PERFIL

Niccolò Ammaniti, en defensa del pudor

El escritor italiano regresa a las librerías españolas con 'La vida íntima', ficción realista como ninguna antes, sátira de la sociología política y empresarial de su histriónica Italia

El escritor italiano Niccolò Ammaniti

El escritor italiano Niccolò Ammaniti / EPE

Serio, reservado en extremo, antisocial, encantado de vivir recluido en su casa de Roma, casado pero sin hijos. La descripción se la brindé hace unos cuantos años, cuando nos visitó para presentar Anna, una anti utopía infantil, años después de prometer que no volvería a escribir sobre el final siempre trágico de la niñez, que le había abierto las puertas del parnaso literario con su magistral No tengo miedo (premio Viareggio 2001; en el 2007 se alzaría con el Strega, máximo galardón de las letras italianas, por Como Dios manda).

Niccoló Ammaniti (Roma, septiembre del 66) tiene esto: desconcierta. Cuando escribe con ironía y mordacidad, en realidad él quiere producir el efecto contrario en el lector; su humor es el de los tipos graves (tal que un Eduardo Mendoza, un Paco Mir y, en general, cualquier buen humorista) e incluso grises (como Chumy Chúmez, que me perdone desde el cielo, y tantos otros vivos). Y cuando escribe en diminuto, para dentro o “íntimo” (como él gusta de decir), produce miedo, mucho miedo, pero ¿lo pretende?

Escritor tardío

Hijo de un psiquiatra especializado en la adolescencia, él se resistió a dejar atrás la suya hasta los 25 años. Su primer libro versó sobre informes clínicos elaborados por su padre: Nel nome del figlio, publicado cuando ya se abismaba a la treintena; es decir, escritor tardío. En realidad Ammaniti había estudiado para ser biólogo y no perder de vista los bichos y monstruos que poblaron su tan añorada infancia.

Había recibido una educación sobria (y musical) marcada por la tendencia izquierdista de sus padres, infancia que él mismo ha calificado de “muy solitaria; tenía mucho tiempo para imaginar, encerrado en mi habitación” –me dijo en aquella ocasión. Memoria ésta que le serviría de nuevo para una poderosa ficción: Tú y yo, llevada al cine por Bertolucci en 2012. Era la quinta película nacida de sus novelas, traducidas a 44 lenguas y que cosechan lectores con gran eficacia (No tengo miedo supera los 2 millones).

¿Oiga, y esta fijación con la infancia? “Los animales que prolongan su infancia aprenden a ser mejores depredadores, como los leones. Tengo dificultad para dejar atrás las cosas. Ahora me cuesta dejar atrás la vejez”. ¡¿La vejez?! “Sí, soy un viejo precoz”. Lo del león resultó sólo aplicable a su literatura.

Incidiendo en su tan particular desconcierto, Ammaniti llega ahora con La vida íntima (siempre Anagrama). Imaginen lo contrario: ficción realista como ninguna antes, sátira de la sociología política y empresarial de su histriónica Italia, lo que ya había abordado en Que empiece la fiesta pero esta vez sin el recurso fantástico/apocalíptico. ¿Íntima? Sí, lo es, porque el escritor, además de manejar con gran destreza narrativa las claves de esta clase social fútil, rampante y obscena, no oculta su denuncia: la falta de intimidad e incluso identidad a la que pretenden condenarnos las pantallas.

“Me parece monstruoso no tener secretos. La redes sociales se han convertido en una condición existencial muy negativa de la mayoría: se necesita un poco de pudor. Esa diarrea mental que se vierte en las redes banaliza a las personas”. Esto también me lo dijo entonces, y ahora, se cerciora.

'La vida íntima'

Niccolò Ammaniti

Traducción de Juan Manuel Salmerón Arjona

Anagrama

312 páginas

20,90 euros