CRÍTICA

'Los alemanes', de Sergio del Molino: secretos de familia

Esta novela, Premio Alfaguara, es la mejor obra de su autor: cierras el libro y sigues paladeando los diálogos y sintiendo afecto por los personajes

El escritor Sergio del Molino, autor de 'Los alemanes', Premio Alfaguara de Novela

El escritor Sergio del Molino, autor de 'Los alemanes', Premio Alfaguara de Novela / EPE

Malcolm Otero Barral

Malcolm Otero Barral

Es posible que, por la potencia de su premisa argumental, el lector crea intuir en qué tipo de novela se va a sumergir. Y, efectivamente, Los alemanes versa sobre los descendientes de los alemanes de la colonia de Camerún que, en 1916 y al caer frente a los aliados, se entregaron a las autoridades españolas de Guinea y acabaron asentándose, entre otras ciudades, en Zaragoza. Pero, además y sobre todo, Sergio del Molino (Madrid, 1979) nos ofrece un texto muy elaborado sobre la identidad, el peso (y el embellecimiento) del pasado, las diferencias de clase y la herencia de los pecados de nuestros ascendientes que está construido con el material del que está compuesta buena parte de la mejor novelística contemporánea: el conflicto familiar.

La novela nos presenta a la otrora acaudalada familia Schuster justo tras la muerte prematura de uno de los tres hermanos, Gabi, que había sido toda una estrella del punk internacional. Si bien los protagonistas son los dos hermanos que quedan, Fede, un taciturno y poco ambicioso profesor de la Universidad de Ratisbona, y Eva, una exitosa política municipal a punto de dar el salto a mayores responsabilidades, hay otros dos protagonistas in absentia: el padre Juan Schuster, que ya no habla y se encuentra en un estado casi vegetativo, y el propio Gabi, que, por referencias, nos da el contrapunto más sardónico, provocador y humorístico.

Habilidad narrativa

El texto está escrito en primera persona, pero cada capítulo desde el punto de vista de un personaje. Con gran habilidad narrativa, Del Molino consigue enhebrar la descripción, el monólogo interior, la acción y los diálogos de una manera fluida y natural. Pero, además, en tanto que el pasado es un asunto fundamental en este libro, el autor se las arregla para introducirlo de un modo muy orgánico -a veces nostálgico, a veces tormentoso- y que sirva como pincel preciso para dibujar tanto a los personajes como a toda la comunidad.

También para acentuar el conflicto identitario (ser alemán y español y no ser ninguna de las dos cosas en plenitud), el novelista trufa cada pensamiento de los protagonistas con numerosas expresiones y referencias en alemán que, si bien extrañan un poco al lector en los inicios, se acaba asimilando como algo consustancial a la naturaleza de los personajes. 

Esta novela desmiente que los galardones se den siempre a las obras de mejor deglución para los lectores

Aunque los diálogos, a menudo brillantes, están muy cargados de conversación cultural, de literatura, historia y filosofía, es la música la que ocupa la mayoría de las múltiples referencias que encontramos en Los alemanes. Está profusión de conversaciones en torno a la cultura se percibe, más que como una característica definitoria de la idiosincrasia de los personajes, como un efecto de su propia dificultad comunicativa. Esto está más exacerbado en algún personaje como en el de la madre, ya muerta, que se representa como lánguida y pusilánime pero que entraba en éxtasis en los conciertos y era una melómana, devota del romanticismo alemán

Si bien la novela ya es hipnótica hasta sus cien primeras páginas y nos deja sumidos en esa atmósfera de ensimismamiento de una comunidad, en las complejas relaciones familiares de la familia Schuster y en el suspense creado por la aparición de dos turbios personajes que amenazan con sacar a la luz oscuros secretos familiares si no se aprueba la construcción de un nuevo estadio de fútbol, a partir de ese momento multiplica su intensidad, pero no se puede explicitar para no malbaratar la experiencia del lector. 

Los alemanes, Premio Alfaguara, desmiente que los galardones se den siempre a las obras de mejor deglución para los lectores. Es la novela más arriesgada de Del Molino. Y la mejor. Uno cierra el libro y sigue paladeando esos diálogos punzantes, casi sorkinianos, y sintiendo afecto por esos personajes ariscos pero sensibles

'Los alemanes'

Sergio del Molino

Alfaguara

336 páginas

20,90 euros