TURISMO

La demanda turística caerá un 10% en España si aumenta la temperatura 3 grados

Las regiones más beneficiadas del 'desastre global' serían Cantabria, Asturias y Galicia, donde las pernoctaciones aumentarían hasta un 7,2%, 4,2% y 3,2%

Las regiones más beneficiadas del desastre global serían Cantabria, Asturias y Galicia, donde las pernoctaciones aumentarían hasta un 7,2%, 4,2% y 3,2%.

Las regiones más beneficiadas del desastre global serían Cantabria, Asturias y Galicia, donde las pernoctaciones aumentarían hasta un 7,2%, 4,2% y 3,2%.

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"Al sur yo no vuelvo" se escuchaba este verano por cualquier ciudad del norte de España. Miles de turistas que habitualmente se amontonaban a primera hora en las playas andaluzas han huido del calor extremo y han optado por disfrutar de sus vacaciones en Galicia, en Asturias o en País Vasco. Si bien los efectos del cambio climático en la industria del turismo se estudian desde hace tres décadas, el 2023 ha sido el primer año donde se han visto sus consecuencias a gran escala: cortes de agua para paliar la sequía, temperaturas récord, lluvias torrenciales y olas de calor sucesivas. "España está expuesta a riesgos físicos por el cambio climático, que se acentúan por el significativo peso del segmento de sol y playa, que eleva la dependencia climática del sector turístico, y por las externalidades negativas provocadas por la saturación en algunos destinos", recordó este mismo lunes Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. La 'gallina de los huevos de oro' española peligra con el aumento de temperaturas y afecta de manera distinta a las regiones del país. Mientras en el sur y en el Levante ven cómo decrece el número de turistas, en el norte recelan de la nueva masificación a la que no estaban acostumbrados. En cualquier caso, el impacto será general. Según el estudio "Informe regional del cambio climático en la demanda turística europea", elaborado por un grupo de científicos del Joint Research Center (JRC) de la Unión Europea, en un escenario de subida de temperatura comprendida entre 3 y 4 grados centígrados España sufriría una caída de la demanda turística cercana al 10% para julio y agosto, los meses predilectos para el descanso.

Aunque a nivel general el cambio climático afectaría a todo el territorio, el sur de España es una de las regiones europeas más vulnerables. Según las estimaciones del JRC, la Región de Murcia y las Islas Baleares verían caídas de llegadas de turistas por encima del 5% en el conjunto del año en un escenario extremo, con subidas de temperatura de cuatro grados. Las olas de calor, además, están asociadas con un menor gasto turístico. Por cada grado por encima de la media histórica diaria en el mes de julio y agosto, el gasto en restaurantes descendería un 0,16%, el ocio registraría una pérdida del 0,34% del consumo y los supermercados observarían un retroceso del 0,13%, según los cálculos de David Cesar Heymann, economista de CaixaBank Research. A largo plazo, son cifras que impactarían en el PIB del país. Estudios anteriores del JRC apuntan a una reducción de este indicador de en torno a un 0,6% o 0,7% por la caída de los ingresos turísticos, una cifra muy superior a la que se simula para Europa (0,2%). El turismo supuso un 11,6% del PIB en 2022, unos 3,9 puntos más que el año anterior, según el último dato del Instituto Nacional de Estadística. En base a estos datos, ¿está la industria turística española adaptada al cambio climático?

Diego Santos, experto en turismo y profesor de la EAE Business School, se apresura a contestar la anterior pregunta con un rotundo "no", pero después matiza su respuesta: "La adaptación no es fácil, pero hasta ahora el turismo español ha sido resiliente e irá adaptando sus infraestructuras y destinos a lo que viene". Eso sí, hay cosas insalvables. Las olas de calor son un gran problema para las ciudades costeras del sur y sus soluciones a veces generan nuevas dificultades. Es el caso de organizar eventos en interiores para evitar las altas temperaturas, algo que ocasiona un mayor consumo energético. Existen varios riesgos a tener en cuenta. Un aumento de temperatura y escasez de agua limita la llegada de turistas a ciertos destinos, pero también provoca rechazo la aparición de fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de atractivo de actividades concretas, como el buceo, la pérdida de calidad de las playas y la nieve o el aumento de biodiversidad que moleste a los veraneantes, como el incremento del número de medusas o de mosquitos. Al mismo tiempo, una consecuencia inmediata es "la pérdida de confort climático, que les lleva a viajar a otros lugares y en otros periodos", señala Raquel Santos, consultora senior de turismo de Fi Group.

En particular, la transición hacia una economía libre de emisiones será un reto para el transporte aéreo, que supone el 40 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero generados por la actividad turística42, lo que constituye un desafío, ya que el grueso de nuestro turismo internacional —alrededor del 80 %— accede por vía aérea. España está, además, expuesta a riesgos físicos 43, que se acentúan por el significativo peso del segmento de sol y playa, que eleva la dependencia climática del sector turístico44 , y por las externalidades negativas provocadas por la saturación en algunos destinos 45 . 

Norte contra sur

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Si el sur y las islas son las grandes afectadas por el cambio climático, Cantabria, Asturias y Galicia serán las regiones 'ganadoras'. En ellas, las pernoctaciones aumentarían hasta un 7,2%, 4,2% y 3,2%, respectivamente, según el informe del JRC. En un escenario de calentamiento global de 4 grados, los expertos esperan que el clima desértico y semiárido se extienda por la mitad oriental de la Península, mientras que el clima mediterráneo se trasladará hacia el norte y cubrirá la mayor parte de la cornisa cantábrica. Y aunque parezca una buena noticia para estas comunidades autónomas, también es un problema para ellas. Para el norte, este verano ha supuesto un 'impasse': la masificación ha superado las expectativas de los gobiernos municipales. Al mismo tiempo, en economías locales del sur donde el turismo supone la mayor parte de sus ingresos, la pérdida de turistas afectará al empleo de la zona.

Pese a los malos augurios, los expertos tienen esperanza en la adaptación del turismo español. "Aquellos destinos que dependen más del turismo de playa y nieve serán los más vulnerables", afirma la consultora senior de Fi Group, pero confirma que "todos los destinos están adaptados", solo se necesita voluntad para agilizar el proceso. "Hay oportunidades para todos, el turismo no tiene por qué ser el eje principal de todos los municipios", añade el profesor de la EAE Business School. Al final, es cuestión de encontrar el nicho perfecto. Por ejemplo, Benidorm, y otros destinos del Levante atraen gente fuera del periodo estival y son lugares recurrentes para turistas de cualquier mes. Canarias, por su parte, se ha alzado como la capital española de los nómadas digitales. Las regiones ser más flexibles por el impacto del cambio climático, pero también por otros cambios sociales, como el aumento de personas mayores con buena calidad de vida o las jornadas de cuatro días laborales que permiten pequeñas escapadas de fin de semana. "Hay que planificar y conocer cada destino, no ser alarmistas", agrega.