Emprendedoras

Vanessa Troncho, la ‘hormiguita’ que acelera proyectos

La llaman hormiguita porque va progresando "paso a paso" y sin rendirse ante las adversidades

Vanessa Troncho García, CEO y fundadora de T-Valley

Vanessa Troncho García, CEO y fundadora de T-Valley / 'activos'

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"No descanso nunca", dice Vanessa Troncho, pegada a su ordenador portátil, del que solo se separa en contadas ocasiones. Actualmente es CEO y cofundadora de la aceleradora de start-ups T-Valley. Esta catalana, licenciada en Administración y Dirección de Empresas, está cumpliendo su sueño con solo 29 años. Lo hace junto a Jordi Andreu, que ahora es su socio pero que fue, no hace tanto tiempo, uno de sus profesores en la Universitat Rovira i Virgili (URV). Juntos pusieron en marcha el proyecto en julio del año pasado y ya han trabajado con una decena de start-ups.

La trayectoria laboral de Troncho comenzó en 2016 vinculada a una start-up del sector foodtech (anglicismo que une las palabras comida y tecnología). Con ella alcanzó un hito para nada menor: McDonald’s utilizó su prototipo para diseñar sus cartas digitales. En 2019 ya había fundado su propia consultora tecnológica, U-Grow. Ofrecen asesoramiento empresarial, financiero, márketing digital, entre otras cuestiones. De esta forma puede hacer lo que le gusta: ayudar a acelerar proyectos, sobre todo los de su propia tierra.

Y fue en U-Grow donde surgió la idea de crear una pequeña sociedad desde la que Andreu y ella invertirían en start-ups, mentorizando proyectos y acelerándolos. Porque este tipo de empresas emergentes, normalmente, tienen buenas ideas y son muy especiales, pero a menudo sus creadores no tienen todo el conocimiento necesario para tirar adelante un negocio. 

Nueve socios, medio millón

Poco después de lanzar el proyecto, se encontraron con el interés de distintos empresarios -y políticos- de la zona, así que decidieron ampliarlo, de forma que ahora cuenta con nueve socios en total. La iniciativa pasó a llamarse T-Valley y tiene un funcionamiento diferencial: Andreu hace una primera criba de proyectos y los presenta delante de los socios, que acaban de escoger los que mejor se adaptan al carácter de la aceleradora. Suelen estar relacionados con la logística, la industria, la salud y la agricultura.

Potenciar la tierra

Vanessa Troncho siente una vinculación muy estrecha con el lugar donde nació: las tierras del Ebro, en Tarragona. Por eso, parte de su ambición profesional pasa por enriquecer esa tierra con un ecosistema de start-ups referente a nivel mundial. "Quiero que cuando la gente piense en start-ups no solo piense en Barcelona. Y que ellas a la vez piensen en Tarragona para afianzarse". Ayudar a desarrollar proyectos ha sido su sueño desde que se adentró en ese ámbito en la carrera, y desde entonces ha tenido claro que no quería salir de su tierra para hacerlo. "Poder ayudar a generar proyectos desde esta, mi casa, era lo que quería conseguir en mi vida". 

Cuando las han elegido, invierten en ellas un ticket de unos 50.000 euros, que en casos puntuales puede ser mayor. "Depende de la valoración inicial que les hagamos. Algunas tienen más o menos riesgo, algunas ya han conseguido levantar capital antes de estar con nosotros, algunas ya facturan, algunas nos gustan más que otras...". A cambio, reciben participaciones. Es decir, que se quedan un porcentaje de las mismas, que varía en función del acuerdo: unas veces es el 7%, otras llega hasta el 25%. Comienzan entonces un proceso, en el que están cuatro meses, para desarrollar su proyecto. Después, pasan por los ojos de los 10 business angels que tienen en la actualidad, y que deciden si invertir en ellas o no. La última fase por la que pasan es la de los fondos de venture capital, con los que suelen levantar otra ronda. Y aquí es donde T-Valley es especial. Ha pasado el filtro de Silicon Valley, que ha acreditado a la aceleradora para que pueda interactuar dentro de su ecosistema.

Invertir y crear empleo

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La inversión inicial en T-Valley fue de 500.000 euros, repartidos entre los nueve socios. Y se están preparando para levantar una ronda de otro medio millón más. De cada operación que realizan con las start-ups, se quedan una parte. De hecho, la cofundadora asegura que las inversiones suele multiplicarse por dos o, en el mejor de los casos, por cinco. Pero espera que en un futuro se vean multiplicadas por 10. Para ello, su estrategia pasa por no parar de reinvertir los beneficios. "Lo invertimos todo", asegura Troncho.

El objetivo final de esta tarraconense es hacer crecer el ecosistema empresarial de su tierra. Y crear empleo. "Siempre estoy trabajando para lograrlo", cuenta apasionada. Su tiempo libre también le gusta invertirlo allí. Le relaja la naturaleza; caminar por los extensos campos de Tarragona le ayuda a desconectar. También disfruta yendo en bicicleta y corriendo por la montaña. Leer y hacer puzles le mantienen la mente bien despierta. "Soy muy enérgica. Una persona dinamita, con mucho carácter, muy luchadora -afirma-. Siempre tengo ganas de hacer cosas". "Y de seguir trabajando por la economía del territorio", concluye.