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No llores por mi Argentina

Milei se define anarcocapitalista pero tiene excelentes relaciones con Vox en España

Argentina lleva años sin acceso a los mercados de capitales, bajo un programa de rescate del FMI

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Javier Milei.

Javier Milei.

Las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de Argentina de este domingo provocaron un terremoto político del alta magnitud en la región de América Latina, principal área de inversiones de las empresas españolas. En este artículo intentaré analizar las consecuencias sobre la estabilidad económica en el país y toda el área. Javier Milei lidera un partido creado recientemente y ha sido el partido más votado el domingo con cerca del 30% de los votos.  

Milei se define anarcocapitalista pero tiene excelentes relaciones con Vox en España que es un partido que ha propuesto medidas proteccionistas y más gasto público en su programa electoral de las pasadas elecciones generales. Ahora habrá elecciones presidenciales en Argentina en octubre y muy probablemente segunda vuelta en noviembre y en ese modelo, similar a lo que sucedió con Marine Le Pen en Francia, es complicado que Milei sea presidente. Pero tras su victoria el domingo la probabilidad de ese cisne negro ha aumentado significativamente.

Argentina está, como definimos los economistas, en el filo de la navaja. La inflación supera ampliamente el 100%, asociada a una crisis fiscal. Argentina lleva años sin acceso a los mercados de capitales internacionales, bajo un programa de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ha mantenido un déficit público promedio del 4% del PIB anual, financiado por el banco central y es la principal causa de inflación galopante. Argentina le debe al FMI la mayor cantidad que nunca ningún país haya tenido y para evitar el impago acaba de recibir un préstamo de China y Catar para pagar los intereses que el Fondo tiene prohibido refinanciar.

El peronismo ha perdido el pasado domingo la mitad de los votos que consiguió en las Paso de 2019 y ha registrado su peor resultado en mucho tiempo. La inflación ha subido la pobreza a niveles próximos al 40%, los trabajadores del sector informal han perdido cerca del 35% de poder adquisitivo en su renta disponible sólo en el último año y sus expectativas de inflación son crecientes, lo cual ayuda a explicar el mal resultado del Gobierno.

Sin acceso a los mercados, un escenario como la grave crisis cambiaría de 2001 es menos probable. El problema es que el conocimiento de economía de un argentino medio supera al de un economista medio en España, ya que han sufrido todas las crisis inimaginables en los últimos cuarenta años. Los argentinos son especialmente sensibles a la inflación y las expectativas de depreciación del tipo de cambio. El tipo de cambio oficial del peso se ha depreciado un 80% desde 2019 pero el tipo de cambio real, descontada la inflación, se ha apreciado un 25% y sus salarios en dólares han aumentado perdiendo competitividad. Los argentinos han buscado protección de sus ahorros contra la inflación en el dólar y el tipo de cambio informal, denominado Blue, cotiza al doble que el oficial. Además el gobierno ha subido las tarifas públicas de bienes esenciales menos que la inflación y hay inflación embalsada que el nuevo gobierno tendrá que aflorar.

Argentina necesita devaluar su tipo de cambio para que sus empresas recuperen la competitividad perdida y la economía pueda salir de la recesión vía exportaciones e inversión empresarial. Pero devaluar aumentará más la inflación de bienes importados. También es necesario subir los precios de la electricidad, el gas, teléfono, gasolinas y resto de productos regulado que suponen más de la mitad del déficit público, cuya financiación es la causa principal de la inflación galopante y el caos económico en el que se encuentran. Y lo tienen que hacer protegiendo a los más pobres para evitar un estallido social que fue el detonante del caos y la crisis de 2001.

Este plan es fácil de escribir en un artículo o de explicar en una pizarra de una facultad de economía pero es extremadamente complejo de ejecutar con éxito y el riesgo es cortar el cable equivocado y activar la bomba de relojería que es la economía argentina. Milei, como buen anarquista, es antisistema y ha prometido cortar todos los cables y activar la bomba. Ese es el mayor riesgo y hay que analizar como reaccionan los argentinos, principalmente siguiendo la evolución del dólar Blue y de los depósitos bancarios.

El peronismo tiene escasas probabilidades de ganar las elecciones y es una incógnita si Massa optará que poner en marcha el plan de ajuste fiscal que prometieron en 2020 que iban a hacer para renegociar su deuda externa y que nunca cumplieron. Pero su mayor problema se llama Cristina Fernández de Kirchner que llegó al poder en 2003, junto a su marido, criticando los ajustes y las medidas aplicadas en 2001 para estabilizar la economía, algo similar a Syriza en Grecia en 2015 o Podemos en España en 2014.

La opción más razonable sería que Juntos por el Cambio gane las elecciones en noviembre. Juntos es una coalición del equivalente al PP y al PSOE en Argentina que ya se presentó en 2015 y gobernaron durante cuatro años. La economía argentina necesita un ajuste pero la clave de éxito será el gradualismo del mismo. Crédito viene del latín creer y el crédito les daría tiempo para hacer el ajuste.

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