EMPRESAS

Rafa Nadal regresa a la pista empresarial y lanza una gama de complementos alimenticios con Juan Matji

El tenista vuelve a las pistas tras un rosario de lesiones e invierte en un nuevo proyecto empresarial

Rafa Nadal durante la presentación de su nuevo proyecto empresarial.

Rafa Nadal durante la presentación de su nuevo proyecto empresarial.

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El tenista Rafa Nadal es uno de los mejores reclamos comerciales con los que pueden contar las marcas españolas. La imagen de deportista de élite que le da la vuelta a partidos aparentemente perdidos a base de esfuerzo y tesón constituye una poderosa imagen con la que numerosas empresas, como Kia y Banco Santander, quieren asociarse. Y a través de su labor como embajador de marca de la farmacéutica Cantabria Labs Nadal ha encontrado la forma de abrir una nueva línea de negocio en este 2023 que coincide con su regreso al terreno deportivo tras un rosario lesiones.

El deportista de Manacor nunca se da por vencido y muestra de ello es su intención de volver a las pistas tras un intenso trabajo de rehabilitación a lo largo de este año, con paso por el quirófano incluido. Nadal ha anunciado que disputará el torneo de Brisbane (Australia) en enero de 2024. Nunca da una bola por perdida ni deja escapar una oportunidad para ampliar sus negocios, que ya abarcan sectores como el turismo, la vivienda y la restauración. Actualmente acumula un patrimonio cercano a los 300 millones de euros.

A partes iguales

Su última aventura empresarial es la gama de complementos alimenticios NDL Pro-Health para deportistas que ha lanzado junto al empresario Juan Matji, presidente de Cantabria Labs, en forma de joint venture. «La inversión para esta empresa la han realizado a partes iguales Juan Matji y Rafa Nadal», asegura Pablo Pardo, director general de NDL Pro-Health. Pardo ha trabajado en multinacionales de gran consumo y lujo como Unilever y Diageo, así como posteriormente en el sector farmacéutico, en Reckitt Benckiser.

Antes de los negocios, Matji y Nadal ya compartían amistad. "Nadal ha sido embajador de imagen de Cantabria Labs, promocionando marcas como Heliocare. Y Matji veranea en Mallorca", explica Pardo. La familia Matji, madrileños con orígenes en las islas Baleares, cuenta con una fortuna de unos 320 millones de euros. "Además de compartir amistad, Matji y Nadal son dos personas con valores similares en los negocios", indica el director general de NDL Pro-Health.

Pardo destaca que la gran ventaja competitiva de este nuevo negocio es su alma híbrida. "Hemos tratado de combinar el aspecto deportivo, es decir, diseñar un producto para personas que practican deporte, con la idea de que también sea un complemento alimenticio de calidad. No había nada parecido en el mercado y pensábamos que ahí había hueco para una nueva apuesta", explica.

La gama de complementos alimenticios NDL Pro-Health se ha diseñado para consumir en tres momentos diferentes de la fase deportiva y está dirigido a hombres y mujeres a partir de 35 años, que hacen deporte ocasional o regularmente. "Hay una serie de complementos para el día a día del deportista, otros para la preparación de la competición y una línea orientada a la recuperación después de competir", señala Pardo. NDL Pro-Health se comercializa a través de los canales digitales. "De momento solo se puede adquirir a través de internet, pero nuestra intención es contar con algún canal físico", detalla. La marca también nace con vocación de expansión internacional. Así, tras su comercialización en España se dirigirá a la conquista otros mercados en el extranjero. 

Otra de las ventajas competitivas que Pardo considera que tienen estos complementos es toda la publicidad orgánica que lleva aparejado este proyecto promovido por Nadal. "Él mismo consume estos productos y en sus redes sociales han salido en alguna ocasión. No hemos tenido que gastar grandes cantidades en la promoción del producto porque el propio Nadal lo consume. Es la mejor publicidad que podemos tener", asegura Pardo.

Un emporio del cuidado

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Por su parte, los hermanos Matji controlan desde cuatro empresas de Madrid el laboratorio de Villaescusa (Cantabria) desde el que se han lanzado los productos con los que han construido un emporio empresarial del cuidado personal.

Fue en 1994 cuando la familia Matji compró la pequeña farmacéutica IFC, que se centraba en la producción de medicamentos convencionales. Ahora Cantabria Labs vende hasta en 80 países, tiene filiales en Estados Unidos, Francia, Italia, Portugal, China y Marruecos y emplea a casi 1.000 personas. La empresa cerró el año 2022 con una facturación de 293 millones de euros. Sus planes son facturar 500 millones en 2027.