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Inteligencia Artificial contra las plagas

La ‘start-up’ canaria Ecobertura propone combatir los daños a la agricultura incluso antes de que se produzcan

Empezaron con una inversión de 100.000 euros que les prestó Sodecan, la Sociedad para el Desarrollo Económico de Canarias 

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En el obligado retorno hacia un planeta más saludable, combatir las plagas que dañan la producción agrícola es cada vez menos cosa de los tradicionales productos fitosanitarios y más de la investigación, inteligencia artificial incluida. En este escenario se mueve la empresa Ecobertura que, en pocos años, ha conseguido hacerse un sitio en las islas Canarias y da sus primeros pasos en el resto de España e, incluso, está en plena prospección del mercado británico y opta a integrarse en un programa para África de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

La compañía nació en 2016 cuando Fernando Pinacho, CEO de Ecobertura y doctor en Química Orgánica, se hartó de la inestabilidad laboral que le reportaba su labor como investigador. Su compañera Iratxe Guerequiz, cofundadora y directora de Marketing, le animó a dar el paso. Y tras un préstamo participativo de 100.000 euros, que les brindó la Sociedad para el Desarrollo Económico de Canarias (Sodecan), como inversión inicial, Ecobertura empezó a funcionar a partir de las feromonas como base de su trabajo; es decir, las sustancias que utilizan los insectos para comunicar a sus iguales que han hallado "un lugar ideal para hacer una fiesta", explica el CEO. La llegada por millones de ejemplares de la misma especie acaba con los cultivos.

Entender cuáles son las novedades que aporta esta empresa con sede en el Instituto de Biorgánica de la Universidad de La Laguna (ULL) es más sencillo partiendo de lo que no resulta a estas alturas innovador. "Colocamos esa feromona en unas trampas en las que los insectos se quedan pegados", relata Pinacho. Es decir, hablan "el mismo idioma que los invasores" y los invitan a esa fiesta que a la postre resulta letal.

Eso no es novedoso, son varias las empresas las que lo ofrecen, pero sí lo es el protocolo para la síntesis de esa sustancia química seductora; cuanto más breve sea el proceso, mayor capacidad de producción, y eso se traduce en un incremento de la competitividad. "Digamos que todos tenemos las mismas piezas de Lego y una casa por construir -detalla Pinacho-. Es cuestión de cada uno elegir el método: el que nosotros hallamos no estaba descrito ni publicado y es más rápido". Contar con esa punta de velocidad permitió a Ecobertura anotarse sendas licitaciones en 2022 y elevar la facturación -que prefieren no revelar- hasta números más que aceptables para una start-up de base tecnológica que cuenta con solo seis personas en plantilla.

Uno de los objetivos del sector público "es dar a conocer entre los agricultores la existencia del producto", dice el CEO de Ecobertura. De la granja a la mesa es una estrategia definida por la Comisión Europea (CE) que, entre otras muchas cuestiones, señala que el 25% de la producción agrícola debe ser ecológica en 2030. Cada concurso se convierte así en una iniciativa de carácter divulgativo cada vez más necesario.

Pero, además, la tecnología es esencial si quieren alcanzarse hitos como este. Las trampas perfumadas son en sí ya un gran salto, pero las zancadas han de ser más amplias. "Cuando los discos adhesivos se llenan de insectos, un empleado de la finca tiene que sustituirlos por otros", detalla Pinacho. Todo cambia si se logra implementar un software que los cambie cuando la superficie no tenga espacio para más ejemplares de la tuta, némesis del tomate, o el picudo, que reparte disgustos entre los plataneros, por ejemplo. "Estamos terminando de perfilar ese producto", explica el primer ejecutivo. Sumar el tiempo que ahorra no tener que desplazarse a la finca a cada momento al que se gana en el laboratorio reporta a la empresa canaria una posición de partida ventajosa.

Como un reloj suizo

La demanda de nuevas herramientas para responder a los compromisos internacionales dan todo el protagonismo a la investigación, el desarrollo y la innovación. En ese escenario, la inteligencia artificial (IA) tiene ante sí un horizonte libre de barreras para convertirse en factor decisivo.

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En Ecobertura sostienen que la plaga más abordable y menos dañina "es la que no se produce". Para ello, la labor predictiva tiene que funcionar como un reloj suizo. "Estamos trabajando con variables de conteo de ejemplares, temperatura y humedad con el fin de que el algoritmo vaya aprendiendo a valorar si hay o no peligro de plaga", explica.

Hace siete años, cuando Guequeriz y Pinacho decidieron ponerse manos a la obra, la competencia era escasa: "Había tres empresas en todo el mundo". La apuesta por lo natural ha hecho que ese número se multiplique de manera exponencial. Por tanto, la diferenciación a través del valor añadido resulta vital. Acaban de regresar de la Fruit Attraction, el acontecimiento internacional del sector de las frutas y hortalizas que se celebra anualmente en Madrid, y la respuesta que han encontrado ha sido "muy positiva". Aparte de ampliar la cartera de clientes, la feria ha servido para reforzar lazos con el distribuidor y comercializador con el que ya cuentan en Menorca.