Especial Comunidad Valenciana

Castellón: entre la transformación del turismo y la crisis del azulejo y la naranja

En Castellón, la economía pivota sobre tres sectores que siguen pagando las consecuencias de los elevados costes energéticos, la competencia extranjera y una desestacionalización turística que nunca llega

Playa del Carregador, Alcossebre (Castellón).

Playa del Carregador, Alcossebre (Castellón). / COMUNITAT VALENCIANA

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La economía vive en Castellón una situación de tira y afloja. El turismo acaba de dejar atrás un verano de euforia tras la pesadilla de la pandemia, el mercado laboral carbura a buen ritmo e infraestructuras como el acceso ferroviario sur a PortCastelló hacen pensar que lo mejor aún puede estar por llegar. Pero frente a las fuerzas que impulsan el crecimiento se sitúan las que lo frenan.

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Y ahí los principales nubarrones llegan del sector azulejo, la principal industria de la provincia, que sigue muy tocada por los elevados precios del gas y la tibia respuesta por parte de la Administración. "Si la cerámica sufre, y lo está haciendo, todo se resiente", describe Luis Martí, presidente de la Confederación Empresarial CEV Castellón.

Pero el azulejo no es el único sector que anda con el freno puesto. La naranja, la joya de la corona de la agricultura de Castellón, ya no es ni sombra de lo que fue. Cada vez quedan menos cooperativas y comercios citrícolas y la clemenules, que durante años fue la reina de los supermercados europeos, pierde terreno frente a la fruta llegada de países como Sudáfrica y Egipto.