Día del libro

Netflix, el nuevo aliado de libreros y editoriales

La lectura sobrevive a las series y las librerías hacen frente al enemigo: Amazon

Una librera vende libros por Sant Jordi en Cataluña

Una librera vende libros por Sant Jordi en Cataluña / Jordi Otix

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Giro inesperado de los acontecimientos en el sector del libro: las plataformas de streaming (véase Netflix, Amazon Prime, HBO y compañía), que se postulaban como las enemigas más letales del negocio literario y que amenazaban con diluir el hábito lector, se han convertido en sus aliadas. Al menos así lo han defendido los libreros y las editoriales que participan en este reportaje, enmarcado por la inminente llegada del día internacional del libro; Sant Jordi, si el lector se halla en Cataluña.

"Gambito de dama no se habría vendido, o ni siquiera se habría publicado, sin la serie", que registró 62 millones de espectadores en todo el mundo, explica Jordi Gispert, propietario de la Llibreria 22 de Girona. "Con las series, cada vez más gente accede a la lectura", resume. Está pasando también con Rippley, que Netflix acaba de estrenar y que la plataforma promociona como una de sus imprescindibles de 2024. Anagrama, que edita los libros, ya está notando un aumento en las ventas, según afirma su directora editorial, Silvia Sesé.

Observar lo que ocurre en las plataformas sirve también para cazar tendencias: lo que triunfe en ellas, probablemente lo hará entre los lectores. Àngels Balaguer, editora de Duomo ediciones, explica que el furor que despertaron las series coreanas les permitió encontrar "una base de lectores" a quien intentar cautivar con La asombrosa tienda de la señora Yeom, uno de sus títulos más aclamados del año.

Pasión por la belleza

Hay otra tendencia que se abre paso en el mundo literario a través de las generaciones más jóvenes. Se trata de la concepción del libro como un objeto precioso, no solo por su valor, sino que también por su belleza. Sergi Bassa, de la librería Bassa de Barcelona, explica que a este tipo de público se le seduce con "mucho color en las cubiertas, ediciones muy cuidadas y, sobre todo, limitadas". Les atrae la exclusividad. Aunque esta pasión por la estética despierta dudas entre los libreros. "No sabemos si lo compran por la lectura o si el libro se queda en la estantería", inquiere. 

Las editoriales quieren mostrarse atractivas ante las nuevas generaciones y saben que las redes sociales "influyen mucho a la hora de hacer difusión de un libro", cuenta Àngels Balaguer (Duomo). "Los que tienen una belleza especial atraen muchísimo más que antes", continúa. Así lo corrobora Silvia Sesé, (Anagrama). "Se tiende a ofrecer una experiencia no solamente intelectual, también sensorial", apunta la editora.

El verdadero dragón

Más allá de las ediciones especiales, que son más costosas por su naturaleza, los libros se han encarecido. Según el secretario técnico del Gremi de Libreters de Catalunya, Marià Marín, el año pasado costaron entre un 4% y un 5% más, como consecuencia de la subida del precio de las materias primas, de la energía y del coste de la vida, en general. Pero eso no afectó a la facturación, que creció el 3,5% respecto a los datos de 2022. Las editoriales se las apañan para contener los precios. "Hay maneras de hacerlo. Ajustando los márgenes para que los libros tengan menos páginas, por ejemplo. Eso permite ahorrar", cuenta la editora Balaguer.

El comercio electrónico, con Amazon a la cabeza como la plataforma de compra más extendida, sigue siendo el enemigo a abatir para los libreros. "La clientela no es del todo fiel. Parece que tendemos a mirar más las cuestiones medioambientales, pero si queremos que algo nos llegue a casa ya, la huella de carbono se nos olvida", lamenta Sergi Bassa, librero. "No podemos vivir de espaldas a las plataformas, pero tampoco obsesionados con ellas", concluye.

Con libros el 4% y el 5% más caros, el sector editorial español facturó el año pasado 2.815 millones de euros


Su compañero de gremio, Jordi Gispert, habla en la misma línea. "Soy militante de la librería física, de que la gente hable con los profesionales", afirma. Y, aunque asegura que el comercio de libros en Amazon no es tan alto como el de otros productos, cree que "hay que estar atento a que esto no cambie de golpe". "No conozco excesivamente el mundo laboral de Amazon, pero parece que a nivel ético, la sociedad tiene que plantearse qué mundo quiere", sentencia.

Pese a todo, el sector editorial español no para de crecer. Facturó el año pasado 2.815 millones de euros, el 7% más que en 2022. Y Cataluña es punta de lanza para el negocio. Más de la mitad de la facturación española, cerca de 1.440 millones, se generó de la mano de editoriales con sede en esta comunidad, y aproximadamente 500 millones se facturaron ahí, según cifras del gremio.

Sant Jordi, el gran día

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Cataluña cuenta con la fiesta de la lectura por excelencia: Sant Jordi. Las calles, engalanadas con rosas y libros, invitan a comprar. En 2023 fueron 24 millones de euros vendidos en libros en una jornada -aunque también se cuentan los días previos y posteriores-. Es un día imprescindible para los libreros, que registran entre el 7% y el 9% de la facturación global, y para las editoriales, que se mueven entre el 9% y el 15%.

Aunque, paradójicamente, el 23 de abril no es festivo en la comunidad, ni los profesionales lo pretenden. Lo prefieren así: que caiga entre semana, que sea laboral y que haga buen tiempo. Porque cuando el comprador tiene cierta prisa porque no dispone de todo el día, la venta funciona mejor y se distribuye por todo el territorio, no solo en las capitales. Y ya se sabe, "si algo funciona, no lo toques", ríe Marín, del gremio.