Deporte y finanzas

Superliga SA, ¿cómo generar 5.000 millones sin televisión de pago?

Los impulsores confían en la publicidad y la introducción de suscripciones prémium

A22 asegura que ya cuenta con un ‘pool’ de inversores europeos y americanos que permite garantizar la retribución

El madridista Florentino Pérez; Bernd Reichart, CEO de la Superliga, y el azulgrana Joan Laporta.

El madridista Florentino Pérez; Bernd Reichart, CEO de la Superliga, y el azulgrana Joan Laporta.

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Los clubs pequeños y medianos, abocados a la irrelevancia por un proyecto elitista. La Superliga ya existe y es la Premier League. El triunfo de la libertad frente al monopolio y la corrupción en el fútbol. Las reacciones, las filtraciones y los anuncios en torno al fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) han sido muchos y muy ruidosos, escondiendo el principal interrogante de todo el plan diseñado por A22 Sports: ¿una nueva competición puede repartir 5.000 millones de euros al año renunciando a la televisión de pago?

La cifra es mágica, porque supone distribuir el 65% más respecto a los 2.750 millones que la UEFA entregó a los clubs en 2022-2023 y más del 40% respecto a lo proyectado para 2024, pero sobre todo porque el powerpoint -ese que en los inicios lo aguanta todo- establece la renuncia voluntaria a la venta de los derechos audiovisuales. Y no es una cuestión baladí. Lo primero, porque en el modelo actual de explotación del fútbol europeo los contratos con operadores como Movistar+, DAZN y Sky suponen el 84% del dinero que genera la confederación europea con la Champions, la Europa League y la Conference League. Lo segundo, porque el movimiento no es casual y está muy dirigido a cambiar su percepción ante los aficionados, el verdadero obstáculo de la Superliga.

Ante la oposición frontal de los fans al proyecto, especialmente en el Reino Unido y Alemania, A22 Sports ha apostado por jugar la carta del precio de acceder al fútbol en televisión. Este es un problema que sobre todo se da en España por el actual modelo de distribución, en el que Telefónica y Orange empaquetan los canales deportivos prémium en sus ofertas que incluyen internet y telefonía. Un hecho que hace que acceder a todo el fútbol pueda representar más de 100 euros al mes por hogar y que, a ojos de los promotores del proyecto, expulsa a las nuevas generaciones del acceso al contenido que verdaderamente importa: el directo.

Entonces, ¿cómo obtener 5.000 millones al año sin esos lucrativos contratos televisivos? Lo fían todo a la publicidad y la introducción de suscripciones prémium para contenido exclusivo. Hoy el mensaje ya no se centra en el qué (la competición cerrada a los gigantes ha mutado en un sistema de tres divisiones), sino en el cómo. Y Unify es su respuesta. Una plataforma de retransmisiones en streaming gratuita para todos los usuarios y que aspiran a que sea rentable replicando el modelo de grandes plataformas sociales como Facebook, Instagram y X. Su regla de tres es sencilla sobre el papel, y todo un misterio en cuanto su ejecución.

Reto mayúsculo

El 'business plan' dice ser cauto, pero están convencidos de poder multiplicar al menos por dos la audiencia de una final de la Champions League a nivel global (150 millones de personas, según la UEFA). Y, a partir de ahí, usando las métricas de ingreso medio recurrente por usuario de las redes sociales, creen que solo que se queden muy lejos de los 10 dólares mensuales de Meta a nivel global ya podrían alcanzar su objetivo de facturación. El reto es mayúsculo, sobre todo si se tiene en cuenta que X tiene 556 millones de usuarios activos e Instagram está en torno a las 2.000 cuentas operativas, con una propuesta de contenidos que abarca mucho más que fútbol.

De ahí también el cambio de formato. Es más sencillo alcanzar este elevado volumen de usuarios cuantos más clubs haya en liza. Si Florentino Pérez presentó en 2021 un torneo de solo 20 equipos (15 con plaza fija), esta vez Bernd Reichart ha recuperado una vieja propuesta de la ECA, consistente en tres divisiones con 64 plazas para el masculina y otras dos con 32 participantes en el femenino.

Este movimiento elevaría de 380 a más de 1.300 el número de partidos por temporada que se podrían emitir a través de Unify, dando una mayor recurrencia de contenido a la plataforma y alargando la permanencia de los usuarios. Es ahí donde se juegan el éxito de la idea, pues en el pasado ya fracasaron otros intentos de los clubs por crear alternativas a las redes sociales -busquen Dugout- para capitalizar los ingresos publicitarios con vídeos alternativos al partido en directo.

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Conscientes de que alcanzar los niveles de usuarios no será cosa de un día, A22 asegura que ya cuenta con un pool de inversores americanos y europeos que garantizan los 5.000 millones anuales necesarios para retribuir a los participantes y ceder el 8% de esa cifra (400 millones) al resto de ecosistema. Adicionalmente, deberían generar más dinero para cubrir los costes de organización, que la UEFA cifra en unos 200 millones anuales. Es decir, que hay un compromiso de 15.000 millones, si bien los promotores aseguran que la propiedad de la gestora será únicamente de los clubes, por lo que la canalización de recursos debería buscar fórmulas como la de CVC con LaLiga o Ligue-1, o directamente la vía del préstamo. También quieren dar entrada a socios estratégicos en la filial que operará Unify, tanto para garantizar los fondos necesarios para su arranque, como para contar con partners tecnológicos que la ejecuten.

La última gran pregunta, y es la que preocupa a las ligas nacionales, es en detrimento de quién iría ese aumento del negocio de las competiciones europeas de clubs. En una economía de la atención como la actual y con una fragmentación absoluta de la oferta de entretenimiento, las ligas nacionales temen que el invento que funcionaría para 96 se lleve por delante el negocio de otros cientos de equipos. Y ahí está el pulso de los próximos años.