Negocio

3D Fils, la empresa que crea filamentos para imprimir desde zapatos hasta pasos de Semana Santa

La firma alicantina fabrica hilos personalizados para la impresión en tres dimensiones destinados a proyectos industriales y adaptados a las normas antiincendios y de dureza

El copropietario de 3D Fils, Pablo Valero, con algunos hilos que fabrica su empresa en Elche

El copropietario de 3D Fils, Pablo Valero, con algunos hilos que fabrica su empresa en Elche / A. Amorós

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Suelas de zapato, artículos ortopédicos, máscaras antibacterianas, repuestos para maquinaria y hasta la corona con espinas de Cristo para las procesiones de la Semana Santa de Sevilla. Son elementos y objetos muy variados, que no pueden ser más diferentes, pero que tienen dos cosas en común. Se han fabricado con una impresora 3D y su material ha salido de una fábrica de Elche, Alicante. Dos primos, Pablo Valero y José María Valero, son los responsables de 3D Fils, la empresa que presume de poder realizar filamentos para fabricar con una impresora 3D cualquier tipo de pieza y cumplir con normativas como la de ser ignífuga, resistente a cientos de kilos y antidescarga eléctrica. De hecho, una de sus principales líneas de negocios es la fabricación de filamentos específicos para imprimir piezas de repuesto de cualquier maquinaria, lo que está ahorrando a numerosas industrias la siempre cara sustitución de los materiales, que muchas veces es necesario comprar en el extranjero. "Se autofabrican las partes necesarias y ahorran costes", señala Pablo Valero.

La compañía, una de las pocas que existen en Europa dedicada a la fabricación de filamentos específicos, no solo básicos, inició su actividad hace ahora seis años con una facturación que apenas llegaba a los 2.000 euros. 2023 lo cerró facturando más de medio millón de euros y para 2024 espera que esa cifra sea el 30% mayor gracias a un incremento de las líneas de producción. "La formulación de material en nuestro laboratorio es donde está la clave, porque podemos formular el hilo para la impresora 3D en base a las necesidades y requerimientos del cliente, nos adaptamos a cualquier tipo de proyecto", añade Pablo Valero, que con solo 21 años se embarcó en esta aventura empresarial.

Nicho de mercado

Los dos primos ilicitanos se dieron cuenta de que, si bien había en el mercado filamentos básicos con los que cualquiera puede imprimir un pequeño objeto en su casa, en el caso de proyectos más complejos y a nivel industrial no había hilos específicos que permitieran, por ejemplo, fabricar la pieza de una máquina para sustituir a la original. Fue entonces cuando decidieron crear un filamento más resistente que cualquiera que hubiera en el mercado. Con una rudimentaria máquina que fabricaron con una tubería de pared, unos tornillos de taladrar madera, unas resistencias y un motor empezaron a hacer pruebas, que casi siempre eran fallidas, hasta que consiguieron un material para impresoras 3D que superaba con creces en calidad a cualquier otro existente. Y decidieron presentarse al programa de emprendimiento impulsado por el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández de Elche, que ganaron, formando una start-up.

3D Fils se focaliza en el desarrollo, la fabricación y la venta de filamentos para impresión 3D en materiales alternativos. Su objetivo es ofrecer filamentos innovadores a medida, tanto en color como en prestaciones, y detrás hay un trabajo de investigación, de probar formulaciones y polímeros para lograr el material buscado. 

Fabrican desde el hilo más básico -que ahora es muy demandado hasta por quienes se imprimen en 3D piezas de juegos como el famoso Exin Castillos, un manillar de bicicleta o listones- hasta los filamentos más sofisticados para poder fabricar piezas ortopédicas, hormas de zapatos o piezas de un dron. Incluso han creado hilos flexibles para que con una impresora 3D se puedan imprimir zapatos y hasta vestidos. En una ciudad zapatera como Elche, muchas firmas de calzado, sobre todo fabricantes de suelas, ya están incorporando la impresión 3D a sus procesos industriales, y sin necesidad de inyección, un proceso que permite ahorrar costes tantos en los moldes como en el tiempo de fabricación necesario. "El rango de aplicaciones es infinito", indica, con orgullo, el promotor de esta start-up.

Encargo sorprendente

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Si bien fabrican filamentos hasta con fibra de carbono, los más caros y usados para tecnología aeroespacial, el encargo más extraño que ha tenido esta compañía fue la de un cliente de Sevilla. "Nos llamó porque quería imprimir en 3D elementos para los tronos de la Semana Santa y para las imágenes que salen, y nos pusimos a fabricar un filamento que permitiera no distinguir los elementos originales de los impresos en 3D. Y lo conseguimos, por supuesto", explica Pablo Valero. No obstante, han tenido encargos de lo más heterogéneo. Desde filamentos para hacer maniquíes, a los retardantes de llamas para elementos de un aeropuerto o que soportan más de 300 grados o disolventes. Los precios de los hilos oscilan entre los 12 euros el kilo de los más básicos a los 200 de los polímeros de ingeniería que diseña su laboratorio. 

Las caras hebras de fibra de carbono que diseñan ya se emplean en la tecnología aeroespacial y han viajado hasta Japón


La compañía tuvo un punto de inflexión durante la pandemia de coronavirus, pero se supo reinventar. De hecho, desarrolló una línea de filamentos antibacterianos para la impresión 3D de máscaras, con una tecnología, denominada abFil, que obtuvo el certificado ISO y numerosos premios, y ahora es muy demandada para imprimir elementos ortopédicos que tienen que estar en contacto con el cuerpo del usuario. "La impresión en 3D está en auge", concluye el copropietario de 3D Fils, cuyos filamentos que salen del polígono de Carrús de Elche se envían a Portugal, Alemania, Francia, Polonia, Marruecos y Japón, entre otros países. "Producimos menos de lo que nos piden, pero queremos crecer de forma sostenible", zanja rotundo.