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Obtener financiación o conciliar: las dificultades de mujeres emprendedoras en sectores masculinizados

Piden mejorar el acceso al capital específico para proyectos liderados por empresarias y la formación sobre emprendimiento para acercar esta modalidad de trabajo en la escuela

De izquierda a derecha: Estefanía Gil, partner de TBIG Finance; Lucía Carrau, jefa de innovación de RSM; Ana Lozano, CEO y fundadora de Nidus Lab, y Carmen Sáez, cofundadora y  jefa de experiencia de Media Value.

De izquierda a derecha: Estefanía Gil, partner de TBIG Finance; Lucía Carrau, jefa de innovación de RSM; Ana Lozano, CEO y fundadora de Nidus Lab, y Carmen Sáez, cofundadora y jefa de experiencia de Media Value. / 'activos'

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Por tradición familiar y por vocación propia, Lucía Carrau se decidió desde bien temprano dirigir su futuro hacia el sector legal. Era una profesión que ofrecía numerosas salidas profesionales más allá de la abogacía y así es como llegó a ser jefa de innovación en la firma de servicios de auditoría, legal, fiscal y consultoría RSM. En un sector donde las mujeres solo alcanzan el 31% de puestos de responsabilidad, según datos recopilados por la International Bar Association (IBA) en 2022, tener nombre femenino es un camino lleno de piedras. "Al tener mis comienzos en el ámbito mercantil, y coincidiendo con que era más joven e inexperta, inevitablemente te sientes cuestionada por todo, por ti misma la primera. Todo son dudas y quizá el entorno empresarial no contribuye a fortalecer tu seguridad con el añadido de las torpezas típicas del léxico", relata. Su experiencia es una de tantas que conforman las dificultades habituales a las que se enfrentan las mujeres emprendedoras en España que intentan minimizar sus éxitos, poner trabas al inicio de un negocio nuevo o complican el equilibrio entre la vida personal y laboral, especialmente en sectores donde la predominancia es masculina.

En España, las mujeres representan un 20% del emprendimiento, ligeramente por encima del conjunto de Europa (17%), según el Mapa del Emprendimiento 2023 de South Summit. Hace años quizás era una rareza encontrar un nombre femenino liderando una startup, pero el ecosistema emprendedor cada vez incorpora a más mujeres. De hecho, el porcentaje de emprendedoras recientes en el país superó en 2022 por primera vez al de los hombres. "Cada vez son más las mujeres que se deciden a emprender y poner en marcha sus propios proyectos", expone Estefanía Gil, partner de la consultora financiera TBIG Finance. En su caso, señala que "en algunas ocasiones tienes que ofrecer el 150% para que se pueda poner en valor el trabajo que desempeñas y desarrollas para que pueda ser tenido en cuenta", aunque lo reduce a un reto más de los emprendedores.

Hay desafíos que a menudo son invisibles para los hombres. Ana Lozano, CEO y fundadora de la firma que mezcla diseño arquitectónico con sector inmobiliario e inteligencia artificial Nidus Lab, explica que "en el ámbito del emprendimiento y la tecnología, las mujeres a menudo enfrentan desafíos singulares, desde obtener financiación hasta ser tomadas en serio en espacios dominados por hombres". Lo sabe Carmen Sáez, cofundadora y directora de experiencia de la intranet farmacéutica Media Value. En su caso, emprendió en solitario muy joven después de trabajar junto a su madrina, su inspiración, y no ha tenido que lidiar dentro del ámbito laboral con jefes o compañeros de trabajo que le hiciesen de menos. El desprecio procedió de fuera: "Sí que he notado esa sutil diferencia en la que las conversaciones se dirigían en el grupo más hacia los hombres en foros en los que yo era a la que se deberían dirigir en el discurso. Entiendo que es debido a los sesgos inconscientes que aún están presentes en la sociedad", explica.

Escollos en la conciliación

Por lo general, el equilibrio entre la vida personal y la laboral a veces se percibe y se trata de manera diferente para las mujeres. "La expectativa de manejar simultáneamente los roles de liderazgo en el trabajo y las responsabilidades tradicionales en el hogar puede generar una presión adicional que no siempre se reconoce ni se apoya adecuadamente en el ecosistema emprendedor", apunta Lozano. Le ocurrió a Carrau durante su segundo embarazo mientras era autónoma. "Si no tienes apoyo económico en casa o ahorros, la mujer no puede 'permitirse' la recuperación de un parto y atender a su bebé", expone. La prestación percibida durante ese periodo era "denigrante", "como si se congelaran las facturas y los gastos", y aportaba una mayor incertidumbre económica, puesto que el proyecto en el que trabajaba aún no estaba consolidado y los ingresos son irregulares.

En la casa de Sáez se evitan estas dificultades desde el inicio. "Mi marido es el que ha asumido más roles en el ámbito familiar y yo he desarrollado más el profesional", asegura. La cofundadora de MediaValue explica que siempre han mantenido una relación de igualdad donde se han respetado y alentado los sueños y ambiciones del otro. Eso sí, es consciente de que no es un modelo extendido a todos los casos. "Para que la mujer se incorpora más a este ecosistema, es imprescindible que el reparto de roles y tareas en el ámbito familiar sea más equilibrado, llegando a consensos que permitan a todos los integrantes de la familia desarrollarse personal y profesionalmente según sus aspiraciones", añade.

Más financiación y formación

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El panorama del emprendimiento femenino en España ha evolucionado en positivo gracias a una mayor conciencia sobre la importancia de la diversidad en el negocio y a iniciativas de apoyo, pero todavía puede ser aún mejor. Para Lozano, la clave está en "mejorar el acceso a financiación específica para proyectos liderados por mujeres" y en aumentar la visibilidad de las mujeres que ya están marcando la diferencia para inspirar a futuras generaciones. Hay maneras de conseguir este punto. Por ejemplo Carrau explica que se cuida mucho la existencia de una paridad de entrada de proyectos liderados por hombres y mujeres en la selección de proyectos en aceleradoras e incubadoras donde ha participado como mentora legal. De ahí que para ella sea vital "fomentar iniciativas de formación donde se visualicen datos que nos ayuden a ser más conscientes de determinadas cuestiones", como la igualdad salarial ante una misma experiencia, categoría y de condiciones laborales.

En línea con los puntos anteriores, Sáez ve necesario "invertir en formación para el emprendimiento desde la escuela y en educación financiera para que abordar el mercado laboral como emprendedora sea considerado una opción a la altura de trabajar para un tercero". Y por último, aunque sea innegable que las instituciones promuevan políticas que favorezcan la disminución de la brecha de género, "la responsabilidad última recae en las personas".