INNOVACIÓN

Abionica, la firma alicantina que consigue que los drones vuelen seguros

La empresa desarrolla sistemas que detectan y mitigan los posibles fallos de las aeronaves no tripuladas para evitar accidentes y permitir su uso en zonas urbanas. La compañía asesora al gobierno de Dubai en la regulación del sector en este país

El CEO de Abionica, Antonio Bedmar, durante la última edición de la feria Dubai Air Show.

El CEO de Abionica, Antonio Bedmar, durante la última edición de la feria Dubai Air Show. / 'activos'

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Aunque a algunos aún les pueda parecer ciencia ficción o una excentricidad, lo cierto es que el reparto de paquetería mediante drones va a ser una realidad muy pronto. El pasado viernes 1 de diciembre Benidorm acogía una de las primeras pruebas piloto de vuelo masivo del proyecto U-Space, que pretende regular esta actividad en Europa y, si nada se tuerce, a mediados o finales del próximo año se prevé que entren a funcionar los primeros servicios que, eso sí, no serán puerta a puerta, sino que se quedarán en lo que se conoce como media milla en el sector de la logística. Es decir, que volarán hasta determinados puntos de distribución al estilo de los lockers que ahora ya pueden encontrarse en estaciones, centros comerciales u oficinas de Correos para recoger los pedidos, cuando no se quieren mandar a casa.

El negocio que se abre es inmenso y el gran reto es conseguir que los aparatos puedan cumplir con todas las garantías de seguridad para evitar accidentes y, además, que lo hagan a un precio razonable para poder competir con el reparto tradicional. Y ése es precisamente el nicho de mercado que ha encontrado Abionica, una pequeña compañía tecnológica alicantina que se ha especializado en el desarrollo de los sistemas y componentes para detectar posibles errores en el vuelo de los drones y poner los mecanismos necesarios para mitigarlos, ya sea desde el lanzamiento de un pequeño paracaídas, en los casos de los aparatos más ligeros, o mediante un autopiloto secundario capaz de tomar el control de la aeronave y llevarla a buen puerto, en aquellos de mayores dimensiones, entre otros.

Una empresa que nació en 2018 cuando el ingeniero aeronáutico Antonio Bedmar, tras trabajar varios años en el extranjero, decidió que no quería volver a mudarse y apostó por emprender desde Alicante, aprovechando los conocimientos que había adquirido sobre el sector.

Empezó haciendo consultoría para fabricantes, ayudando a desarrollar los sistemas de vuelo o a integrar soluciones de terceros. Una actividad con la que participó, por ejemplo, en el proyecto de la Xunta de Galicia e Indra para convertir un avión Targus en opcionalmente tripulado, con el objetivo de destinarlo a la vigilancia marítima y de las costas gallegas. También trabajó en los sistemas de un helicóptero no tripulado para extinción de incendios en Emiratos Árabes y otro proyecto similar en Suiza. Además colaboró con el Gobierno indonesio en la puesta en marcha de un laboratorio de desarrollo y calificación de software especializado. 

Transporte de carga mediante drones

En estos momentos, la firma asesora a la Dubai Civil Aviation Authority -el equivalente a AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea española- en la formulación de la normativa que permitirá el transporte de carga mediante drones en este país.

Según el especialista, el gran reto del sector es cómo conseguir aeronaves fiables, que no corran el riesgo de acabar estrellándose en plena ciudad, pero sin gastarse cantidades que hagan inviable prestar el servicio de transporte a un precio competitivo. «Nadie va a pagar 50 euros porque le traigan una hamburguesa», señala, a modo de ejemplo, aunque también deja claro que el reparto de comida no será uno de los primeros sectores donde se impondrá esta modalidad logística, que ve con más posibilidades en otros sectores, como el reparto de medicamentos o de otro tipo de suministros. 

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Con ese objetivo en mente pusieron en marcha Prime Cor Systems, la spin-off que han especializado en esta tarea y con la que ya han puesto en el mercado varias soluciones que permiten conseguir drones completamente seguros por poco más de lo que cuesta una moto, según afirma el ejecutivo. Para ello han adaptado arquitecturas ya utilizadas en sectores como el de la automoción o la medicina y las han personalizado para el uso específico en drones.

Junto con esta rebaja de costes, el CEO de Abionica reconoce que el otro gran desafío es conseguir la aceptación social necesaria. Es decir, que los ciudadanos no vean una amenaza cuando uno de estos aparatos sobrevuela su cabeza. De momento, las previsiones apuntan a que el negocio del reparto de paquetería empezará por la media milla, lo que significa que serán desplazamientos entre vertipuertos, como se denomina a las instalaciones en las que aterrizan y despegan los vehículos no tripulados.