CRISIS ENERGÉTICA

España exprime al máximo sus grandes infraestructuras para disparar la reventa de gas a la UE

  • Las energéticas tienen contratada el 100% de la capacidad de los gasoductos con Francia en plena crisis energética. Las exportaciones al país vecino se han más que duplicado en lo que va de año.

  • Enagás activa la próxima semana la ampliación de la interconexión con el mercado francés y la del puerto de Barcelona para mandar más metaneros a Italia. España y Francia trabajan ya en el diseño del nuevo corredor submarino Bar-Mar.

Planta de regasificación de Enagás en Huelva.

Planta de regasificación de Enagás en Huelva. / Enagás

6
Se lee en minutos

Con toda Europa intentando desengancharse a marchas forzadas de su dependencia del gas ruso en plena guerra, España está consiguiendo sacar partido de su amplia red de plantas regasificadoras —las que reciben y envían el gas por barco— y también de sus gasoductos con Europa, y está disparando las reexportaciones de gas a otros países al calor de la crisis energética. España está exprimiendo ya al máximo sus grandes infraestructuras para mandar gas a otros países y quiere hacerlo aún más.

Las exportaciones de gas españolas se han disparado más de un 60% en lo que va de año, según los registros de la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores), tanto por gasoducto como mediante buques metaneros desde las plantas de regasificación. España está aprovechando al máximo su red de seis plantas regasificadoras, que concentran un 33% de la capacidad de regasificación de toda la Unión Europea y un 44% del almacenamiento de gas natural licuado (GNL) del continente, lo que les ha convertido en una infraestructura clave en momentos de crisis.

Francia es con mucha diferencia el principal destino de las exportaciones de gas españolas, concentrando más de la mitad de todas las ventas del sistema gasista nacional, y durante el último año se han disparado en plena crisis energética. Entre enero y septiembre, las exportaciones mediante los gasoductos que unen España y Francia se han más que duplicado (+113%), hasta los 26,6 teravatios hora (TWh).

Las dos interconexiones entre España y Francia —los gasoductos de Larrau-Alçay y el de Irún-Biriatou— han funcionado tradicionalmente en sentido norte-sur, proporcionando gas desde Francia hacia España. En los últimos meses, en plena crisis energética agudizada por la invasión militar de Rusia sobre Ucrania, el flujo se ha revertido y ha funcionado a pleno rendimiento.

Al 100% la conexión con Francia

Desde Enagás, el gestor del sistema gasista español y de la red de grandes gasoductos, se confirma que las interconexiones con Francia se están exprimiendo al máximo y subraya que actualmente tiene contratada el 100% de la capacidad de uso de los dos tubos que unen ambos países. La compañía ultima la puesta en marcha de una ampliación de la capacidad con Francia a partir de la próxima semana.

Enagás pondrá en marcha el próximo 1 de noviembre la estación de compresión de Irún (Guipúzcoa) para ampliar en 1.500 millones de metros cúbicos de gas (1,5 bcm) la capacidad de conexión con Francia, aumentando máxima entre ambos países en un 18%. Con el 100% de la capacidad actual ya contratada, el grupo pondrá en marcha la comercialización del cupo adicional desde la próxima semana.

El Gobierno español ha estado durante los últimos meses presionando a Francia —con el apoyo de Alemania— para vencer las reticencias de París a poner en marcha un nuevo gasoducto entre ambos países a través de los Pirineos, resucitando el antiguo proyecto del MidCat. Al final no se resucitará esa antigua iniciativa pirenaica, pero España y Francia sí han pactado construir un nuevo gasoducto submarino entre Barcelona y Marsella para ser utilizado más adelante para transportar hidrógeno verde.

No se conocen los detalles técnicos ni presupuestarios del nuevo proyecto (bautizado inicialmente como BarMar) y no se producirán avances significativas hasta la cumbre Euromediterránea que se celebrará a principios de diciembre en Alicante, pero la nueva infraestructura promete elevar de manera sustancial la capacidad de envío de gas entre ambos países en aproximadamente cinco o siete años.

