EMPLEO

Los expertos critican que se imponga "por decreto" la jornada laboral de 37,5 horas

Los economistas señalan que es difícil para las empresas trabajar menos si no hay un aumentos de la productividad

Los sindicatos respaldan la medida, pero reclaman un pacto en el marco del diálogo social para concretar su aplicación

Un camarero atiende a una clienta en un bar.

Un camarero atiende a una clienta en un bar. / EP

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El mundo ha pasado de 60 a 40 horas trabajadas semanales en las últimas décadas, y a estas alturas, es inevitable el debate sobre la reducción de la jornada laboral por debajo de ese límite. A primera hora de este martes, PSOE y Sumar anunciaban un acuerdo para avanzar en la investidura del actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, con una medida conocida: acortar las horas semanales trabajadas a 37,5. "Hay que ganar tiempo para cuidarnos y ser felices. Reducir la jornada laboral es una forma de mejorar la vida de la gente", ha asegurado Yolanda Díaz, vicepresidenta en funciones del Gobierno, durante la presentación del acuerdo para gobernar que han rubricado PSOE y Sumar este martes. Sin embargo, los expertos critican que este cambio se efectúe mediante decreto, así como sus efectos. "Me preocupa que se introduzcan derechos sin tener en cuenta la realidad económica", valora Valentín Pich, presidente del Colegio General de Economistas. En un momento especialmente delicado por las continuas subidas de tipos y el aumento de la inflación, los economistas creen que es complicado trabajar menos horas si no hay un incremento de productividad a cambio, una exigencia difícil de cumplir si se tiene en cuenta el déficit que arrastra España en relación a este indicador. Los sindicatos, por su parte, respaldan la medida, pero reclaman un pacto en el marco del diálogo social para aplicarla en cada contexto laboral.

"Reducir la jornada laboral es técnicamente complejo y supone un coste para las empresas. Muchas ya están invirtiendo en incorporar a la estrategia criterios de sostenibilidad y digitalización, lo que contribuye a la modernización de la economía, pero conlleva un incremento de costes por la inversión en estas partidas. Si la reducción de horas anunciada por PSOE y Sumar se materializa, tensionará aún más los costes laborales en un contexto de inflación, aumento del coste de financiación, de salarios y de cotizaciones sociales en el que algunas empresas ya están atravesando dificultades económicas", señala Pilar Menor, Employment Global Co-chair y Senior Partner en España del despacho de abogados DLA Piper. 

"En muchos sectores, el horario de trabajo es muy flexible", apunta Pich. Se refiere a la hostelería, a la restauración y al sector primario, donde la reducción laboral "es muy difícil de ver con viabilidad". Comparte la misma visión José Canseco, profesor de la EAE Business School, quien apela a la libertad de las empresas para adaptar los horarios de sus trabajadores a su realidad. Además, como se ha mencionado anteriormente, esta medida ocasionaría "un aumento de los costes unitarios" y desembocaría en un plus de costes. "Las compañías pedirán más aportación de valor por parte del trabajador en menos tiempo", especifica Canseco, algo que podría repercutir no solo a la plantilla actual de las compañías, sino también a los periodos de prueba de los nuevos empleados.

"Una duda habitual con este tipo de medidas es si se aplicará a todos los sectores por igual. La realidad empresarial es muy diferente en cada compañía, hay algunas que pueden aprovecharse de la tecnología y tienen una mayor facilidad de adaptación", señala Raúl García, socio responsable del Área Laboral de EY Abogados. "Lo mejor para llevar a cabo este tipo de reformas es hacerlo en la negociación con los agentes sociales. Cuando los cambios se imponen por la legislación sin consenso, es más difícil para empresas y trabajadores adaptarlos a su situación concreta", indica Pilar Menor, de DLA Piper. 

