cómodo en la mesa. Por ello, si creemos que alguien puede pasarlo mal con las pinzas del marisco por no saber utilizarlas, mejor actuar con naturalidad y dejarlas de lado. "En este sentido, es mejor actuar como lo esté haciendo esa persona, utilizando las manos aunque no sea lo correcto".

Hacer la comida o cena en formato cóctel es una opción. Con la llegada de familiares venidos de uno y otro lugar, a veces, corremos el riesgo de que el salón se convierta en el camarote de los hermanos Marx. ¿Solución? Gemma propone "optar por un formato de cóctel antes que apretar demasiado a los invitados en la mesa. La separación mínima entre uno y otro invitado debe ser de, al menos, 60 centímetros. Si no podemos garantizarla, quizá es preferible que la comida o cena sea más informal".

Las velas nunca deben ser aromáticas.

Las velas nunca deben ser aromáticas. / Gemma González Events

Cuantos más miembros de la familia participen en la preparación de la mesa, mejor. Gemma González explica que "es muy bonito hacer participar a todos en la preparación de la comida o la cena: "Los niños pueden hacer tarjetas escribiendo los nombres de todos aquellos que se vayan a sentar a la mesa para que se ubiquen al llegar. El abuelo puede limpiar los cubiertos de plata un domingo, la abuela puede rescatar algún elemento de menaje antiguo como un jarrón para que lo llenemos de flores...".

Las personas de mayor edad, siempre a la derecha del anfitrión. ¡Y que propongan el brindis! "Los buenos anfitriones deberíamos sentar siempre a nuestra derecha a las personas de más edad, para darles conversación y procurar que disfruten de la velada como todos los demás”, dice Gemma, que añade que "se les pueden dar pequeños momentos de protagonismo, como animarles a que pronuncien unas palabras durante el brindis".

En tiempo de Covid-19, hay que cuidar la ventilación. Gemma no olvida que estamos en tiempos de pandemia, por lo que recomienda tener correctamente ventilada la casa antes de la llegada de los invitados y "mantener una buena circulación del aire durante toda la velada, aunque haya que mover incluso piezas del mobiliario para evitar corrientes directas". Todo pensado para que nada falle en las comidas y cenas más especiales del año.

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