El plan de futuro de Enagás

El pacto entre España y Francia para lanzar el nuevo corredor verde submarino, anunciado hace una semana, promete poner patas arriba el plan estratégico de Enagás, aprobado hace apenas tres meses. La hoja de ruta del grupo hasta 2030 contemplaba la construcción de tres nuevas interconexiones internacionales de gas entre España con Francia, con Italia y con Portugal. La de Francia ya no será el MidCat, sino el BarMar; la de Italia, que pasaba por un gasoducto entre Barcelona y Livorno, se desecha; y la de Portugal es la única que se mantiene.

Los tres nuevos proyectos de interconexiones para España, que concentraban en total inversiones de 1.980 millones (sin incluir subvenciones o posible financiación sin recurso), no se daban por seguros por Enagás. El grupo anticipaba que los tres proyectos estaban en todo caso en fase de estudio y de análisis y que aún debían ser aprobados por la Unión Europea. La misma situación en que se encuentra ese futuro BarMar, sólo que con mucha menos concreción técnica por el estado mucho más primigenio del proyecto.

El nuevo plan estratégico de Enagás contemplaba inversiones de hasta 4.755 millones de euros hasta 2030, incluyendo la construcción de esas tres nuevas interconexiones internacionales de gas. De ese montante, el grupo sí garantiza por completo emprender inversiones por 2.775 millones en sus actuales instalaciones de gas (12.000 kilómetros de gasoductos, siete regasificadoras…), el corazón de su plan estratégico, para mejorar su eficiencia y ampliar su vida útil, así como en medio centenar de proyectos para entrar en la revolución de los gases renovables, tanto en hidrógeno verde como de biometano a través de la nueva filial Enagás Renovables.

Un ‘gasoducto virtual’ con Italia

También el 1 de noviembre Enagás prevé tener lista la adaptación del pantalán de la planta regasificadora del Puerto de Barcelona para aumentar la capacidad de carga para llevar el gas a otros países europeos, muy especialmente Italia, utilizando pequeños buques metaneros. Italia, un país tradicionalmente muy dependiente del gas ruso, está tomando protagonismo en la lista de destinos de exportaciones de gas españolas.

El Gobierno italiano ha impulsado una suerte puente marítimo para elevar las compras de gas desde España utilizando pequeños barcos metaneros que de manera continua cargan gas natural licuado (GNL) en las plantas regasificadoras españolas, singularmente la de planta de Barcelona. El resultado es que las exportaciones se dispararan por 14 en agosto, según los datos de Cores, y que Italia se convirtiera en el principal destino de las ventas españolas. Ambos países hablan ya de que están unidos por un gasoducto virtual, utilizando barcos y no tubería, y es en este escenario en el que el Gobierno español ha impulsado las obras en el puerto de Barcelona para conseguir aumentar la capacidad del flujo exportador hacia Italia.

Capacidad creciente

Noticias relacionadas

España está reexportando a Europa cerca del 20% de todo el gas que llega al país y tiene capacidad para elevar aún más la reventa en caso de ser necesario. Según los datos que maneja Enagás, el sistema gasista español puede exportar al continente 7.000 millones de metros cúbicos de gas (7 bcm) al año a través de los dos gasoductos con Francia, que pasará a 8,5 bcm la próxima semana con la activación del compresor de Irún, y actualmente también tiene capacidad para mandar otros 4 bcm por barco desde las plantas de regasificación.

Pero si se ponen las regasificadoras a máximo rendimiento, se pueden sumar casi otros 10 bcm adicionales y elevar la cantidad redigirida a otros países europeos hasta más de 20 bcm cada año (aproximadamente un 13% del volumen de gas que compra Europa a Rusia). Además, en los próximos meses pasará a estar operativa la planta asturiana de El Musel, hasta ahora inactiva, para utilizarla como almacén logístico de reexportación, lo que podría elevar en otros 8 bcm la capacidad española de envío de gas a Europa a partir del próximo año.