CRÍTICA
'Dos señoras de mediana edad por Andalucía', de Penelope Chetwode: dos damas en busca de aventuras
Ediciones del Viento publica el diario del inolvidable viaje a caballo que la autora británica llevó a cabo en 1961 por pueblos de Granada y Jaén
Alfonso Vázquez
El título ya es una declaración de intenciones: Dos señoras de mediana edad por Andalucía. Las señoras son en realidad la aristócrata británica Penelope Chetwode (1910-1986) y una yegua de 12 años, Marquesa, propiedad del duque de Wellington.
Las dos señoras se conocieron en el otoño de 1961 y decidieron emprender una inolvidable aventura por montaraces caminos de mulas para conocer varios pueblos de Granada y Jaén, un circuito desde Íllora hasta Úbeda y regreso, para constatar que la revolución del turismo todavía no había llegado a esos rincones de Andalucía.
Marta Jiménez Miranda ha traducido esta deliciosa obra para Ediciones del Viento llena de encanto y mucha diversión en la que Penelope Chetwode se convierte en consciente sucesora de Richard Ford y George Borrow, el famoso don Jorgito, el inglés vendedor de biblias. De hecho, en algún momento de la obra señala que, salvo algunas moderneces como la radio, poco ha cambiado en esos pueblos andaluces desde que sus paisanos del XIX recorrieron el país.
Un libro atractivo
Escrito en forma de diario, hay dos aspectos que hacen de este libro de viajes algo sumamente atractivo. En primer lugar, la personalidad de la propia autora, una británica convertida al catolicismo que aprende español con el catecismo, al tiempo que aprovecha para leer en su idioma El Quijote y empaparse así, supuestamente, del espíritu de la tierra.
Penelope Chetwode, que escribe con encanto e ironía, es además una gran experta en caballos y una amante de los retos, así que si cualquier arriero le informa de que, torciendo a la derecha, le aguarda un camino de tierra más que complicado, no duda en tomarlo.
Es la ocasión de admirar un escenario en el que abundaban las posadas para dejar las monturas, las habitaciones con muebles desvencijados y unos servicios públicos que se compartían con los animales en la cuadra
En segundo lugar, la mente abierta de la viajera hace que, a medida que avancen los días, se le vayan cayendo todos los tópicos que pudiera tener sobre España. En especial, cómo remarca el gran amor de los animales que descubre en los españoles. Eso no quita para que a esta viajera entusiasta le invada también el idealismo, la concepción de que todo asomo de modernidad terminará por corromper a los prístinos habitantes de estos pueblos aún no tocados por los grandes pero impuros avances de la civilización.
Por lo demás, es la ocasión de admirar eso mismo, un escenario en el que abundaban las posadas para dejar las monturas, las habitaciones con muebles desvencijados y unos servicios públicos que se compartían con los animales en la cuadra.
Hay en este libro cargado de vitalidad ecos del Manual para viajeros de Ford y de La Biblia en España de Borrow, dos de sus obras de cabecera, pero también de La tesis de Nancy. En este sentido, la autora llama a las clásicas mesas camilla, "mesas calentitas". Dos damas en pos de aventuras.
'Dos señoras de mediana edad por Andalucía'
Penelope Chetwode
Traducción de Marta Jiménez Miranda
Ediciones del Viento
184 páginas
19 euros
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