ENTREVISTA | CONSEJERO DELEGADO DE VICKY FOODS

Rafael Juan: "Una parte del encarecimiento de los costes ha venido para quedarse"

En España quizá somos muy críticos con nosotros mismos, el fracaso es sólo un paso más en el camino hacia el éxito, que es efímero

Rafael Juan, CEO de Vicky Foods

Rafael Juan, CEO de Vicky Foods / 'activos'

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El 26 de abril de 2021 fallecía a los 86 años Victoria Fernández Prieto, quien, junto con su marido Antonio Juan, fundó en 1952 en Valencia una de las primeras panificadoras de España. Con los años, aquel humilde negocio se transformó en una gran compañía alimentaria, el grupo Dulcesol, actualmente denominado Vicky Foods en homenaje al apelativo familiar de su fundadora, nacida en la aldea asturiana de Malvedo (Lena). Uno de sus tres hijos, Rafael, es el consejero delegado desde 2007. La empresa, establecida en Gandía (Valencia), facturó el año pasado 536 millones de euros, tiene más de 3.200 empleados, cuenta con tres fábricas y exporta a más de 50 países. Entre sus productos destaca la bollería comercializada con la marca Dulcesol: galletas, magdalenas, pan, snacks, helados...

–¿En qué situación se encuentra Vicky Foods?

–Este año la mayoría de los costes se han moderado. Hemos pasado dos años difíciles, pero de momento la situación es un poco más normal. Aunque es cierto que una parte estructural del encarecimiento ha venido para quedarse. De cara al año que entra, somos optimistas respecto a nuestros mercados exteriores, que representan el 75% de nuestra facturación. Las ventas van relativamente bien y esperamos seguir creciendo.

–¿Cuáles son sus principales mercados?

–Exportamos a unos 60 países, pero el 99% se dirige a países de nuestro entorno: Francia, Portugal, Reino Unido, Italia y, en el norte de África, Marruecos y Argelia.

–Su mercado es muy competitivo y a veces la diferencia la marcan unos céntimos. ¿Cómo se innova para sacar un mínimo de ventaja al competidor?

–Principalmente, estrenando cada año nuevos productos, nuevos formatos y nuevos procesos de fabricación. Incorporamos las nuevas tecnologías para hacer los procesos más competitivos en las distintas áreas de la empresa.

–Su plan es que dentro de tres años ninguna de sus 500.000 gallinas esté encerrada en jaulas. ¿Son las exigencias de bienestar animal uno de sus desafíos?

–Somos conscientes de que hay una preocupación sobre este tema tanto por parte de los consumidores como de las regulaciones de la Unión Europea. Y por eso lanzamos un plan para cambiar las condiciones de las gallinas ponedoras. Ahora mismo un 25% de la granja está libre de jaula y nuestra intención en que en los próximos dos o tres años cambiemos toda la instalación.

–Usted tiene 64 años. ¿Se está preparando ya su relevo al frente de la empresa?

–Nosotros tenemos un plan de sucesión que ya está en marcha, porque mi intención es jubilarme a corto plazo y, en función de que se vayan cumpliendo los hitos de ese plan, dar paso a la tercera generación de la familia.

–Y echando la vista, ¿qué reflexión hace?

–Todos estamos muy orgullosos del legado de mis padres, especialmente del de mi madre, que ejerció un liderazgo y representó unos valores que han quedado sellados en la empresa. Estamos muy orgullosos también de todo el equipo que integra la compañía, de más de 3.200 personas. Eso es lo que nos motiva a seguir luchando y creciendo. Personalmente, tras cumplir 40 años en la empresa, yo estoy muy satisfecho. En este período hemos tenido de todo: momentos fáciles, difíciles, de éxito, de fracaso... Pero en ningún caso han sido tan complicados como los que tuvieron que afrontar mis padres. Por eso espero que la tercera generación tenga un camino más despejado, con más opciones, y que sean capaces de seguir liderando la empresa.

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–¿Están los fracasos empresariales demasiado estigmatizados en España?

–Sí, quizá somos excesivamente críticos con nosotros mismos. El éxito es efímero, dura sólo un instante hasta que tienes un nuevo reto. El fracaso es un paso más en el camino hacia el éxito. Hay que fracasar con un coste relativamente pequeño que no ponga en riesgo la continuidad de la empresa.