Las patronales empresariales se han pronunciado este mismo martes por la mañana en contra de la medida por las razones anteriormente señalada por los especialistas consultados. "Existe la posibilidad de explorar nuevas fórmulas de reparto entre tiempo de trabajo y tiempo de descanso u ocio, pero no como consecuencia de una imposición legal sino mediante la negociación colectiva", esgrimen la CEOE, Cepyme y ATA en un comunicado conjunto. Para las tres asociaciones, la regulación de la jornada "debe tratarse sector por sector y empresa a empresa" porque es necesario un análisis concreto sobre si hay margen de productividad suficiente y las necesidades organizativas del empleador. "Hacerlo de otra manera, y fuera del marco del Diálogo Social, supone un aumento de costes para las empresas, que se suma a los mayores costes de producción, de financiación y de otro tipo (cotizaciones, subida del SMI) que ya venían sufriendo y cuando muchas de ellas, en especial PYMES y autónomos, siguen yendo por detrás en la recuperación", sentencian. De la misma manera se ha pronunciado Borja Sémper, el portavoz del PP: "No respaldamos un acuerdo que no esté consensuado entre las empresas y los trabajadores. Nosotros estamos a favor de garantizar la flexibilidad", ha señalado en rueda de prensa.

Por su parte, los sindicatos respaldan la reducción de la jornada laboral y que sea efectiva de manera legal. "Saludamos que se haya alcanzado este acuerdo, esperamos conocerlo con detalle y que el diálogo social pueda jugar su papel", ha relatado Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras en una rueda de prensa desde Valladolid, al tiempo que ha considerado que de forma paralela a esta jornada laboral sería bueno abrir otro debate sobre cómo distribuir el tiempo de trabajo. Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha recordado que la última vez que en España se produjo una reducción de la jornada máxima de trabajo fue 1984 y que, por tanto, "reducir las horas de trabajo era una reclamación, una exigencia de las organizaciones sindicales". "Estamos en la buena senda y lo que sabemos de la propuesta de PSOE y Sumar es positivo, aunque esta debería ser la legislatura de las 35 horas semanales", ha insistido.

Los movimientos a favor de la reducción de la jornada laboral están a la orden del día. "Diversos países de América Latina, como Colombia, Chile o México, están centrados en realizar reformas laborales para reducir las horas de trabajo y llegar a las 40 horas semanales sin perder salario. Estas medidas están encaminadas a la reducción de jornada con mantenimiento del salario, son un fenómeno global y van a formar parte de la visión ESG (responsabilidad social) en la que están transitando las empresas", asegura Raúl García, socio responsable del Área Laboral de EY Abogados

 

La productividad, un tema pendiente en España

En realidad, en muchos casos la jornada laboral ya se había reducido hasta las 37,5 que quieren fijar por decreto PSOE y Sumar. Según el Informe Anual de 2022 de Banco de España, en España la jornada laboral media se ha reducido desde unas 37 horas semanales en 1987 hasta unas 31,8 horas en 2019. Si se toman los datos recogidos por la OCDE, los españoles trabajan de media 1.643 horas al año, 300 más que un alemán, 200 más que un sueco y 140 más que un francés. Las 1.643 horas al año equivalen a 35,7 horas a la semana (sin el mes de vacaciones reconocido y los 14 días festivos estipulados en el calendario laboral), es decir, la semana laboral media en España es de 33 horas. En este sentido, los sindicatos han señalado en los últimos meses que, además de reducir la jornada laboral, también es necesario repartir mejor las horas a lo largo del día y apostar por jornadas continuas para evitar que los empleados "trabajen todo el día".

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Los especialistas insisten en que la reducción de la jornada laboral no supone por sí misma un aumento de productividad, un tema pendiente en España desde hace años. En 2022, el PIB nominal por hora trabajada en España era un 76% del valor registrado en la eurozona y solamente el 63% de Alemania. En el año 2000, este valor era un 74% del valor registrado en la eurozona y el 61% del de Alemania. "Muchos países han jugado con esta medida de reducir la jornada laboral con resultados desiguales", recuerda Canseco. Uno de ellos es Francia, que implementó la reducción a 35 horas semanales en 1998, pero las siguientes siete legislaciones que se incorporaron en 2008 revirtieron en parte la medida. "El objetivo era repartir el trabajo y disminuir el desempleo, pero no obtuvo el resultado esperado", señala Raúl García, socio responsable del Área Laboral de EY Abogados. En Bélgica, en cambio, dieron luz verde en febrero de 2022 a la jornada semanal de cuatro horas con un tope diario de 10 horas de trabajo.

Estos datos se deben al pequeño tamaño de las empresas en el país, a la baja inversión en innovación y al énfasis que necesita la educación. "Hay que hacer un cambio cultural, la educación universitaria y la formación profesional deben ser más eficientes y que los gobiernos locales, regionales y nacionales enfocados a la inversión", asegura Pich.