CRIPTODIVISAS

Esquemas Ponzi y ‘phising’: así se estafa a más de 250.000 españoles con criptomonedas

Solo en España se estima que las 'cripto' mueven unos 60.000 millones de euros

Ilustración de una criptomoneda bitcoin

Ilustración de una criptomoneda bitcoin / REUTERS/Dado Ruvic

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La cantidad media que los consumidores estadounidenses declaran haber perdido en causas relacionadas con estafas con criptomonedas es de 1.900 dólares (1.767 euros), según la Comisión Federal de Comercio de EEUU. En total, la plataforma de datos de blockchain Chainalysis estima que el dinero robado mediante el uso de monedas digitales asciende a 14.000 millones de dólares en 2021 en todo el mundo. En España no hay cálculos exactos, pero algunos expertos afirman que entre 250.000 y 400.000 personas han sido víctimas de estos fraudes con el gancho de obtener ganancias astronómicas. Son algunos datos de esta operativa que, a través de esquemas Ponzi, robos de identidad o ‘phishing’ (la técnica de obtención de información confidencial a partir de mensajes engañosos que aparentan ser empresas legítimas), utilizan los estafadores, todos ellos viejos conocidos por los reguladores.

No es sorprendente que el número de ciberdelitos cometidos anualmente con criptomonedas aumente progresivamente. “Hay que tener en cuenta que el uso de las criptomonedas ha crecido un 1.000% en los últimos años”, asegura Leif Ferreira, cofundador y CEO de la plataforma de intercambio de criptomonedas Bit2Me, registrada en el Banco de España. Aunque, como señalamos, no hay datos concretos, se estima que hay más de 350 millones de usuarios en todo el mundo. El FMI resalta que la capitalización del mercado de criptomonedas alcanza los 2,5 billones de dólares, de los cuales 60.000 millones de euros se mueven en España. Entre los 14.000 millones de dólares volatilizados en criptodivisas falsas en 2021 por todo el mundo están los mediáticos casos de FTX (con un agujero de 8.000 millones) y Genesis (que acumula deudas de más de 3.500 millones), pero también se pueden encontrar casos en España, como los perpetrados por el malogrado Javier Biosca (que dejó un agujero de 800 millones) o las plataformas Arbistar, Kuailian o Mind Capital. Desde el Grupo de Ciberinteligencia Criminal de la Guardia Civil admiten que “se ha observado un aumento considerable en los últimos años”, pero declinan adelantar si investigan empresas en concreto.

El primer paso del engaño, según apuntan diversas compañías del sector, es ofrecer falsas garantías al inversor aireando la inscripción de la plataforma en el Banco de España. Sin embargo, este registro no garantiza apenas nada al inversor. Fuentes del Banco de España explican que las empresas inscritas “solo demuestran que tienen una estructura adecuada para cumplir con la ley de prevención del blanqueo de capitales, pero esto no implica una supervisión por parte del organismo”. Las mismas fuentes confirman que el Banco de España es consciente de que estas compañías “presumen” de aparecer en el documento sin especificar a sus clientes que esto no supone una verificación de sus servicios.

Métodos tradicionales renovados

La tecnología ha permitido a los estafadores modernizar antiguos métodos. La Guardia Civil explica que se utilizan “técnicas de ingeniería social (engaño) mezclada con ingeniería técnica, por ejemplo, mediante el desarrollo de plataformas web falsas, para monitorizar las inversiones”. “Los engaños que ocurren con criptomonedas no son tan diferentes a los que ocurren con otro tipo de dinero”, asegura Ferreira. Y es que la inversión en criptomonedas, y su posible fraude, no necesita herramientas sofisticadas: “Con que haya un ordenador conectado a la red blockchain, ya se puede hacer una transacción de criptomonedas”, apunta Herminio Fernández, CEO de Eurocoinpay.

Uno de los fraudes más recurridos por los estafadores, y también uno de los más perjudiciales por su alto alcance, es el esquema Ponzi. Este método promete altos rendimientos a la inversión, pero en realidad las víctimas reciben sus primeros ingresos con dinero de otras personas que han caído antes en el engaño. Una vez la red de víctimas es suficientemente grande, los promotores de la estafa desaparecen, tal y como hizo la llamada ‘criptoreina’ Ruzha Ignatova, que defraudó un total de 5.000 millones de dólares a más de tres millones de personas con su falsa criptomoneda OneCoin. En este fraude, explica Ferreira, se aprovechan los comentarios de Youtube de vídeos que hablen sobre finanzas para captar víctimas, así como las redes sociales. “También pueden presentarse como sorteos o concursos falsos, o a través de perfiles en redes sociales que se hacen pasar por parientes lejanos o tiendas online que resultan ser una farsa”, agrega.

El ‘phishing’ o la suplantación de empresas de confianza mediante correos o llamadas telefónicas para la obtención de información personal, es también uno de los métodos que más se utilizan en el mundo de las criptomonedas. “El fraude es normalmente por teléfono. Se hacen pasar por expertos financieros y te animan a invertir pequeñas cantidades de dinero que progresivamente van aumentando” explica el cofundador de Eurocoinpay. Un virus infecta el dispositivo de los usuarios al pinchar en mensajes de texto falsos y así consiguen información clave y datos personales de la víctima. Algunas plataformas de ‘trading’, como Bit2Me, cuentan con “un sistema compuesto de cinco niveles de seguridad superpuestos” para evitar problemas de este tipo a los usuarios.

Desconocimiento sobre el mercado de las criptomonedas

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Si nos remontamos al origen de los fraudes masivos con criptomonedas, veremos que el año coincide con el ‘boom’ de las monedas digitales: 2018. Aún eran pocos los que invertían parte de su dinero en este producto financiero tan desconocido para la mayor parte de los países. Poco a poco, las criptomonedas consiguieron extenderse gracias al boca a boca de estos primeros inversores que habían acumulado ganancias llamativas y fáciles. La información también llegó a los defraudadores, quienes vieron un nicho de mercado para obtener dinero imposible de rastrear en muchos casos. Es así como se produce un ‘efecto llamada’ de entidades no registradas, o chiringuitos financieros, alrededor de las criptomonedas. Desde 2018, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha disparado por ocho el número de advertencias sobre chiringuitos financieros en España, la mayor parte con un negocio circunscrito a las monedas digitales.

Las regulaciones sobre las criptomonedas se aceleran en gran parte del mundo. La Casa Blanca ha adelantado en enero su intención de finalizar una ley que pueda evitar los riesgos que se desprenden de los activos digitales, mientras que la Unión Europea implementará en cuestión de meses su Reglamento del Mercado de Criptoactivos (MiCA), un reglamento que comenzó a discutirse en septiembre de 2020. En España, la CNMV recuerda cada poco la falta de supervisión sobre los activos digitales. "Los 'utility tokens', 'stablecoins' y NFTs no tienen valor', afirmaba el presidente del regulador, Rodrigo Buenaventura, hace una semana.