AUTOMOCIÓN

Los coches a gasolina revientan el mercado y suben de precio en 1.300 euros en un mes

Su coste rebasa los 24.300 euros; la media para todo tipo de turismos acaricia los 24.000

El impacto de la crisis de chips y la normativa Euro 7, los motivos de estas cotas históricas

Feria de coches de ocasión en el recinto ferial de Ourense.

Feria de coches de ocasión en el recinto ferial de Ourense. / IÑAKI OSORIO

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Las costuras siguen dando de sí y el precio de los vehículos nuevos bate registros históricos mes tras mes. Es un mercado enormemente inflacionado y que se encarece al doble de velocidad de lo que avanza el índice de precios al consumo (IPC) en España. Para encontrar el último periodo en el que un coche recién salido de fábrica se podía comprar por 15.000 euros de media no es preciso viajar a épocas jurásicas: era lo que costaba un turismo a gasolina hace escasos seis años en Galicia.

De aquellos chollos ya no queda nada y la factura por adquirir un utilitario no había crecido nunca tan rápido en la serie histórica disponible. Solo en el mes de abril, y en comparación con marzo, el coste promedio de un coche a gasolina se agigantó en 1.311 euros en los concesionarios gallegos, como constatan los últimos datos oficiales de la Agencia Tributaria. Seis puntos porcentuales de diferencia en treinta días. Inaudito. Un vehículo de este tipo –los que usan gasolina copan ya el 60% de las matriculaciones– asciende ya, con impuestos, a 24.360 euros.

Esta tendencia se repite en la mayor parte de los principales mercados de venta del mundo. Es cierto que el suministro de semiconductores (chips) se ha normalizado un poco, de ahí que Stellantis Vigo vaya a retomar en septiembre el cuarto turno de producción del sistema de comerciales ligeros, pero sus consecuencias todavía perduran.

“Todavía hay mucha inflación burbujeando en la cadena de suministro. A pesar de que los costes de las materias primas están cayendo, los proveedores tienen muchos otros costos más altos que no son productos básicos (diésel, flete, envío, logística, mano de obra, electricidad) que trasladan a los fabricantes”.

De acuerdo a un análisis del Banco Central Europeo (BCE), sin “estas interrupciones en la cadena de suministro y sin el shock de precios de la energía [en referencia a la invasión de Ucrania], la evolución al alza en los precios de los automóviles habría ascendido a menos de la mitad”. Sin tener en cuenta los tipos de sistemas de propulsión o carburante, el coste promedio de un coche nuevo en Galicia ascendió en abril a 23.496 euros, empujado únicamente por el avance de los coches a gasolina.

Porque los modelos diésel (20.693 euros) y los de propulsión alternativa (27.112 euros) fueron más baratos en comparación intermensual. Con todo, la penalización a los coches a gasóleo por las políticas de control de emisiones sigue derivando a los consumidores hacia la gasolina, y los turismos híbridos o 100% eléctricos son inasumibles para buena parte de los potenciales compradores.

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De hecho, la estrategia comunitaria contra el cambio climático volverá a incrementar el precio de los vehículos, como acaba de advertir la patronal europea de fabricantes (European Automobile Manufacturers’ Association, ACEA). En un informe revelado el pasado 23 de mayo, expone que la entrada en vigor de la normativa Euro 7 elevará los costes de producción en unos 2.000 euros por cada turismo y furgoneta, y en hasta 12.000 para camiones y autobuses. “Estas cifras –resume su análisis– son de 4 a 10 veces superiores a las estimaciones de la Comisión en su evaluación de impacto Euro 7 (180-450 € para turismos y furgonetas, y 2800 € para camiones y autobuses)”.

Esta normativa, más rígida con las emisiones, entrará en vigor en 2025 para los coches y comerciales ligeros nuevos y en 2027 para buses y camiones. “La industria de automoción europea se compromete a reducir aún más las emisiones en beneficio del clima, el medio ambiente y la salud. Sin embargo, la propuesta Euro 7 simplemente no es la forma correcta de hacerlo, ya que tendría un impacto ambiental extremadamente bajo a un coste extremadamente alto”, zanjó la directora general de ACEA, Sigrid de Vries.